Chikungunya, prueba de fuego para Sistema de Salud
La chiKungunya o
chicungunya es el nombre con que el Sistema dominicano de salud ha bautizado
una afección que llega al país en forma repentina, sin que se sepa a ciencia
cierta de donde pudo haber llegado ni las circunstancias en cómo llegó.
El mal se
detecta en la comunidad de Haina, al oeste de Santo Domingo, donde aparecen los
primeros casos de esa rara enfermedad, llegando a afirmar algunos lugareños,
que se trató de una sustancia desconocida que fue manejada en dicho puerto, lo
cual fue desmentido por las autoridades, después de haber hecho un descenso en
la zona.
La enfermedad, de
aspecto viral, ha sido nombrada por las autoridades, en atención a una
enfermedad parecida y que apareció según algunos conocedores de la misma,
en algunos lugares de África y otros pueblos asiáticos.
La prueba de
fuego para nuestras autoridades de salud ha estado fundamentada en varios
aspectos:
En primer lugar, se desmintió la versión a la que habían hecho
alusión los lugareños de Haina, pero no se ha demostrado a ciencia cierta de
qué forma aparece este terrible mal en el país;
En segundo lugar, es una
enfermedad tan desconocida por los médicos que ninguno se aventura a indicar
otra cosa que no sea el uso de acetaminofén y líquidos, además de mucho
reposo.
En tercer lugar,
los propios médicos han resultado sorprendidos porque la enfermedad, produce
efectos secundarios o posteriores a los que pudiera producir cualquier virus
común, entre los cuales se inscriben fuertes y prolongadas inflamaciones artríticas
y coyunturales, congestiones entre otras cosas que a decir de los mismos
médicos, podrían estar afectando a los pacientes o afectados, durante meses y
quizás años y hasta causar daños permanentes en otros a lo cual, ningún médico
aunque hace pronósticos no científicos ya que no están sustentados en
ningún estudio clínico, tampoco se aventura a indicar ningún medicamento a
través de receta alguna. Es decir, te
pueden predecir pero no te pueden prevenir. ¿No es esta una prueba de fuego para
cualquier médico?.
En cuarto lugar,
se ha afirmado que la forma de transmisión es a través de mosquitos, pero la
rapidez con que el virus se ha propagado parece indicar que, además del
mosquito, debe haber otra forma de contaminación o transmisión sin necesidad
de contradecir lo del mosquito ya que los insectos son transmisores por
excelencia de virus y bacterias.
Por último, hay
que resaltar que las autoridades dominicanas hablan de menos de 200 mil
personas afectadas por este virus, pero deben salir al pueblo y hacer un censo
o encuesta para que conozcan la realidad y no se hable de cosas que nadie las
va a creer, porque en términos reales la cifra de afectados en este momento tiene que oscilar en aproximadamente los 3 millones de personas en todo el
país.
¿Y qué ha pasado
con los programas de fumigación preventiva que no se han dejado sentir ni ver
en la población?, ¿Será que Salud Pública no cuenta con recursos para hacerlo?. Solo han sido
vistos los grandes operativos para eliminar criaderos, como si esto fuera suficiente.
Que se acaben de
poner las pilas las autoridades y que hablen la verdad al pueblo, mientras
tanto, los que hemos sido afectados, andamos cojeando y algunos cayendo. Ojo,
autoridades de Salud.