Banalización de la delincuencia y reacción social
Para comprender este primer aspecto, es necesario precisar primero la noción de “desviación” y el objeto de la “sociología de la desviación”.
En sociología, se entiende por desviación el conjunto de los comportamientos que no son conformes a las “normas sociales” en vigor y que dan lugar desde entonces, en el grupo social, a las reacciones de tipo diverso que se designa por la expresión de control social (social control). Siendo las normas sociales muy diversas, la desviación va desde los discapacidades físicas (por ejemplo, el tartamudeo.) y psicológica (por ejemplo, la enfermedad mental.) hasta el crimen, a través de la violación de los preceptos religiosos, los imperativos morales, usos sociales y las normas jurídicas no penales.
En cuanto a la sociología de la desviación, es la rama de la sociología que tiene por objeto explicar de la desviación en término de factores y de procesos sociales y culturales.
Nacida en Estados Unidos de la transformación del estudio de los problemas sociales en los años 30, ella se ha desarrollado sobre todo en los años 60 con la Escuela interaccionista y principalmente E. Lemert y H. S. Becker.
Esos autores elaboraron así, las teorías explicativas de la desviación que consideran la delincuencia como una simple variedad de desviación sin especificidad particular, al lado de la de los tartamudos y de los enfermos mentales o de los “músicos de danza”. De ahí en adelante, se comprende que insertando el objeto “delincuencia” en el objeto “desviación”, la sociología de la desviación ha trivializado el primer objeto.
La delincuencia no es más una conducta especifica sancionada por una pena que nos oponemos al respecto el comportamiento de la ley penal; es sólo uno de los muchos aspectos de la desviación frente a la conformidad social, oposición también tiende a desaparecer en los desarrollos más recientes en el uso de conceptos intermedios (marginalidad, la variancia, la diferencia, la ramplonería).
Pero como las sanciones penales son aplicadas a ciertos “desviados”, se asiste entonces, en la literatura de la sociología de la desviación, similarmente a esta banalización, a una verdadera dramatización de la reacción social contra la delincuencia.
Por su lado, la dramatización de esta es unida a los efectos de la intervención de la reacción social contra los delincuentes que todavía se consideran perjudiciales y por lo tanto «estigmatizante». Da lugar a la invención de nuevas distinciones concretamente diseñadas para resaltar el fenómeno.
La distinción más conocida es la del profesor Lemert entre “desviación primaria” y “desviación secundaria”. El desviado primario es aquel que ha realizado un acto cualquiera de desviación sin embargo de haber tomado por el proceso de la reacción social contra la desviación; su acto se explica, según Lemert, por los factores diversos que no son diferentes de aquellos que reflejan las conductas desviadas primarias han sido incautados por el proceso de control social, viene a definirse a sí mismo como una desviación de acuerdo con la «etiqueta» para el «estigma» que otros miembros de la sociedad, incluidos los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley (policía, justicia) le atribuye.
Esta distinción del profesor Lemert ha inspirado a H.S.Becker una distinción vecina entre “lawreakers” (los autores de una violación de la ley) y aquellos que hacen una “carrera criminal” (criminal career) que son los mismos desviados siguiendo las interacciones características del juego del proceso de control social.