Consulta médica: Cistitis

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Por José A. de la Osa*

El término cistitis significa inflamación de la vejiga. Es el cuadro clínico más común y frecuente dentro de las infecciones del tracto urinario.

Se caracteriza por disuria (molestia o quemazón durante la micción), aumento de la frecuencia miccional con sensación de urgencia, dolor suprapúbico, orinas fétidas y turbias y en ocasiones puede observarse sangre en la orina.    Así introduce el tema de esta columna médica la doctora Esther Victoria Ibars Bolaños, especialista de primer grado en Nefrología, Profesora Asistente, jefa del Servicio de Hemodiálisis del Instituto Nacional de Nefrología, radicado en La Habana.

La presencia de fiebre elevada, dolor lumbar y escalofríos con sensación de decaimiento y toma del estado general nos alerta de que la infección no está limitada a la vejiga y que se ha extendido a los riñones (pielonefritis aguda), lo cual tiene implicaciones en el diagnóstico y el tratamiento, añade.

¿Cuáles son las vías por las que se produce esta infección, tanto en el sexo masculino como en el femenino?

La más frecuente es la vía ascendente, o sea, el germen (bacterias, virus, hongos) penetra en el tracto urinario a través de la uretra que es la porción del tracto por la que sale la orina hacia el exterior.

¿Es uno o son varios los agentes causales?

Las bacterias son las que con más frecuencia causan infección del tracto urinario y dentro de estas aquellas presentes en la flora intestinal del paciente, también llamadas enterobacterias. La Escherichia coli es el agente causal en más del 95 por ciento de los casos.

¿Y en cuanto a los factores de riesgo?

«Dentro de los factores de riesgo están las malformaciones de la vía urinaria, el reflujo vesicoureteral, la obstrucción por cualquier causa (imposibilidad del drenaje libre de la orina al exterior), las instrumentaciones urológicas, el embarazo y la presencia de enfermedades como la diabetes mellitus.

«¿Hay personas con mayor susceptibilidad de padecerla?

» Sí, algunas personas tienen una predisposición genética a padecer dicha enfermedad relacionada con la presencia de un gen denominado genSe.

Cualquier alteración estructural o funcional de la vejiga que produzca un deficiente vaciado constituye un factor predisponente a estas infecciones, ya que la permanencia de un residuo de orina en la vejiga favorece el crecimiento y la multiplicación bacteriana.

«Una precisión, ¿los recién nacidos pueden padecer de cistitis?

«En un recién nacido la infección urinaria generalmente traduce una infección generalizada y los síntomas son muy variables. Aun en lactantes y niños menores de dos años los síntomas en ocasiones son muy inespecíficos.

Cuando ocurren estos cuadros en edades tan tempranas de la vida es importante realizar un estudio de las posibles causas y un seguimiento adecuado de estos niños ya que las cicatrices renales, secuelas de la infección, pueden producir alteración del crecimiento de los riñones y por ende disminución de su función.

«¿Son similares para ambos sexos los síntomas y signos de la infección urinaria?

» En sentido general, sí. En los adultos varones jóvenes y hasta los 50 años de edad sin alteraciones de la vía urinaria ni otros factores de riesgo,  son poco frecuentes los síntomas de cistitis y cuando ocurren pueden estar relacionados con una infección de trasmisión sexual.

En la mujer es diferente ya que por las características anatómicas de la uretra y la cercanía de esta con el ano es frecuente la contaminación con las bacterias de la flora intestinal.

«Resumiendo, ¿qué procederes se emplean para el establecimiento del diagnóstico?

«El diagnóstico de las infecciones del tracto urinario descansa en tres pilares fundamentales: la clínica, el examen de orina y el diagnóstico microbiológico; el interrogatorio para determinar los síntomas nos facilitan una parte importante del diagnóstico y un adecuado examen físico.

«¿Cuál es el tratamiento de elección?… ¿Son efectivos?

» El tratamiento de elección  y la vía de administración dependen del cuadro clínico del paciente, de la edad, de la existencia de otras enfermedades, si ha tenido episodios anteriores y se trata de una recaída, una reinfección (muy frecuente en la mujer) o un fracaso de un tratamiento anterior.

En general se usan los antibióticos por vía oral. En la mayoría de los casos el tratamiento se inicia sin tener el resultado de los cultivos teniendo en cuenta que más del 95 por ciento de los casos son causados por la Escherichia coli.

Las infecciones del tracto urinario en embarazadas deben tratarse enérgicamente para evitar complicaciones maternas y fetales.

«¿Comparte usted el criterio que beber grandes cantidades de agua ayuda a limpiar el tracto urinario de bacterias y, por tanto, contribuye a la prevención de la cistitis?

«Los médicos aconsejamos beber suficiente cantidad de agua para que la orina pueda ser diluida de manera adecuada. Esto no significa tener una ingestión compulsiva de agua. Generalmente sugerimos que esté alrededor de 2 ó 3 litros al día para una actividad física normal.

«¿Hay otras vías de prevención?

» La prevención debe estar encaminada a evitar la contaminación de la vía urinaria con bacterias provenientes de la flora intestinal.

Este es un aspecto importante a tener en cuenta por las mujeres en general partiendo de las  madres de niñas pequeñas a las que siempre aconsejamos evitar el aseo sentada en la bañera.

Evitar el uso diario de almohadillas sanitarias protectoras, evitar el estreñimiento, no retardar la micción poscoito, tener relaciones sexuales protegidas, una ingestión de agua adecuada y evitar la demora innecesaria entre micciones.
vm/osa
* Colaborador de Prensa Latina

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