Urge un gran pacto social por el medio ambiente
Por MIGUEL CABRERA BELLIARD
En los días finales del año 1972 la comunidad internacional agrupada en la Asamblea General de las Naciones Unidas, resolutó declarar el 5 de Junio como Día del Medio Ambiente cuya celebración oficial se inicia a partir de 1973.
La celebración institucional tiene como intención de la divulgación científica junto a la creación de las estructuras nacionales y/o gubernamentales para encarar la degradación ambiental, fomentar políticas de manejo ante los diferentes temas y retos que nos plantea el impacto de las actividades humanas en el planeta.
En el transcurso de estos 44 años el PNUMA, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha desarrollado una estrategia de coordinación de actividades conexas al medio ambiente y asiste a los países en la implementación de políticas de protección medioambiental como el fomento del Desarrollo Sostenible como práctica amigable con la naturaleza.
En esa línea de acción el país ha avanzado en la medida de las posibilidades desde una integración casi pasiva en los 80s, para ya en la década siguiente inicia la conformación de diferentes estructuras gubernamentales de diferentes denominación que culminan con la creación de la Secretaria de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, SEMAREMA mediante la Ley 64-00.
Hoy convertido en Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, esta institución es muy joven, apenas 17 años de existencia pero con grandes retos por cumplir, unos de urgencia y otros de supervivencia, ha ido conformando y capacitando un equipo de hombres y mujeres en esa área del saber tan vasta como compleja en procura del respeto y cumplimiento de la ley medioambiental.
El ministerio de ambiente en la actualidad ha puesto la mano donde duele, está presente donde debe estar o se le requiere, abordando temas y problemáticas antes ignoradas aunque a la vista de todos, por ejemplo: su intervención en Valle Nuevo con mucha madurez, equilibrio y constancia, promueve de alianzas interinstitucionales como su proyecto conjunto con el Ministerio de Educación, y su presencia en los medios de opinión en divulgación como también rendición de cuentas de las acciones emprendidas.
Siendo justos y sin lisonjas debemos reconocer que Francisco Domínguez Brito, es impulso vital de la gestión ministerial que encamina hacia la adultez de la institución a la altura de los tiempos actuales, pero nos preocupa la continuidad en el tiempo de sus planes, programas por ejecutar y proyectos futuros, que podríamos asegurar su ejecución con un Gran Pacto Social por el Medioambiente, puede ser por cinco años de vigencia y supuesto a revisión sólo para mejora, entre el ministerio y la sociedad dominicana.
Las experiencias de proyectos mutuos entre Estado y la Sociedad está muy bien documentada y articulada, también conocemos los resultados de cuando los pueblos se empoderan de su destino, más ahora ante las nuevas amenazas climáticas y el crecimiento de las ciudades reclamando por recursos escasos.
Cuando todos somos parte del cambio tenemos la oportunidad de convertir lo imposible en realidad, por ejemplo, en el 2004 en Salvador de Bahía en Brasil y mediante la iniciativa del músico Carlinho Brown usando la integración comunitaria a través de la música para la solución necesidades como alcantarillado, trazado de vías, parques, en la Favela Candeal aconteció en un verdadero Milagro.
Pueden buscar en Wikipedia como el Milagro de Candeal cito textual: » …ha convertido esta favela en un lugar donde se ha sustituido el tráfico de drogas por la construcción de un conservatorio de música, un centro de salud o un estudio donde vienen a grabar músicos de todos los continentes, atraídos por el sonido de los tambores».
La mesa está servida y todos somos invitados.
jpm