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A todas las madres de la creación
El ultimo domingo de mayo se celebra el Día de las Madres en la República Dominicana observándose grandes movimientos del comercio y los negocios atestados de público, donde cada hijo individual o acompañado por sus padres buscan el regalo más preciado para obsequiarlo a su adorada madre, que como tributo al eterno amor que palpita en su corazón alegrar ese esperado día de aquel ser que lo mantuvo en su vientre y lo trajo a la luz con dolor. También el marido entra sudoroso a las floristerías buscando el ramo de flores y los arreglos más bonitos para festejar.
Es que hoy es la fiesta más celebrada por la nación. Este día dedicado a las madres es maravilloso. Ellas con todas las fuerzas de la fecundidad dan al mundo los hijos, sus mejores frutos; son las flores mas bellas, las mieles más ricas y los cantos mas armoniosos. Hoy con profundo amor y sacrificio cada hijo y cada esposo quiere agradar a las madres por su amor y abnegación y sostén de la vida.
Se otorgan regalos a las madres que viven y comparten el día a día y también se celebra a aquellas que han desaparecido físicamente pero que viven en los corazones de cada hijo o hija, hermano o hermana, viudos con alegría por las que están y con tristeza por las que se han ido. Las que se han ido nunca sus hijos han dejado de pensar en ellas y el anhelo de tenerla, hace que sus recuerdos no mueran llevándoles flores a sus tumbas porque piensan que desde ahí recibirán el perfume y el aroma y que en el proceso de lucha por la vida siempre se lleva a ella dentro.
En la religión católica de nuestro país, la madre es María, la virgen de los siete dolores. Y está bien que sea así porque salvo el momento en que ve nacer al hijo oye su primer grito, cuando la alegría de haber traído al mundo una nueva vida la embriaga como una copa de licor divino, la madre siempre sufre: sufre el dolor físico del alumbramiento y sufre toda la vida el dolor moral del miedo; miedo que a su hijo se le enferme o no sea el hombre bueno que ella espera o no resulte lo inteligente como lo desearía, y sufre cada hora la anticipación de la muerte de su criatura. Escribía Juan Bosch en el día de las madres.
Ellas representan amor, abnegación, dedicación, esmero, apoyo, solidaridad y dicha para sus hijos. El amor de madre es el más intenso y profundo, donde quiera que va te suena adentro y en cada respirar siente el aire fresco que pasa por tu fas y se asoma como un beso, lo siente y lo acaricia. Eso es amor de madre.
Hoy, más que nuca el himno a las madres dominicanas recordando aquel canto hermoso que compuso nuestra Trina de Moya (esposo del presidente Horacio Vásquez) como homenaje a las madres diciendo: “¡Venid los moradores del campo a la ciudad, entonemos un himno de intenso amor filial: cantémosle de las madres la ternura, ¡el afán y su noble atributo de abnegación sin par!”.
Celebremos todos la fiesta mas bella, la que mas conmueve nuestro corazón; fiesta meritoria, que honramos con ella a todas las madres de la creación………Es el himno más hermoso que se ha escrito para honrar a las madres.
Hoy en día, la celebración sagrada de este día se ha convertido en un día de comercio, más que expresarle el amor a la madre, ese día es cuando los hijos y sus padres deben pasarlos juntos, disfrutar del calor, amor y la amistad como base de unidad familiar, compartir, comer y pasar el día en familia valorando el sacrificio y el amor de la madre.
El Día de las Madres debe celebrarse para tributarle un abrazo de respeto y devoción por ser ellas la reproductora de la especie humana, criar y educar los hombres y mujeres que tienen la responsabilidad de darle continuidad a la obra más hermosa que ha producido la naturaleza – la raza humana-. Es hora de rendir tributo a todas las madres de la creación.
of-am