Análisis de la película “Carpinteros”, de José María Cabral

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EL AUTOR es catedrático universitario. Reside en Santo Domingo.

La denuncia social constituye la principal estrategia de desvelo con la que fluye el desarrollo de la película del dominicano José María Cabral.

Esta denuncia se logra a partir de un proceso de semiosis, cuyo núcleo semántico se concretiza mediante la comunicación. Se trata de una artisticidad representada por un lenguaje que, más allá de serlo, simboliza las lenguas de señas o sistemas de comunicación social con las que la comunidad de sordomudos expresa sus pensamientos, con total independencia del sistema semiológico verbal.

Este tipo de denuncia no es nuevo en el cine dominicano. Ya el cineasta José Enrique Pintor había estrenado “La Cárcel de la Victoria: el cuarto hombre” (2004) y Fernando Báez, “El rey de Najayo” (2012). Con este largometraje, José María Cabral añade un nuevo y ya exitoso texto fílmico al que el crítico de cine dominicano, Félix Manuel Lora Robles, denomina “drama carcelario”, un subgénero dramático (Lora, 15 de mayo 2017, acento.com).

La película inicia con la llegada de Julián a la cárcel de Najayo, quien de inmediato conoce a Manaury, un preso prepotente que vende sustancias prohibidas. Fue él quien lo instruyó para que pudiera enviar mensajes a Yanelly, su enamorada, pues debido a un incidente había sido trasladado a un pabellón en el que se le hacía imposible comunicarse a través de señas. Pero Julián y Yanelly se enamoraron perdidamente.

Tras haberse descubierto la venta de estupefacientes en la cárcel, tanto Julián como Manaury fueron trasladados a la cárcel de la Victoria. Ahora Manaury está decidido a matar a Julián y lo logra gracias a una pistola que le prestó una prima que también guardaba prisión en la misma celda. Finalmente, Yanelly persigue a Manaury y lo asesina con un cuchillo en plena cárcel, tras lo cual se le ve salir en libertad.

El nombre de “carpinteros” hace referencia a la forma en que se comunican los internos con las internas desde sus respectivos pabellones. Se levantan por las rejas –como lo harían los carpinteros– para comunicarse con sus parejas a distancia, con las que sólo pueden tener relaciones íntimas a través de las prendas interiores que les envían clandestinamente.

¿Es esta la realidad en que viven los presos de las cárceles dominicanas? Sin dudas, la película revela un secreto a voces: “las cárceles fueron construidas para una determinada cantidad de internos, pero la realidad es que el número de éstos ha sido quintuplicado”. Este hecho puede ser constatado visitando las mismas cárceles y conversando con sus autoridades quienes hablan abiertamente de la situación.

¿Cómo es posible que Manaury venda estupefacientes, en y desde la cárcel, con tanta normalidad? ¿Quiénes se lo permiten? ¿A quiénes les paga este capo para realizar sus operaciones ilícitas? ¿Es este un retrato del inmundo en que se corrompen cada día los presos dominicanos?

Todo apunta a la complicidad entre las autoridades y el preso-narco, pues cuando Julián lo denuncia, los soldados sólo llevan una vasija con unas cuantas bolsas de droga. Sin embargo, el depósito estaba lleno de kilos. Era tanto que se encubrían con los fardeles de arroz.

Por otro lado, ¿qué hacía esa mujer, supuestamente prima de Manaury, viviendo en la misma celda de los hombres, en la Victoria? ¿Es esto un fallo del guionista, del director o es una realidad que se vive en este penal? No lo sabemos. ¿Y quién les consigue las armas a estos presos? ¿Quién permite el flujo de armas y todo tipo de sustancias prohibidas a estos centros que lejos de producir un cambio de conducta favorable para el interno, lo corrompe?

En el habla de algunos de los presos, las locuciones interjectivas son muy comunes. Las más abundantes pertenecen a estratos sociales periféricos. Aluden a los órganos genitales femeninos y masculinos. Los despidos de iras se producen aludiendo al sexo oral masculino con mucha frecuencia. El segundo lugar lo ocupa el nombre más obsceno del órgano genital femenino.

Pese a tan grande carga de contaminación acústica de este tipo, el filme es de una originalidad extraordinaria. Representa en lo lingüístico la suma de sustratos sociolectales e idiolectales propios de los espacios excluidos de la sociedad, debido al flagelo de la corrupción institucional.

¿Por qué el dinero y la voluntad no le alcanzan al Estado para corregir lo que está mal? ¿No es acaso esta una película ideológica? ¡Qué hablen los entendidos!

JPM

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Ernesto
Ernesto
3 Años hace

Me gustó el análisis, acabo de ver la película y realmente se refleja en él. La realidad de las cárceles muestra un mundo en que que parece estar muy lejos la reforma del ser humano.