Volkswagen en EE.UU. revela que el grupo tardó más de un año en reconocer la manipulación

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Michael Horn

El responsable de Volkswagen en Estados Unidos, Michael Horn, reconoce en un escrito remitido al Congreso de ese país que en la primavera de 2014 fue informado de un posible incumplimiento de los niveles de emisiones contaminantes en motores diésel de su grupo y se le comunicó que ingenieros de la compañía trabajaban junto a las agencias estadounidenses para resolver el problema. Pero, según su relato, fue en septiembre de 2015 cuando la matriz del fabricante alemán reconoció ante esas autoridades que determinados motores contaban con un dispositivo para falsear emisiones.

En una declaración escrita publicada en la web del Congreso estadounidense horas antes de su comparecencia ante el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes para responder por la manipulación de un tipo de motores diésel, Horn señala que en la primavera del año pasado, cuando se publicó el estudio de la Universidad de Virginia Occidental que reveló el fraude, le dijeron «que había un posible incumplimiento de emisiones que podía arreglarse».

Según los datos del propio fabricante alemán, este tipo de motores estarían instalados en medio millón de vehículos Volkswagen en EE.UU. y hasta en 10 millones en todo el mundo.

«Fui informado de que las normas de la Agencia de Protección Ambiental [de EE.UU.] incluían varias sanciones por incumplimiento de los niveles de emisiones y que las autoridades podrían realizar pruebas de ingeniería que incluían un análisis o prueba sobre un recurso de anulación«, explica el máximo responsable de Volkswagen en el país norteamericano, que añade que también le comunicaron que los ingenieros de la compañía «trabajarían con las agencias para resolver el problema».

Así, a finales de 2014, indica que le explicaron que «los equipos técnicos tenían un plan específico sobre los remedios para que los vehículos cumplieran» y que estaban implicados con las autoridades en ese proceso.

Sin embargo, según el relato de Horn, el 3 de septiembre de 2015, la matriz de Volkswagen reveló a la Junta de Recursos del Aire de California (CARB, por sus siglas en inglés) y a la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA) de que los vehículos con motores diésel de cuatro cilindros fabricados entre 2009 y 2015 contenían un «recurso de anulación en forma de programa informático oculto que reconocía si un vehículo estaba funcionando en una prueba de laboratorio o en la carretera».

EE.UU. investiga si hay más modelos manipulados

Por otra parte, el directivo ha presentado una «sincera disculpa en nombre de Volkswagen» por utilizar «un programa informático que servía para anular los controles de emisiones regulares», y ha asegurado que la prioridad del fabricante de vehículos alemán es desarrollar una solución para los clientes.

También ha especificado que hay tres grupos de coches afectados, cada uno de los cuales contiene una de las tres generaciones de motores diésel de dos litros, y que cada uno de ellos exigirá soluciones diferentes.

Desde la administración estadounidense, la EPA ha asegurado que está investigando si hay más vehículos trucados y que examinará los «beneficios económicos» de la compañía alemana. Asi se desprende del testimonio previo de Christopher Grundler y Philip Brooks, dos altos funcionarios de EPA que también testificará este jueves ante el Congreso estadounidense.

Ante esta nueva línea de investigación, la agencia ha explicado que no puede desvelar a los congresistas detalles de la investigación que está llevando a cabo en colaboración con el Departamento de Justicia para no ponerla en peligro.

La empresa desvela su plan de revisiones

Desde el cuartel general de la compañía, que está obligada a dar actualizaciones de la investigación de lo ocurrido a los reguladores alemanes y estadounidenses, se ha reconocido este miércoles que llevará tiempo llegar al fondo de este fraude.

«No se dejen llevar por informaciones vagas o especulaciones», ha pedido el recién nombrado presidente del grupo, Hans Dieter Pötsch, quien asegura haberse comprometido «personalmente» a llegar hasta el fondo de lo sucedido.

El grupo automovilístico alemán ha anunciado además que revisará a lo largo de 2016 los millones de automóviles afectados con un plan de acción que prevé cambios en el software en el caso de los motores de dos litros y, muy probablemente, reparaciones técnicas adicionales en los motores de 1,6 litros.

Por otra parte, las autoridades de la mayor provincia canadiense, Ontario, han anunciado que investigan a Volkswagen y Audi por la venta de vehículos manipulados y han exigido a las dos compañías planes para arreglar los modelos afectados que, según sus cálculos, ascienden a cerca de 35.000 vehículos.

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