Azúcar y sociedad
El anuncio del presidente Danilo Medina ante la directiva de la Asociación de Productores Agropecuarios de Mata Palma, en la comunidad de Guerra, de que el gobierno relanzaría la industria azucarera, ha sido una de las noticias más importante y halagüeña de los últimos 15 años. Con esta medida gubernamental el mandatario rescatará a un sector que a pesar de sus aportes en la historia económica del país, se convirtió en la cenicienta en los pasados 20 años. El gobernante resaltó que en los próximos días arribará al país un técnico colombiano experto en la fabricación de azúcar Panela, una variedad del producto extraído de la planta gramínea. Se menciona que con este tipo de dulce, la exportación de edulcorantes dominicanos se elevaría a un mercado de mayor valor y dimensiones que el tradicional. El presidente Danilo Medina vuelve a demostrar que su gobierno es un aliado de l@s productor@s de la nación y que durante su mandato est@s no serán abandonad@s a su suerte. La producción de azúcar tuvo uno de sus mejores momentos durante los años setenta del siglo XX, fruto de los altos precios de esa mercancía, época en la cual el país contaba con los ingenios azucareros tanto estatales como privados produciendo a toda capacidad, como también con alrededor de 3,200 colonos que cultivaban la caña, para luego venderla a los grandes ingenios. La industria azucarera ocupaba el 90 por ciento de las exportaciones, siendo la principal fuente de divisas de la nación. Sin embargo, a pesar del auge en esos años, la producción de azúcar recibió fuertes críticas por la contratación masiva de mano de obra haitiana en condiciones anti capitalista e infrahumanas, circunstancia que originaron un rechazo nacional a trabajar en ese sector de la economía. El patrimonio estatal cañero fue iniciado por el dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, quien al percatarse de las bonanzas del negocio azucarero desde el año 1905, optó por invertir en ese renglón. Luego de la Segunda Guerra Mundial el tirano construyó en una finca de su propiedad ubicada en Villa Altagracia el ingenio Catarey. Empero, al sátrapa resultarle pequeño los beneficios de un único enclave, entonces se decidió al año siguiente a iniciar la construcción del Central Río Haina, para después también comprar ingenios en manos de capital extranjero, obviando solamente de dichas adquisiciones a la Casa Vicini y al Central Romana. Pero la historia de la industria azucarera se hizo gris a raíz del descubrimiento del jarabe de maíz de alta fructuosa (corn syrup), ya que las grandes compañías de alimentos y bebidas iniciaron la sustitución del tradicional dulce proveniente de la caña de azúcar, por la nuevas sustancia química, hallazgo que fue denunciado por Juan Bosch, quien dio la voz de alerta del ocaso del azúcar como endulzante de productos y bebidas, y exhortando al Estado Dominicano a la diversificación de la industria azucarera, abandonando el monocultivo. Hoy día la caña de azúcar solamente ocupa el 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto. En la actualidad el Estado Dominicano es propietario de los ingenios Consuelo, Ozama, Boca Chica, Quisqueya, Río Haina, Porvenir, santa Fe, Monte Llano, y Amistad. Mas, estudios científicos recientes demuestran que el jarabe de maíz de alta fructuosa (corn syrup) es altamente perjudicial para la salud, lo que está obligando a las empresas alimenticias que lo utilizan como parte de sus ingredientes, a inclinarse por productos sanos, como lo es el azúcar por estar exenta de esos químicos mortales. El futuro es promisorio para el azúcar, y por el espacio económico que puede conquistar es que el país debe marchar al lado del presidente Danilo Medina para acompañar al gobernante en su frase en la comunidad de Guerra cuando dij “La vamos a relanzar para que los productores de caña tengan de nuevo mejores condiciones de vida”.