Mascotas prohibidas en Nueva York
NUEVA YORK es una ciudad de almas solitarias donde las mascotas son veneradas y tratadas en casos como si fuesen humanos. A pesar de los espacios limitadísimos, muchos neoyorquinos optan por compartirlos con sus mascotas, generalmente un perro, un gato, un pez o un pájaro pequeño, como un canario o perico.
Por obvias razones las autoridades prohíben que los habitantes de la ciudad vertical resguarden en sus apartamentos animales como delfines, elefantes o panteras, pero también otros animales menos obvios en cuanto a su complejidad como serian cerdos, monos, reptiles y arácnidos venenosos.
El departamento de salubridad de la ciudad volvió a declarar una vez más que está prohibido tener hurones como mascotas urbanas. Desde hace décadas se implementó una ley que los prohíbe y la que aún no ha sido derrotada.
Los puercoespines también están prohibidos como mascotas por ser hostiles y agresivos con personas desconocidas a pesar de ser dóciles y amorosos con sus amos.
Los cerdos miniatura son muy populares y muchas personas han osado albergarlos en sus hogares, pero las autoridades los han descubierto y confiscado. La ley prohíbe tener como mascota animales con pezuñas que generalmente viven en ranchos, granjas y recintos rurales.
Las ardillas abundan en los parques, jardines y plazas públicas de la ciudad y suelen interactuar con la gente, sobretodo, si esta les da de comer, pero llevarse una ardilla a casa y adoptarla como mascota está prohibido. Lo mismo se puede decir de los patos que se les ve tan jovial nadando en los estanques y caminando por Central Park. La ley prohíbe tener aves de este calibre así como águilas, gansos, halcones y avestruces.
Por muy apacibles y serenas que aparezcan las iguanas, sean verdes, grises o marrones, están prohibidas en los hogares neoyorquinos.
Los monos, por muy cercanos físicamente al ser humano, incluyendo los amistosos chimpancés y gorilas, están también prohibidos.
Lo mismo ocurre con los marsupiales, los ciempiés y arañas venenosas como viudas negras y tarántulas, a pesar de la enorme popularidad que gozan éstas últimas como mascotas para mantener bajo control en los hogares insectos y bichos desagradables como las chinches.
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