Una pensión que reivindica

Luego de mucho batallar; mantenerme en la anonimia, e inmerso en la cotidianidad de un simple obrer ¡al fin he logrado pensionarme en la ciudad de Nueva York! Lo que trasciende de este beneficio, es que continuaré trillando el camino del individuo contestatario que no tiene nada de contemplativo.
Me explico, hace algún tiempo hube de comprobar, para ahora corroborar, lo que recientemente ha afirmado el escritor y filósofo español, Fernando Savater. Dijo más o menos que uno de los escollos de la sociedad actual, es que el Estado es el mayor empleador y, un buen número de sus miembros acorralados por ostensibles crisis socio-económica y política, sólo tienen calidad de empleados; no de ciudadanos que defienden sus derechos y el de sus congéneres.
Acorde con ese criterio, aunque muchos entienden que todavía estoy fuerte para jubilarme resulta que, ya no tengo la obligación de continuar siendo explotado y observar tranquilamente como se conculcan mis derechos y se abusa de los hispanos (en especial de los dominicanos), en los centros de trabajos neoyorquinos. Al margen de eso, mi pensión, que no es de alta remuneración, también, más o menos, me ofrece la ventaja de poder sobrevivir en República Dominicana, sin necesariamente estar de acuerdo con los desatinos políticos de gobiernos excluyentes; todavía enquistados en nuestra atribulada nación.
En consecuencia, no tendré que someterme a las imposiciones de empresa alguna, pública o privada; por simple disensión. En otras palabras, sostendré una existencia contraria a otros periodistas que, por un sueldo, fruto de complacencias y promociones políticas, no importa su monto; se ven compelidos a coincidir con los grupos de poder que mal gobiernan a sus gobernados. Sé muy bien que algunos colegas no siempre están contestes con las iniciativas gubernamentales; tienen que obliterar sus voluntades y principios políticos, porque dependen de emolumentos por conceptos de pagos regulares o publicidades que amordazan.
Mala y nefasta cosa: anteponer las necesidades a nuestras primigenias orientaciones éticas y políticas, sin poseer un medio difusor. Como leí en un comentario insertado en las redes sociales: periodismo es decir lo que otros (sobre todo los políticos en el poder), no quieren que se diga; lo demás es relaciones públicas.
Como soy un hombre cuasi existencialista y de vida simple, ahora, con una pensión ganada con mucho arrojo y estoicidad, tendré la suficiente capacidad para resistir a intolerantes críticos, que no soportan mi agradecimiento generacional, ni mi actitud vertical de siempre. Con esta exigua pensión continuaré gritando a pleno pulmón cuáles son mis ideas y cómo disiento de los partidos de derechas que siempre nos han excluidos. Mantendré siempre en ristre mis principios; me reencontraré con la gente sana común y, por si fuera poco, me divertiré a mi manera.
Con lo poco que devengue en dólares, contrario a lo que certeramente señala el intelectual español citado, Savater; no tendré las amarras de un empleado o un sujeto de clientelas que, aunque no esté de acuerdo con el estado de cosas, debe tragar en seco; desdoblar su conducta y asumir actitudes de genuflexión ante los políticos tartufos; encumbrados delincuentes de nuestra política vernácula que siempre exhiben una sonrisa de azafatas.
Evidente signo de demagogia. He pasado balance a mis días y he concluido en que aunque no sea exactamente un Odiseo, ni anhele un galardón o placa de reconocimiento; soy, eso creo, un ente de coherencia, pese a que para unos cuantos esté equivocado. Y, abriendo trochas y sorteando todas las embestidas he sido firme en mis ideas, como dijo un periodista alguna vez en esta urbe cuando señaló que, aún sin estar de acuerdo con mi ideología admira mi autenticidad. Esa autenticidad tiene un precio, pero no hay problemas; estoy dispuesto a pagarlo. Ahora con más fe.

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios