Atroz crimen por descuartizamiento

La mutilación mediante la cual el desmembramiento o descuartizamiento, que constituye la separación del cuerpo humano, es una acción  criminal no muy común en nuestra sociedad actual.

Es la tarea y efecto de fraccionar un cuerpo, haciéndolo cuatros. Es bastante frecuente hallar en la crónica criminológica casos de descuartizamientos producidos por homicidas, con la intención de hacer numerosa o irreconocible el cuerpo de la víctima. Si la división se realiza después de la muerte del interfecto, no se agrava la pena, como en el caso de que suceda antes, en que se daría la circunstancia calificativa del ensañamiento.

Arcaico suplicio consistente en descuartizar el cuerpo del reo, ya utilizando caballos para que tiraran de cada una de sus extremidades, o atándolo a ramas encorvadas que, al establecerse, despedazaban al ajusticiado.

En la sentencia dictada contra José Gabriel Túpac Amaru se dispuso ejecutarlo de este modo, pero en la realidad no pudo cumplirse en la forma dispuesta. La ejecución del rebelde Túpac Amaru tuvo lugar el 18 de mayo de 1781, en la ciudad de Cuzco, Perú: se lo sometió a suplicio en último término, después de obligarlo a presenciar la muerte de sus parientes, esposa e hijos.

Primero el verdugo le cortó la lengua; después le ataron lazos en manos y pies, que asieron a las cinchas de cuatro caballos, a los cuales azuzaban en direcciones opuestas. Sea porque los caballos no fueran muy fuertes o porque el indio en realidad era muy recio y vigoroso, no pudieron dividirlo.

Después de que durarán un largo rato lo tuvieron tironeando en el aire, compadecido por fin el ejecutor, ordenó que se abreviara el suplicio cortándole la cabeza. Muerto Túpac Amaru, se le cortaron los brazos y los pies, y se quemaron en la hoguera su destrozado despojo.

Este fenómeno se originó como modalidad de sacrificio humano, que fue debidamente documentado por Oswaldo Chinquilla Mazariegos en la descripción de las esculturas y objetos de cerámica del periodo preclásico tardío, 400 a.c.-150 d.c, en la costa pacífica de Guatemala.

El descuartizamiento de caballos fue bastante usado en España durante la Conquista y el periodo colonial, aunque también lo emplearon otros países europeos durante la Antigüedad, la Edad Media y la Edad Moderna.

Excavaciones recientes al sur de Colorado, han descubierto el depósito individual más grande de seres humanos mutilados en el suroeste de Estados Unidos; Este depósito se remontaba al siglo VIII o IX, siendo los hallazgos de acuerdo los autores, no al origen ritual o punitivo, sino a lo que ellos consideran comportamientos general resumidos en: la guerra (como trofeos), el control social violento) intimidación) y el canibalismo por hambre.

Por otro lado, se encuentran los desmembramientos realizados por criminales con fines de ocultamiento, o motivaciones creativas vinculadas a la actividad sexual y en menor medida necro maníaca, perpetradas mayormente por individuos con trastornos psiquiátricos o bajo efectos tóxicos.

El maestro Osvaldo Raffo en su obra “Tanatología”, dedica un capítulo completo al descuartizamiento criminal enumerando detalles algunos casos célebres y detallando los pasos a seguir por el médico legista e investigadores frente a esta situación.

Desde que el maestro francés Edmond  Locard, formulara su conocido principio de intercambio, según el cual siempre que dos objetos entran en contacto transfieren entre ellos parte del material que incorporan, la labor criminalística en el lugar del hecho cobra vital importancia. Esto es, que la ciencia se pone al servicio de la investigación de delitos, pero como toda ciencia debe constituirse por un método fiable y reproducible.

El lugar del hecho se define como el espacio físico en el que se ha producido un acontecimiento susceptible de una investigación científica criminal con el propósito de establecer su naturaleza y quienes intervinieron; pueden estar integrados  por unos o varios lugares interrelacionados.

El médico forense, en el lugar del hallazgo, trabaja coordinadamente con el equipo de criminalística, y su labor comienza luego que la zona ha sido  acordonada, protegida y fijada (fotografiada, filmada), como así mismo cada hallazgo o gesto que realice el médico forense en el lugar del hecho debería ser documentada de la misma manera.

En general el desmembramiento se lleva a cabo en las cercanías del lugar del homicidio, y deben investigarse bañeras, piletas, bateas o grandes recipientes. En el desmembramiento criminal, el hueso se constituye como el testigo principal a la hora de determinar los elementos que fueron utilizados para realizar la mutilación, y de esta manera establecer su vínculo con el victimario.

En relación al proceder del médico legista ante la situación de un cuerpo desmembrado, es de suma importancia que el mismo esté presente en el lugar del hecho al momento del levantamiento del cadáver, entendiendo que el proceso de la autopsia allí empieza.

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