Una dama de letras: Corín Tellado

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EL AUTOR es abogado. Reside en Santiago de los Caballeros.

 

“Para mí, la novela puede ser sentimental, pero es evidente que muchos ignoran que la denominación rosa procede de cuando las tapas de la novela eran de color rosa”. Corín Tellado.

 

Con mis ojos abiertos admirando la sublimidad y majestuosidad de aquel firmamento de un color azul fresco y tranquilizante que hacia su fastuoso despliegue sobre el pueblo de Oviedo, caminaba por la calle peatonal Gascona, conocida como el “bulevar de la sidra”, en pleno corazón del centro histórico de Oviedo, (Asturias), España.

Mientras avanzaba con pasos pausados y contemplando fascinado aquel ambiente repleto de turistas de todas partes del mundo, me detuve en una de las sidrerías en pleno centro de la ciudad a tomarme una de las sidras más buenas y a degustar un sabroso queso asturiano.

Mientras conversaba animadamente con un amigo de ocasión en la sidrería Tierra Astur Gascona, cual es uno de los primeros establecimientos del género en Oviedo, localizado próximo a la catedral y al Museo de Bellas Artes, observaba el ir y venir de parroquianos.

El propietario de la sidrería, con quien había platicado brevemente en la barra al hacer mi entrada a aquel local que expelía una deliciosa fragancia, me señaló con una forma muy sutil hacia una mesa en la terraza donde estaba sentada plácidamente leyendo un libro una dama y me dices: —“Como usted es escritor estadounidense, aquella bella dama que esta allá sentada, es una de nuestras escritoras y periodistas más conocida y sobresaliente”.

Y, seguidamente, movido por la curiosidad, muy peculiar me dispuse a indagar su nombre: –

—“¿Y quién podría ser esa hermosa mujer?”

Y me contesta con una sonrisa en sus labios: —“le llaman “Ángeles Caso”.

—-¿De dónde es ella?

—“De aquí mismo…de aquí mismo…de Oviedo, hija de don José Miguel Caso González, antiguo catedrático de Filología de la Universidad de Oviedo”.

—“!Creo que a usted podría interesarle una plática con ella!. ¿Eh?”

—“Pues claro…pues claro…Si…si. Por lo que me ha dicho de ella, me parece una mujer interesantísima y creo que hasta podría servirme bastante para conseguir las informaciones que me motivó venir a este emblemático pueblo”, le dije.

En eso se acerca un joven y atento camarero y me aborda con una grata gentileza y me dices:

—“!Oí bien claro lo que ustedes dos hablaban!”. —“Creo que puedo conducirle a la mesa donde está Ángeles y hacer su formal presentación, pues su visita nos prestigia y como usted me ha preguntado nada menos que por la exquisita escritora Corín Tellado, me siento altamente motivado.

—“Gracias…gracias, ¡cuánta amabilidad la suya!” Y seguidamente agregué: —“Pocas veces se encuentra uno con persona como usted tan caballerosa,—le digo al joven y atento camarero.

Mientras nos aproximábamos a la terraza donde estaba sentada la escritora Caso, no puedo dejar de decir que sentí cierta timidez por sus meritos literarios y artísticos confundidos tan hermosamente en esa agraciada personalidad.

El camarero de la sidrería hace la presentación de lugar con sorprendente sencillez, a lo que la hermosa mujer de pelo de un color cobrizo y de una muy elegante figura, se pone de pie e inmediatamente dices, digiriéndose primeramente al mozo de aquel establecimiento:

—“Miguel, a qué se debe tan agradable y grata presentación de este distinguido visitante a quien no he tenido el gusto conocer?”,–demandó ella con una singular simpatía.

Y el camarero en tono ufano le contesta: —“Tuve el gusto de servirle una de nuestras sidras y entablamos una grata conversación.—dijo.

—“El es un escritor estadounidense que anda tras las huellas de la novelista Corín Tellado y como escritora y periodista que eres pensé que usted seria la persona más indicada para orientarlo”,–confesó.

Inmediatamente le abordo con la primera pregunta: —“¿Pudo usted llegar conocer a tan renombrada celebridad de la literatura española”?

—“¿Cómo era ella?” “Me refiero a su temperamento?”,–pregunto con empeño.

“Corín desde muy joven fue una lectora voraz”. “Quería leerlo todo y leyó todo”,–expresó con brillo en sus ojos.

—“Se dice que leyó casi todas las obras de Alejandro Dumas y a Balzac y devoró también con gran pasión” las novelas eróticas del escritor madrileño, Pedro Mata Domínguez. De éste último repasó, La celada de Alonso Quijano, El misterio de los ojos claros, Corazones sin rumbo y El hombre que se reía del amor, entre otras grandes narrativas”,–abundó.

Y, dígame,  —¿A qué género literario se dedica usted?,–pregunta.

—“Sabrás, he sido cautivado por el inmenso contexto de la narrativa y en tal sentido he tomado la senda para producir cuentos, novelas y ensayos. He asumido esta misión literaria como un deber supremo fruto de mi inspiración y con una visión de aportar mi grano en este momento histórico para el devenir de la literatura en los escenarios tanto nativos como universales,–le respondo con amabilidad.

—Podría usted decirme a qué se debió que Corín Tellado negaba siempre el término Novela rosa habiendo sido ella su máxima representante?,—pregunto.

—“Mire, ella argumentó en una ocasión algo simpático”. “Recuerdo —siguió rememorando— haber leído algo que ella dijo que me llamó mucho la atención siendo ella una escritora tan famosa en la literatura española: “Ni soy romántica ni escribo novelas románticas. Soy positiva y sensible, y escribo novelas de sentimientos, que no es lo mismo”.—Recordó.

A lo que yo le contesto: —“Soy de opinión, que esa respuesta tiene una riqueza altamente conceptual y quizás tratando de leerla debo decir que hasta pretendemos interpretar que esa afirmación tan sólida como que nos deja entrever que no se situaba de lado de otras escritoras frívolas:”.

Y la escritora Caso mostrando un entusiasmo que podría leerse en sus grandes y radiantes ojos verdes, continúo expresando algunas pinceladas más que adornaban la majestad de Corín Tellado. Nada mas fijémonos por un instante el alto pensamiento de ella en esta confesión intima: Veamos: “Yo hilvano un argumento en cinco minutos. Las historias de la vida cotidiana me inspiran. Yo recopilo las vivencias de la calle y las acopio a mis cosas”.

—“Sobre este otro aspecto o rasgo literario de Corín Tellado, debo expresarte otra inquietud insatisfecha en mis investigaciones y que en esa otra revelación que ella hace trata de razonar sobre el hecho de que sus novelas tienen el hermoso sello de la contemporaneidad dándole la espalda a lo exótico para crear un trazado escritural muy propio de ese aristocrático estilo de novelar”.

La técnica narrativa utilizada por Corín Tellado no solo refleja simultaneidad del amor romántico también encontramos en el método una casticidad en el efecto de la reacción amorosa en el ser humano que puso en evidencia una ortodoxia o pureza de su narrativa que asombró al mundo literario y la cual —pienso yo— hizo evolucionar el arte de escribir novelas sentimentales.

—“¿Qué le parece a usted como escritora asturiana el sentir anterior mío?”,–pregunto.

—“Lo que usted muy bien ha expresado lo podemos encontrar en su dos novelas escritas por Corín, como son A ti te quiero mas y Adiós, Susana. En esta última novela, el conflicto de Mike, que sueña con hacerse pintor en Paris y no consigue cristalizar su sueño y Susana que no logra el amor de Mike y se convierte, en cambio, en una azafata de vuelos de una línea aérea, Corín Tellado, de una forma genial, frente a la decepción de ambos, trae a la escena a Alan, quien pretendidamente podría llenar el vacío de amor de Susana”.

—¿No te parece fantástica esta hermosa trama de la talentosa y brillante escritora?, Pregunto.

—“Acepto altamente tu descripción tan acertada y permíteme decirte que la asumo como si fuera mi autoría”, respondió con agrado.

—-“Pienso, además, –no sé si a ti te sucederá igual— que Alan en la novela Adiós, Susana, vendría siendo una respuesta emocional fruto de un conflicto psicológico ante un hecho [el amor fracasado de Susana] que ningunos de los dos se propusieron”,—Consideré finalmente..

escotto.escotto@gmail.com

jpm

 

 

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