Comprobando el nacimiento de Jesucristo

Escribir sobre Jesucristo es de gran importancia, siempre y cuando se tenga la certeza de su existencia. Muchos han dudado de la existencia de Jesucristo, y otros lo presentan como un hombre histórico. Sin embargo, existen millones de cristianos que afirman la existencia y la divinidad de Jesucristo. Es obvio, la comprobación del nacimiento de Jesucristo, es determinante en esta polémica humana, en tal sentido, el uso histórico es obligatorio para tal comprobación. La Biblia es y debe ser la historia más segura de la humanidad, aunque no la presenten de esa manera. Sin embargo, «La Historia Universal,» «La Historia Antigua,» Etc., se basaron en la Biblia como relato verdadero de la historia de humanidad, y por ende debe ser ancla segura en la historia sobre Jesucristo.

Los personajes que escribieron en la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento o «Biblia de los Hebreos,»  estuvieron dispersos en sus vidas, entre el primero  de ellos y el último, alrededor de 1600 años. Esto implica la imposibilidad de ponerse de acuerdo entre ellos. Además, fueron escritores de un país dividido en dos partes: El reino del norte (Israel) y el reino del sur (Judá). Esa difícil situación impedía unificar esfuerzos para inventar una falsa historia. También hay que tomar en consideración que estos dos reinados eran contrarios entre sí. Pero, lo peor de todo, es que ambos reinos fueron llevados cautivos a tierra ajenas, y luego una de las partes regresó a su territorio, ordenado y ejecutado por reyes paganos. Sin embargo, los escritores de la Biblia, a pesar de las diferentes vicisitudes  tienen una mente común: Dios.

Se puede entender la objetividad y la unicidad de la Biblia, porque fue inspirada por Dios, así lo escribieron los apóstoles Pablo y Pedro; el primero un intelectual de la época y el segundo un iletrado (del vulgo). El primero, un perseguidor de todo lo que atentara contra su religión del judaísmo, y el segundo un pequeño empresario pescador. Pablo escribió: «Toda la Escritura es inspirada por Dios, útil para enseñar, para redarguir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra» 2 Ti. 3:16, 17. Mientras que Pedro, escribió: «porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo» 2 Ped. 1:21.

Hecho el anterior análisis, se puede afirmar que la historia encontrada en la Biblia, sobre cualquier hecho es verídico. El nacimiento de Jesucristo está avalado por la Biblia. Dios veló por el bienestar de su Creación, de ahí que, como el hombre de todo lo creado era lo más sublime, los hizo a su imagen y semejanza. Por tal motivo cuando el hombre peca, Dios decide buscar una solución a ese acto de desobediencia y castigable, y entonces, promete enviar a un descendiente de la mujer, pero no del hombre para salvar a su humanidad del castigo que le esperaba. Está escrito: «Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tu le herirás en el calcañar» Gén. 3:15.

Dios decide de qué familia nacería el Cristo, y lo relaciona con su bendición para el mundo. Por eso, escoge a Abram y a su descendencia, a su hijo Isaac, a su nieto Jacob (Israel), y a sus bisnietos (los doce hijos de Jacob, quienes formaron las doce tribus de Israel). Todo esto quedó profetizado cuando Dios le dijo a Abram de crear de él una nación: «Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición;» y a la vez, profetiza su relación con Jesucristo cuando le dijo: «y serán benditas en ti todas las familias de la tierra» Gén. 12:3b.

Jesús nació en el pueblo de Israel  de la tribu de Judá. Pero, para que haya certeza, Dios decidió indicar en que familia nacería, y escogió la familia de Isaí, cuando dijo» Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces» Is. 11:1. David, fue hijo de Isaí, el cual nació en Belén de Judea, por tanto quedó escogido el lugar exacto del nacimiento de Jesucristo. Y, fue de los hijos de Isaí, que se escogió a David,  del cual descendió José esposo de María, de la cual nació el Cristo. La ley (torax), los salmos y los profetas indican con suficiente claridad el objetivo del nacimiento de Jesucristo, sus sufrimientos, sus obras, sus actitudes y sus triunfos.

Jesucristo nació de María, la cual no había tenido relación sexual, Luc. 1:34, para cumplir la profecía antes mencionada; fue llevado a  Egipto, Os. 11:1, desde donde fue llamado para ir  adonde se crió, en Nazaret (por eso fue llamado el nazareno, retoño); Herodes cumple la profecía sobre la muerte de los niños, tratando de matar a Jesús, quienes eran descendientes de Raquel y Jacob de Ramá, «Raquel que llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque perecieron» Jer. 31:15.

Juan del Bautista fue el último profeta del Antiguo testamento, el cual fue rechazado en parte por las autoridades judías, por su mensaje de transición a una nueva época, la cual inició con Jesucristo, por eso  el profeta  Isaías lo describió como: «Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová;  enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios» Is. 40:3. Y es este profeta quien dijo que Jesús era el que había de venir, y luego dice de él: «He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo» Jn. 1:29.

El nacimiento de Jesucristo, está bien definido en la Biblia, pero ahora, lo que tenemos que hacer es invertir las cosas,  pues somos nosotros los que debemos nacer en Cristo. Este nacimiento es asemejarnos en todo a él, pues venimos a ser nuevas criaturas, como  escribió Pablo: «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» 2 Co. 5:17.