Crítica de cine: «Maps to the Stars»
Por años han surgido leyendas de la vida de las celebridades de Hollywood. Idolatradas hasta el día de hoy como Dioses entre los mortales. Sabemos lo que son. Lo vemos a diario en la pantalla grande. Sin embargo, existen las verdades ocultas detrás de la pantalla que buscan sueños perdidos que no quieren despertar.
Aunque pasa en la vida real y en las películas, «Maps to the Stars» de David Cronenberg («The Fly», «Eastern Promises», «A History of Violence»), nos da una mirada satírica del mundo que rodea la sociedad de Hollywood con varias escenas controvertidas que, a veces no impresionan como se espera, debido las deficiencias del guion Bruce Wagner.
Por esa razón divide las situaciones de los personajes en cuatro arcos argumentales en el momento que Agatha Weiss (Mia Wasikowska) se reúne con Havana Segrand (Julianne Moore) y Jerome Fontana (Robert Pattinson), y luego más adelante con Stafford Weiss (John Cusack) y Benjie Weiss (Evan Bird).
Estos personajes le mienten a sus propios fantasmas para lograr ascender. Están extraviados. Por eso tenemos una actriz aspirante con cicatrices en su rostro, una actriz en decadencia con síntomas maniaco-depresivos, un adolescente que explota su fama con arrogancia y un actor mediocre que conduce limusinas, tratando de encontrar una identidad con todos los secretos que ocultan.
Cronenberg, en forma de sátira, deja dicho que en la cultura occidental el alcohol, las drogas, el chisme, las orgías, las fiestas, los suicidios, el incesto, la metafísica y las obsesiones son parte de un dogma de la industria del entretenimiento que se ha creado para no despegarse de la psicología del individuo victimado por la hipocresía.