ARGENTINA: Trump, Peña Nieto y Trudeau firman pacto comercial T-MEC

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Buenos Aires, 30 nov.- Los líderes de Argentina, México y Canadá aparcaron hoy temporalmente las tensiones que han marcado su relación para firmar el acuerdo comercial T-MEC, que sustituirá al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) si es ratificado por los congresos de los tres países.

En su último día en el poder, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, protagonizó junto a su homólogo, Donald Trump, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, el acto de firma del pacto trilateral, alcanzado en septiembre después de un año de duras negociaciones.

«Los acuerdos comerciales no pueden permanecer estáticos, necesitan avanzar de acuerdo con las necesidades de nuestra economía», dijo Peña Nieto durante el acto, celebrado en un hotel de Buenos Aires antes del inicio de la cumbre de líderes del G20.

Trump perfiló el tratado como «el mayor, más significativo, más moderno y más equilibrado de la historia», un pacto «revolucionario» que «beneficiará enormemente» a los tres países.

«Este es un acuerdo modélico que cambia para siempre el panorama comercial», afirmó.

El discurso de Trump era de conciliación con Peña Nieto y Trudeau, a los que describió como «grandes amigos» suyos, pero el lenguaje corporal de los tres líderes dejó clara la difícil relación que han mantenido desde que el actual presidente estadounidense llegó al poder hace casi dos años.

«Esto ha sido una batalla, y las batallas a veces generan grandes amistades», afirmó Trump dirigiéndose a Trudeau, con quien tuvo una amarga trifulca durante la cumbre del G7 el pasado junio.

Los tres podios desde los que hablaron los dirigentes llevaban el sello oficial de la oficina de Trump, un aparente fallo de protocolo que parecía derivado del hecho de que fue la Casa Blanca quien organizó el acto.

Sin embargo, ese detalle reflejó el papel cantante que ha tenido el país en la renegociación del TLCAN, que comenzó debido a la insistencia de Trump de que ese pacto, en vigor desde 1994, era un «desastre» y perjudicaba a los trabajadores estadounidenses.

Trump, Peña Nieto y Trudeau firmaron un documento simbólico y dejaron la rúbrica legal del T-MEC en manos de sus negociadores comerciales: Robert Lighthizer, el mexicano Ildefonso Guajardo y la canadiense Chrystia Freeland.

Además de la ratificación legislativa, queda un obstáculo clave para allanar la relación comercial: la reticencia de Washington a levantar los aranceles del 25 % a las importaciones de acero y del 10 % a las de aluminio que impuso este año a los países vecinos.

Canadá y México confiaban en que el Gobierno levantara esos aranceles cuando se firmara el acuerdo, pero Washington se mantuvo firme, y Trudeau se lo recordó a Trump durante su discurso.

«Donald, (el cierre de varias plantas de producción de General Motors) es una razón más por la que tenemos que seguir trabajando para eliminar los aranceles al acero y el aluminio entre nuestros países», insistió el primer ministro de Canadá.

El tema caerá a partir de mañana en manos del nuevo Gobierno mexicano, presidido por Andrés Manuel López Obrador.

«Yo seriamente lo considero muy urgente, y yo sí plantearía un propósito firme de que no pase el año» para tener resuelto el tema de los aranceles, dijo hoy a Efe el negociador comercial de López Obrador, Jesús Seade, durante el acto de firma del pacto.

No obstante, preguntado al respecto, el representante comercial de EE.UU. no quiso comprometerse a alcanzar un acuerdo con México antes de fin de año, y subrayó que cualquier pacto debe preservar los «beneficios» que han supuesto los aranceles para la industria estadounidense.

«Es difícil poner un plazo fijo (…), continuaremos negociando la próxima semana», indicó Lighthizer en una rueda de prensa.

La ratificación del T-MEC es incierta por lo menos en el Congreso, ya que la oposición demócrata tomará en enero las riendas de la Cámara de Representantes, y varias figuras del partido se han mostrado escépticas sobre el pacto.

Sin embargo, Lighthizer recordó hoy que hay algo de margen de maniobra a la hora de convertir el tratado en un proyecto de ley, y se mostró «absolutamente» convencido de que Trump logrará «un número muy alto» de votos demócratas a favor del acuerdo.

of-am

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