Minería y desarrollo
POR EDDY PEREYRA ARIZA
Corría el año 1968, cuando el presidente Joaquín Balaguer decidió que sus seguidores, especialmente los jóvenes, debían formarse en la doctrina demócrata cristiana, cuyo Partido Reformista se había incorporado en 1984.
Para ese adoctrinamiento, fuimos escogidos un grupo de 15 o 20 con la finalidad de realizar estudios de política comparada en la Universidad UTAL, de la hoy República Bolivariana de Venezuela.
El expresidente Rafael Caldera, introductor de la democracia cristiana de América Latina y quien era el principal disertante del curso, decidió que fuéramos a realizar trabajo de observación en la parte rural del gran Caracas.
Con el grupo que me tocó trabajar, compuesto por Emigdio Mercedes, José Rijo, Aula Peralta, Modesto Guzmán, Annie Felipe, Jonathan Rodríguez Pimentel y Toni LLuberes , me dirigí a una montaña de San Antonio de los Altos, Estado de Miranda, y de manera súbita, nos encontramos con un sepelio o enterramiento de un niño cuyos familiares visualmente lucían que rondaban en la pobreza extrema.
Por curiosidad, preguntamos a uno de los pocos acompañantes sobre el motivo de la muerte de esa criatura y en voz baja un señor nos narró con algunos detalles, que esa familia no tenía dinero para alimentarse.
Cruel ironía del destino: aquel niño, víctima de la inanición se desvaneció, consumido por el hambre que lo abrazó con fuerza y en la loma que ahora lo envuelve en su silencio, yacía una mina de oro, oculta y sin tocar, esperando ser descubierta.
Una comunidad que tenga en sus tierras recursos mineros no debe perder la oportunidad de explorar su factibilidad. Porque la minería no solo impulsa la economía a través de la creación de empleos directos e indirectos y el aumento de ingresos, sino que también contribuye al bienestar de las comunidades al facilitar el acceso a recursos vitales. En este sentido, su papel es crucial para el progreso sostenible de la sociedad.
Debido básicamente al tema ambiental, se producen desacuerdos. De acuerdo con datos del Observatorio Lainoamericano de Conflictos Mineros, en nuestros países existen varios puntos críticos o focos mineros. Solo en Chile hay 35, teniendo el índice más alto junto a México y Perú. En tanto que, en República Dominicana no se registran conflictos mayores, principalmente por la capacidad que ha tenido el gobierno de dirimir mediante acuerdos con las empresas mineras y las comunidades cualquier obstáculo que se presente.
Por otra parte, hay algo más. La nueva matriz energética que se basa en fuentes renovables, como la solar, la hidroeléctrica, entre otras, ha acrecentado la demanda de minerales. Y la paradoja es que los ambientalistas son los que más exigen que se abran las minas de cobre y de litio, entre otras, porque solo así podemos dar ese salto a la nueva matriz energética.
Estamos asistiendo a un cambio del interés de la minería centrado especialmente en las naciones del sur de Latinoamérica, cuyos grupos sociales se suman al entendimiento y la necesidad de progresar y superar la pobreza, no con ilusión, si no con la capacidad de bienes que poseen los países.
La acción del presidente Luis Abinader, es previsora. Teniendo como fundamento que la actividad minera se realice de manera sostenible y responsable para mitigar cualquier alteración ambiental y social, Abinader proyecta, que la integración del Estado con las empresas mineras y las comunidades, es la esencia del nuevo paradigma de las iniciativas mineras.
Se puede convivir con la naturaleza, la defensa del medio ambiente y el desarrollo de la minería. Por lo tanto, la tendencia es promover y apoyar la inversión extranjera; operar con la comunidad, desde la comunidad y para la comunidad; y que el Estado asegure que se cumplan sus propias decisiones de desarrollo.
Jpm
Muy bueno, me hizo ver que el desarrollo viene si utilizamos con inteligencia nuestros recursos como la minería, cuidando al mismo tiempo el medio ambiente.
Excelente, hay que aprovechar la riqueza sin dañar el futuro del país.,.,
El articulista conoce el tema.
Dianche como ese periodista derrumba la mentira de que vamos a progresar sin sacrificar nada. Para ganar tenemos que vender y las minas es lo único que nos queda para que los niños no sigan muriendo antes de los 5 años.
La minería no puede prohibirse, su explotación se hace necesaria para El Progreso, lo que si debe velarse es la correcta forma de sus manejos y cómo está debe beneficiar en todos los órdenes al país, es importante que como producto perecederos tengan normas y regulaciones donde se disminuya al mínimo su impacto ambiental.
Ese trabajo es una gran leccion para nosotros los Sanjuaneros que nos estamos callendo a pedazos y nuwstras familias pobres llenas de sufrimiento teniendo una gran mina de oro y cobre que nos sacaria de la pobreza.
El caso de Venezuela de la mona de oro es un mensaje claro o nos morimos o vivimos de lo que tenemos.
De acuerdo con el artículo de Pereyra, el gobierno de Abinader y el ministro de minas, están unificando los intereses del país, con la empresas mineras y las comunidades. Lo que nos dice es que las minas pueden dar beneficios a todos y sacarnos de la pobreza.
la mina mas valiosa que tenemos en esta isla, es nuestra naturaleza con su clima, si la preservamos con inteligencia nunca se agotara, en mineria no existe la palabra »responsabilidad» a sus due;os poco les importan por los problemas que atraviesan los pobladores circundantes y es muy poco nada lo que pudierna exibir de bienetar.
REMEDIAR LOS TERRENOS Y ESCOMBROS Y EL DAÑO AMBIENTAL QUE DEJAN LA MAYORÍA DE LAS MINAS CUESTA MAS QUE LOS BENEFICIOS QUE DEJA Y ESE PROBLEMA SE LO DEJAN AL PAÍS QUE ESAS MINERAS ENGAÑAN Y LO PEOR SON LOS CONTRATOS LESIVOS AL PAÍS Y LA POBLACIÓN DONDE OPERAN»YA LOS PRESIDENTES CON SUFICIENTE MATERIAL COLGANTE COMO BALAGUER SON UNICORNIOS EN NUESTRO PAIS»