Constitución y Reelección
El 170 aniversario de nuestra
Constitución encuentra a la clase política del país dividida en dos corrientes: una que hace malabares
para lograr a todas luces una posible reelección del
Presidente Danilo Medina, y otra que se mantiene apegada a un no, pero a su
conveniencia, para abrirle paso al ex presidente Leonel Fernández, tomando como
paradigma el control legislativo que mantiene el PLD.
Aunque la oposición, en especial los perredeístas
y perremeistas, como segunda fuerza legislativa podrían tener la llave para
abrir el candado morado y completar los 18 votos que le faltarían para lograr
una mayoría especial, que patentice una nueva reforma a la carta magna, su
situación es compleja porque en esos linderos no hay quien garantice en lo
absoluto que la línea bajada será acatada cuando el manager de la señal desde el dogaut, como ocurre en béisbol.
La nota diferente, aunque con partituras
parecidas a las más recientes encuestas, la dio el honorable Presidente del
Tribunal Constitucional (TC) y viejo
zorro de la política contemporánea, doctor Milton Ray Guevara, quien afirmó
ante decenas de legisladores, incluyendo la presidenta del Senado, Cristina
Lizardo, que «la revolución democrática que constituye la Constitución del
2010, que estableció el Estado Social y de Derecho, sumado a la revolución que
impulsa el presidente Danilo Medina en el sector educación, así como la salud,
valores patrios y democráticos, garantizarán una patria libre y las
aspiraciones del pueblo’’.
¿A cuáles de las aspiraciones del pueblo
se refiere o quiso soslayar el distinguido Presidente del TC?. ¿A cambio en los actuales momentos, esa
franja de la población, que ha dado señales de reelección, la cambiaría por
mejor educación, salud y valores patrios?. Dejo la pregunta en el aire porque
sería muy prematuro responderla, y más aún cuando el carro de la reelección tiene buenos neumáticos y combustible suficiente, para llegar a los lugares más
apartados.
Desde el 6 de noviembre de 1844 cuando
nació nuestra Carta Magna en San Cristóbal hasta la fecha, la misma ha sufrido 38 modificaciones, siendo la última en el 2010.
Hoy, 170 años después de su nacimiento, se sigue bailoteando, en medio de amarres, acuerdos de
aposentos, incertidumbre e intereses de una clase política, que sin importar el
color, la sigue usando y ‘’respetando’’ a su conveniencia.
Por ahora cada quien juega la ficha que
mejor le convenga a su ajedrez, teniendo como elemento común la protección a su
rey al precio que sea, aunque tenga que ceder su dama en la primera partida,
con tal de lograr su objetivo: la victoria.