La doctrina Trump y su impacto global
La doctrina Trump tiene como gran fundamento y visión un conjunto de acciones estratégicas con el objetivo de hacer que su país vuelva hacer grande otra vez. Si partimos del criterio de que la economía es la base material del desarrollo de la sociedad, debemos colegir que esa extraordinaria fortaleza de la cual gozaba los Estados Unidos de América , parte de la premisa de haber liderado la economía mundial a raíz de la II Guerra Mundial, cuando en ese entonces exhibía un 50% de la producción industrial de todo el planeta.
En cuyo proceso los EE.UU logró un hito histórico al duplicar su producción en un quinquenio y convertirse en la fábrica del mundo, hasta conducirlo en los años 90 a causa del desplome de la URSS a un mundo unipolar, donde como observó Brzezinski “por primera vez en la historia solo un Estado es una verdadera potencia global”.
Actualmente, sin embargo, la industria manufacturera se ha reducido a un 24% en la escala internacional, y sumado a otros factores de carácter internos y geopolíticos colocan a quien fuera la hegemonía planetaria a tener que compartir su esfera de influencia con otras importantes potencias con alta vocación global, como es el caso de China, Rusia y la India.
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El presidente Trump, concebido como un líder carismático de grandes decisiones, aspira a evitar el declive total de su gran nación, por lo que se ha propuesto un amplísimo programa de nuevas políticas heterogéneas en el plano nacional e internacional, teniendo grandes fuertes, entre estos: la geoeconomía, a fin de recuperar espacios geoestratégico en la nueva reconfiguración de la división internacional del trabajo.
La geopolítica con el propósito de garantizar la Paz, la fiscalización y transparencia del gasto interno en la mano del magnífico Elon Musk, la reforma del sistema de salud pública con la ejecución del visionario Robert F. Kennedy Jr., y el controvertido y complejo plan migratorio. Este proceso pasa por la necesidad de no incurrir en excesos que comprometan la legitimidad de tan valiosa meta.
La economía estadounidense continúa siendo dominante en lo que respecta a su PIB que representa no menos de 27.7 trillones de dólares en 2024. Aunque, la misma está basada fundamentalmente en los servicios, el sector terciario que representa “un 77% del PIB y genera un 79% de la empleomanía nacional”.
Esto hace que sus acciones por la gran magnitud de su economía y su vasto mercado sacuda el mercado mundial. No obstante, es notoria la pérdida de primacía absoluta de Estados Unidos en el escenario global. Su más serio competidor China exhibe un PIB de 20.8 trillones de dólares y altísimas tasas de crecimiento, que conforme a Goldman Sach de cara al 2049 está llamada a superarlo.
Proceso de decadencia
El presidente Trump se ha planteado revertir un proceso de decadencia de la hegemonía y presencia económica de EE. UU en el mercado internacional. Y en ese mismo contexto, amparado en su visión reformadora se ha planteado refundar la nación, y con tal propósito ha hecho una gran apuesta por la transparencia bajo el liderazgo de Elon Musk, quien tiene el extraordinario compromiso de liberar a la patria de Lincoln de un sistema burocrático anacrónico y altamente costoso.
El déficit comercial de los EE. UU. conforme al Departamento de Comercio estadounidense es de 920 mil millones de dólares en 2024. Situación que lo ha colocado en la ruta del incremento exponencial de los aranceles con el propósito de reducir las sustanciales pérdidas con sus socios comerciales.
Si bien, es propio valorar que en materia de seguridad alimentaria los Estados Unidos son determinantes, ya que es uno de los líderes mundiales en la producción de una amplia gama de productos agrícolas logrando determinar los precios en el mercado internacional de productos básicos para la alimentación humana y animal.
Situación que nos revela que esta estrategia arancelaria podría marcar un retroceso en la liberalización y globalización comercial alcanzando un proteccionismo que, ante el peso de su economía puede ser letal y desencadenante de un proceso inflacionario a escala planetaria.
Sin embargo, el presidente Trump no deja de tener razón para actuar, pues en materia de superávit comercial frente a los EE. UU China lidera con 292 mil millones de dólares, seguido de la Unión Europea con la envidiable suma de 231 mil millones de dólares, dentro de estos países Alemania se lleva la apreciable suma de 84 mil millones; y de la misma manera México 170 mil millones de dólares. Este panorama nos indica que el mercado norteamericano es el sostén y equilibrio de diversas economías en el mercado mundial.
Si al peso del crónico déficit comercial estadounidense se le suma el impacto de los intereses de la monstruosa deuda pública que alcanza no menos de 882 billones millones de dólares y un déficit presupuestario de 1.9 billones de dólares, nos encontramos con una nación con serias dificultades para mantener su estabilidad y sostenibilidad de su desarrollo.
Trump apunta al equilibrio comercial, ha observado en los aranceles y otras medidas restrictivas al comercio unas herramientas esenciales para alcanzar tan anhelada meta. No obstante, estableciendo tarifas de un 25% en productos críticos de la economía como los metales e insumos representan un serio obstáculo a las cadenas globales de producción y un gran reto para las naciones impactadas a fin de evitar el desplome de la economía global.
El desempeño promedio de la economía mundial en las últimas seis décadas se ubica en un 2%, y para los próximos dos años 2025 y 2026 se estima un crecimiento mundial aceptable del 3,3%, respectivamente. Sin embargo, las amenazas proteccionistas a la usanza del siglo XIX podrían constituir un alto riesgo con miras a las expectativas de crecimiento económico global.
Guerra económica
Escenario que apunta a desatar una costosa guerra económica, pues China su principal oponente ha fijado aranceles por un monto de 14 mil millones de dólares a productos estadounidenses. Es bueno saber que los Estados Unidos produce en el exterior un alto porcentaje de su PNB, lo que ha venido a conocerse como la segunda economía. Representando cuantiosos recursos que la nueva doctrina geoeconómica del presidente Trump procura atraer hacia su vasto mercado.
Esto genera una complejidad geopolítica que conlleva a evaluar cuidadosamente las acciones tomando en cuenta los aliados estratégicos que, como Alemania constituye la economía líder en Europa, donde los Estados Unidos tiene unas 38 bases militares y se encuentra la estratégica mega base Rammstein, la mayor en toda Europa.
El presidente Trump sin dilación se ha enfocado en promover el crecimiento y la transparencia en la administración pública con el propósito de mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos estadounidenses. Es un mandatario con una visión clara y un desafío extraordinario: la prosperidad económica, lo que antes hizo grande a esa nación norteamericana. De ahí, su grito de guerra: “Hacer América grande otra vez” “Make America Great Again”.
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