Yo tengo un sueño

 

Yo tengo un sueño (I Have a Dream) es el nombre del popular discurso de Martin Luther King Jr., cuando habló poderosa y elocuentemente de su deseo de un futuro en el cual la gente de tez negra y blanca pudiesen coexistir armoniosamente y como iguales.

Este discurso, pronunciado el 28 de agosto de 1963 desde las escalinatas del Monumento a Lincoln durante la Marcha en Washington por el trabajo y la libertad, fue un momento definitorio en el Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos.

La pieza oratoria está considerada  como una de las mejores de la historia, ocupando  el primer puesto entre los discursos del siglo XX según los estudiosos de la retórica.

Ahora que recuerdo a este personaje de excepción y activista de los derechos civiles del mundo quisiera  poner al descubierto, al igual que él,  un sueño que desde hace mucho tiempo vengo acariciando.

Que  los principales partidos y  líderes políticos  de esta Isla del Caribe firmen al igual que lo hicieron con el cuatro por ciento del Producto Interno Bruto para la educación, su compromiso de cumplir lo que en su programa de gobierno le proponen al pueblo en campaña electoral.

Que se hagan todos los esfuerzos legales, constitucionales e institucionales para que este documento preñado de promesas que se le presenta al electorado nacional en tiempos de elecciones de no cumplirse en por lo menos el 98 por ciento tenga consecuencias.

Que los partidos políticos y los presidentes de la República que ocupen el sillón presidencial por el voto directo del pueblo dominicano, hagan un compromiso serio y sincero bajo la amenaza que de no cumplir con lo prometido sobre sus cabezas caiga no sólo el escarnio público sino todo el peso de la Ley.

Que esos programas de gobiernos no sean simples palabras escritas sobre arena para encantar al electorado dominicano, sino más bien políticas, planes, programas e ideas sagradas que se respeten y ejecuten.

No quiero que en este inicio del Siglo XXI este pueblo blanco como escribiera el poeta español Antonio Machado siga siendo burlado, ignorado e irrespetado. Con el 4% por ciento PIB para educación  se inicia un bello tránsito  hacia el fortalecimiento institucional de la nación dominicana. Pero no es suficiente.  Que respeten al pueblo, ese es mi gran sueño.

jpm

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