Cordura ante un desaguisado
Como ciudadano común, desde que falleció mi entrañable amigo Jacinto Bienvenido Peynado Garrigoza, siempre trato de estar bien distante del ¨Cuadrilátero de la Olla de Grillos¨ en el que hoy día, orondamente, participan los partidos políticos vernáculos. Esta participación es casi siempre reseñada por las redes sociales y medios informativos
Sin embargo, no por eso me he abstraído de la problemática social cotidiana de mi país y deseo entregarles estas reflexiones, nuevamente. (*).
1-La prensa escrita, radial y televisiva (PERT), tiende a presentar escenarios de denuncias y conclusiones que dan mucho que pensar, debido al escaso nivel de investigación (salvo algunas honrosísimas excepciones), que avalen dichos reportajes.
2-Este “alimento” matutino, meridiano, vespertino y nocturno, se ha convertido en una adicción tremenda, debido a que los eventos en desarrollo y por venir, presentados en la PERT, concitan la indignación de todos nosotros. Es más, diría YO, nos incitan a “añoñar”, pensamientos fugaces y vindicativos, dentro de un marco de indefensión ciudadana.
3-Dentro de este contexto, podemos expresar que el dominicano común, está siendo sujeto de una exposición saturante, que desborda su discernimiento y lo coloca al borde de la desesperación y el desconsuelo. Este ciudadano común NO tiene las herramientas para aplicar un buen discernimiento al cúmulo de información que recibe. Empero, sí expresa sus pesares en las PERT y las redes sociales.
Estas expresiones, motivan a nuestros ciudadanos pensantes a configurar esquemas de enfrentamiento beligerantes y participativos, que desafortunadamente, no pasaran de ser “deseos deseados” (wishfull thinking, en inglés). De ahí que pretendo ¨reeditar¨ mis otrora reflexiones, nuevamente:
- (.)-Desde el inicio de nuestra realidad política, como un Estado Republicano y soberano, las asonadas tremendistas se han suscitado como eventos efímeros, pero mortificantes. El Poder, como tal, siempre será objeto de cuestionamientos e increpancias convulsivas, esparcidas por ciudadanos con un mínimo de información cívica, política y discernimiento geopolítico.
- (.)-La Sociedad, silente o no, acoge con aprehensión estos llamados debido a que no existen las estructuras de relevo, que puedan garantizar un proceso de transición armónica y funcional. Los ciudadanos comunes rehúyen a estas intentonas y hasta las aborrecen. En el accionar político actual, resulta ser muy peregrino e insustancial, exigir la renuncia del Ciudadano Presidente, Danilo Medina Sánchez. Todo proceso de gobernabilidad debe agotar TODAS sus etapas para poder legitimarlo o no; Interrumpir este proceso, solo lleva a caos y a revivir odios ancestrales, que todavía no hemos superado.
- (.)- Además, si de corrupción se trata, tenemos muchas plataformas de donde despegar, para establecer responsabilidades y correctivos. A guisa de ejemplo, solo citare el enclave de corrupción que impera en nuestra frontera con nuestro “país vecino”. La extensión, morfología y penetrabilidad de nuestra frontera ha engendrado un enclave de corruptela de magnitudes inimaginables.
- (.)- Este enclave se nutre de las falencias y carencias de nuestra frágil institucionalidad, al punto de que su existencia es de carácter virtual.
- De ahí que, se ha convertido en caldo de cultivo e incubación desproporcionada, por parte de organismos internacionales y de gobiernos irresponsables, que “le quieren tirar el muerto” a nuestra nación.
- (.)-Dentro de este accionar, de dejar hacer y ¨Borrón y Cuenta Nueva, se dan todo tipo de “transacciones estructuradas”, dignas de una competencia sin igual, como la ha sido el caso de Odebrecht y otras indelicadezas.
- Coger al Ciudadano Presidente, Danilo Medina, como mascarón de proa, resulta ser un hito momentáneo y simpático para el pensar popular. Sin embargo, el ariete de la sed de justicia debe de ser reorientado también hacia ese enclave de corruptela que es la Frontera Dominico-Haitiana.