A propósito del ciclón Irma 

 

Mientras el ciclón Irma se pasea a lo largo y ancho de los océanos, los incrédulos comienzan a rezar miles de avemaría implorando al que no creen que meta su mano divina. ¿Cuántas veces no lo ha hecho? Una vez más no sería ni la regla ni la excepción.

La tormenta pasó sobre Barbuda en la madrugada del miércoles y se dirigía hacia Puerto Rico, República Dominicana, Haití y Cuba. Podría llegar a Florida durante el fin de semana. Con vientos de más de 200 kilómetros por hora tiene una intensidad que la tormenta que inundó Houston nunca alcanzó.

La señora Irma viene con la liberación femenina en el caletre dispuesta a tomar revancha de todo lo que le han hecho los humanos. Los hermanos de Puerto Rico son los primeros en recibir el beso de esa mujer venenosa. Muchos a golpe de conga y pitillo/S| de marihuana le dan la bienvenida, porque no creen en ese tipo de liberación.

De igual manera en la República Dominicana es diferente. Los ciudadanos se van desafiantes al Malecón del Puente Juan Carlos y al antiguo de la avenida George Washington para desafiar a la intrusa mujer que viene a entrometérselo en las cuestiones de la Mancha Verde y Mancha Negra que como ventarrón bananero viene azotando el país de Duarte a lo largo de dos años. Este ventarrón es mucho más peligroso que Irma, porque no tiene ojo y como las gallinas ciegas golpea hasta a sus propios miembros.

FLACO SERVICIO

Algunas veces este tipo de revoluciones naturales le cambia el polín de línea al terreno sembrado por el voleo de la cizaña que al parecer muy complacidos los famosos comunicadores del ámbito nacional dejan ver sus colmillos bien afilados.

La prensa de hoy le hace flaco, muy flaco servicio a la paz social de los dominicanos y a las instituciones legítimamente constituidas, señalando a la expresión de todo criterio independiente, al análisis, en un momento dado de la vida nacional, del cumplimiento o incumplimiento de la Ley Substantiva del país, como manifestaciones de ocultos designios de crear un clima propicio a estallidos subversivos.

Estos estallidos sociales se preñan de la cizaña creada por los renegados de turno. Los renegados de turno, señores, son los que quieren estar cosechando del manjar del erario nacional y viven del chantaje constante ante los organismos gubernamentales.

 

«Periodistas» que se meten a todo menos a religiosos, para conseguir sus canonjías económicas. A unos se le nota su culipandeo. Otras se meten a lesbianas para conseguir el famoso papel que le da la podrida sociedad. Salen en televisión nacional exigiendo que se aplique en las Escuelas Públicas y Privadas la cartilla de Moral y Cívica que se utilizaba en la era del Jefe.

Otros que no tienen escrúpulos amenazan en televisión nacional que se volarán la tapa de los sesos, porque son honestos como aquel adalid de Cuba llamado Eduardo Chibás. Estos, amigos lectores, son sepulcros blanqueados que el hedor que expelen pude ser más destructivo que la fuerza que nos trae el ciclón Irma.

 

Los efectos que nos trae el ciclón Irma pueden ser aterradores. Las ramificaciones desbastadoras que vive la moral dominicana son espantosas. Son notorios, más que obvios, los nocivos efectos que este malévolo procedimiento de vivir, que se inspira como en modelo en el Yago de Otelo de Shakespeare o en el Mefistófeles del Fausto de Goethe, puede acarrear al sosiego público y al saludable ejercicio de los derechos que rigen en una sociedad genuinamente democrática.

 

La destrucción en potencia que nos trae Irma no se puede comparar con la destrucción que desean aquellos que quieren partir por la calle del medio haciendo uso inmoderado de la destrucción montaraz y provocando con ello, por natural reacción, violentos disturbios y tumultuarios movimientos anarquizantes.

La sociedad dominicana en medio de esta prueba de fuego nos recuerda aquella expresión bíblica de que un abismo llama a otro abismo. Porque está en la naturaleza de las cosas y en la condición humana que a un atropello injusto, la víctima responda estremecida por la indignación, con los arrebatos emocionales de la acción directa. Así ha sucedido en varios puntos geográficos del país.

 

El Gobierno a través de COE, está vigilante contra el ataque despiadado del ciclón Irma. Está informando constantemente sobre la trayectoria de la mortífera tempestad. Toma las medidas indispensables para salvaguardar a la población ante posible destrucción e inundación en casi todo el país.

De la misma forma debería estar alerta ante locas y alevosas acometidas, despierto y despabilado ha de estar también, contra quienes, desde adentro, minan, como la traza el corazón de los libros, las bases en que descansa su estabilidad, que es, así mismo, la estabilidad de la paz colectiva.

 

La decadencia moral y el mal ejemplo de muchos malos dominicanos es el indicativo de este ciclón bananero que nos atropella a todos. Ya un pintor y artista dominicano al ver el estado asqueante de la sociedad dominicana compró su boleto de avión y sale hoy del país antes de que lo agarre el otro ciclón llamado Irma.

 

Dios nos proteja del ciclón Irma. Nosotros debemos protegernos del ciclón bananero que arremete contra la moral y la estabilidad institucional que rigen el bordón hermoso de la República Dominicana. Ella mil veces inmortal.

JPM

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios