Apostando a una sociedad más participativa
Hace más de 25 años que se inició el proceso de globalización en el mundo y los países comenzaron a adecuar su estructura productiva a espera de montarse en ese carro que incluye el desarrollo económico, tecnológico, político y cultural a escala planetaria y que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los diferentes países del mundo uniendo sus mercados, sociedades y culturas que le dan un carácter global.
Para alcanzar el nivel de desarrollo para entrar en ese exquisito circulo mundial se necesita concertar una estrategia nacional de combinar crecimiento con desarrollo, donde ese crecimiento contribuya a eliminar las asimetrías que separan a los países ricos de los países menos desarrollados, llevando a sus ciudadanos competir en términos económicos y sociales.
Se sabe que la República Dominicana ha estado promoviendo la idea de que ha tenido un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) más alto de América Latina en las últimas décadas, sin embargo ese crecimiento económico no se verifica en la educación, ni en la salud. Los niveles de pobreza son alarmantes y aún tenemos muchos ciudadanos y ciudadanas analfabetas, cuando en otros países son cosas del pasado.
El índice de desarrollo humano (IDH) de República Dominicana que presenta el informe del PNUD del año 2014 dice que de 187 países a nivel mundial la R.D. ocupa el puesto 102, lo cual significa que aunque se han observado movimientos positivos en el IDH, estos no son suficientes para saltar del nivel encontrado en año 2011- 2012 y, que la clase más vulnerable son los Jóvenes, Mujeres, envejecientes y primera infancia.
Podemos observar que por más crecimiento que haya tenido el país siguen insatisfechos los temas como el de la electricidad, seguridad ciudadana, seguridad social, agua potable, vivienda y medio ambiente.
Vemos como nuestros ríos languidecen por la falta de control en la extracción de materiales de sus cauces.
Vemos la salud que no existen controles de enfermedades como el Sika, el dengue y la chikungunya.
El programa de combatir el analfabetismo debió haber sido cosas del pasado, sin ser una de nuestras áreas de preocupaciones en el siglo XXI, mientras otros países están trabajando por una educación de mayor calidad y sobre la implementación de programas de actualización curricular de jóvenes profesionales y maestros, aun el analfabetismo existente es una preocupación nuestra.
Son muy pocos los países que aún están luchando por derechos primarios, ya en una sociedad desarrollada eso también está en el pasado. Los derechos fundamentales de los ciudadanos ya han sido alcanzados por aquellos países que han alcanzado el grado de desarrollo y entrar en el círculo de países globalizados, aun estén en vías de desarrollo.
Es tiempo de que los jóvenes dominen las tecnologías de información y comunicación de manera que se puedan integrar e interactuar en las redes sociales, como oportunidad a hacer las propuestas de políticas públicas que vayan en beneficio de la gran mayoría excluida y que también le sirva de base de meterse en el mundo de los juegos de negocios electrónicos.
De ahí que debemos pasar de las simples propuestas de políticos en tiempo de campaña a verdaderos hechos que transformen a los ciudadanos en mejores personas, más útiles para alcanzar una sociedad de cara al futuro que compita en este mundo globalizado que cada día separa más a los países ricos de los pobres y separa cada día mas las personas ricas de los ciudadanos pobres.
Hay que apostar cada día a construir una sociedad más competitiva y participaba, “siendo el gran reto del siglo XXI dotar a la democracia de políticas públicas eficaces y eficientes”, dice Eduardo Sojo G.
La lucha contra la corrupción y la transparencia en el uso de los recursos públicos es el camino que nos lleva a entrar en el mundo globalizado y es lo que garantiza una verdadera democracia.
Al concluir el mes de la patria nos referimos ideario de Juan Pablo Duarte líder fundador de nuestra patria que decía: “Trabajemos por y para la patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos”.
jpm