Un proceso sin traumas en el PLD, sería lo conveniente
Desde que se supo la escogencia del Ingeniero Gonzalo Castillo como el elegido precandidato presidencial oficialista de la corriente danilista para enfrentar al Doctor Leonel Fernández en las primarias del próximo día 6 de octubre, las apuestas se han disparado en la opinión pública con sus respectivos matices.
En tal sentido, la situación en el PLD puede percibirse preocupante o despejada, dependiendo del color y del calor que cojan los acontecimientos en esta semana y la siguiente. Para la cita electoral, faltan menos de tres semanas y en ese tiempo, a menos que ocurra un fenómeno de ebullición social, el resultado sería positivo a favor de Leonel, pero, en tal caso, no sería una victoria fácil, dado que dependiendo de cómo se gane, la unidad podría estar en juego y, por vía de consecuencia, perder las elecciones de mayo 2020.
Es por eso que los actores principales y máximos líderes del país y del partido oficial, entiéndase, el presidente de la República, Licenciado Danilo Medina, y el presidente del partido, Doctor Leonel Fernández, deben limar asperezas y poner por delante los intereses nacionales y del PLD ante la clara lucha de grupos por el control del partido y del Poder Ejecutivo. De un lado se habla de minorías y del otro de mayorías, sin embargo, son dos alas de una misma ave.
Lo más conveniente para el partido es la celebración de un proceso primario sin traumas ni denuncias de atropellos de ninguna clase; una fiesta democrática que facilite la unidad monolítica de todas las estructuras del partido en torno al ganador del proceso, más el apoyo del poderoso sector externo, como empuje final de un nuevo triunfo.
Ahora el gobierno tiene su halcón, quien, con el apoyo del gobierno, podría volar tan alto como Leonel. No obstante, el mismo debe mostrarse conciliador y equilibrado en el uso del poder a favor o en contra de algunos de los precandidatos oficiales, por lo tanto, se debe tener claro que después del proceso es importante trabajar la unidad.
En tal sentido, y aunque parezca contradictorio, podría darse un resultado que salga de las primarias y ser ajustado, en caso de que Leonel resultare vencedor. Sin embargo, si el vencedor resultare ser Gonzalo, el danilismo y el gobierno lo celebrarían por todo lo alto y hasta podrían pensar, con esa victoria, que no les haría falta consenso con la otra parte, lo cual se podría definir como una crisis de percepción.
Vencedor Leonel, y vencedor su equipo, deberán trabajar, desde esa misma noche, un discurso unificador que garantice un gobierno y un partido trabajando en la misma dirección. Si esa máxima no se cumple, y en cambio, se agudizan hostilidades, el camino conduciría hacia el muro de las lamentaciones.
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