OPINION: Un presupuesto poco realista

Recientemente el Poder Ejecutivo de la nación dominicana depositó en el Congreso Nacional el Proyecto de  Presupuesto General del Estado por RD$921,810 millones el cual fue remitido en lo inmediato a la Comisión presupuestal de dicha instancia del Estado a los fines de ser estudiado, ponderado y rendir el informe favorable o desfavorable sobre dicha herramienta de desarrollo económico y social.

Como cada año la formulación de la referida expresión cuantitativa de los objetivos y metas que se propone alcanzar el gobierno de turno para el próximo año es analizada no solo por la Comisión Bicameral  del Congreso Nacional sino también por: economistas, financistas, agentes económicos y público interesado sobre el porvenir de la República Dominicana.

De estos análisis se han desprendido opiniones políticas, críticas constructivas y sugerencias para hacer de dicho instrumento una herramienta más cercana a llenar el cometido de desarrollo que tanto anhelan los dominicanos pero muchas de esas observaciones quedan en  el desierto, simplemente en el vacío o sin respuesta alguna.

 En vez de ser sancionado concienzudamente por el Congreso Nacional a los fines de mejorar su formulación en cuanto a equidad y eficiencia del gasto se limitan a hacerle simples enmiendas que en nada contribuyen a su mejoría al tiempo de estamparle el sello dándolo como bueno y valido para su ejecución.

Enmiendas que no toman en cuenta las razones del porque no se cumplieron las metas y objetivos del presupuesto anterior, a los fines de que no vuelvan a cometerse los mismos errores que en el pasado se han cometido, ni se cuestiona por qué una institución u otra del Estado no logró cumplir con los programas, planes y proyectos incluidos en sus presupuestos anteriores.

Esto así porque muchas veces se consignan recursos a instituciones las cuales que por falta de capacidad de ejecución y gestión no pueden aplicar o usar dichos recursos en el tiempo en el cual debieron ejecutar.

Son muchos los recursos que ha mediado del período de ejecución estos deben ser transferidos de un capítulo a otro por  la ineficiencia administrativa y su lenta burocracia, obligando al ejecutivo y legislativo desviar dichos fondos para otros usos  e instituciones  no consignados originalmente, al extremo de que los mismos se prestan a ser usados indebidamente, si se quiere podrían tener vocación hasta para cometer actos de corrupción.

No es un secreto para los dominicanos que viven debidamente informados sobre los últimos acontecimientos nacionales e internacionales de índole geopolítico, económico, social y financiero que  periódicamente se escenifican en el mundo afectan directa e indirecta la formulación y ejecución de los presupuestos.

Por lo tanto se hace necesario que se tomen en cuenta las decisiones de lugar para que los presupuestos estén revestidos de la mayor objetividad posible pues fácilmente un presupuesto pasa hacer un documento inservible si este no se formula a la luz de la realidad o se elabora para varios niveles de actividades a los fines de que sea lo más flexible posible en el tiempo.

El informar que se espera reducir el déficit presupuestal o fiscal de 2.2% a 1.7% del Producto Interno Bruto (PIB) es soñar o convertir dicho instrumento de desarrollo económico y social en una poesía.

Se puede tener muy buenas intenciones política y técnicas pero si no se ajusta  a la realidad este quedará trunco en el momento de su ejecución pues el saber que dicho instrumento peca de no ser realista este no alcanzaría la meta de disminuir el déficit fiscal debido a que será ejecutado en un ambiente de muchas turbulencias y en un año prelectoral en el cual se supone que han de desembolsarse mayor cantidad de dinero  por diferentes motivos y conceptos.

Se podrá aumentar la presión fiscal o tributaria las cuales se encuentran en un 14% o 16% del Producto Interno Bruto,  mientras el gasto ascenderá a más del 18% del PIB con posibilidad de incrementarse. Ante esta situación sería difícil pensar o llevar a la práctica que se pueda disminuir el déficit fiscal.

También debido a que puede desacelerarse el crecimiento económico de algunos países con los cuales la nación dominicana sostiene relación comercial, que puedan seguir subiendo las tasas de interés en los EE.UU, que aumente el   precio del petróleo a US$100.00 por barril o que muchas inversiones sean atraídas por mejores rendimientos hacia los Estados Unidos o que la guerra comercial entre ese país y la China podrían poner en situación difícil a la República Dominicana de no tomarse las previsiones de lugar para hacer frente de forma adecuada y oportuna a tales cambios incontrolables.

Muchos inversores globales están sintiendo la necesidad de desviar sus inversiones que han realizado en acciones ordinarias, preferentes y bonos corporativos en los Estados Unidos debido a la aversión de que siga desplomándose la bolsa de valores para refugiarse en el oro, el cual repunta a un de precio de US$1,220.00 la onza troy y en títulos del tesoro norteamericano provocando que estos último disminuyan sus intereses a casi un 1% o 2% anual.

Todos estos aspectos se deberían tomar en cuenta en el momento de analizar el presupuesto por la Comisión Presupuestal del Congreso Nacional con el propósito de que el Presupuesto General del Estado sea mucho más realista.

Además, cerciorarse de que los ingresos que se esperan recaudar o recursos en sentido general que financiarán los gastos públicos estimados no hayan sido sobrevaluados y los gastos subvaluados o viceversa con fines malicioso o fines inconfesables.

El sector industrial dominicano aboga por un dialogo entre todos los sectores para enfrentar el alza del petróleo y reducir el endeudamiento que acabará por socavar los cimientos mismos del país.

Hasta tanto no se tome conciencia de que el problema que enfrenta el país en términos de déficit fiscal es fruto de gestionar los gastos de manera efectiva, tales como los gastos en publicidad que alcanzan ya a RD$10.2 millones por día, que el gobierno no siga endeudando el país de forma alocada, al extremo de que en tan solo unos días ya se han aprobado prestamos por más de US$470 millones incrementando por ende el servicio de la deuda.

Solo por este último concepto el Presupuesto General del Estado para el próximo año 2019 consigna la suma de RD$156,355 millones, estimándose el monto de endeudamiento para el 2019 en unos RD$231,880 millones.

Es penoso saber que de cada RD$100.00, RD$25.00 ingresaran por concepto de emisiones de deuda pública y préstamos de organismos multilaterales o de otros países, mientras RD$67.00 de cada RD$100.00 ingresarán por cobro de impuestos conforme cálculos realizados recientemente, mientras por concepto de cuentas por pagar se estima erogar unos RD$65,847 millones los cuales se han acumulados debido a que no se han honrados en el período en el cual se  originaron.

Por otra parte el gasto tributario o sacrificio fiscal para el año 2019 será de la importante cifra ascendente a RD$220,867 millones el cual aumentará en un 9% con respecto al presente año,  correspondientes a exenciones por ITBIS.

Otro aspecto espinoso es el de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) las cuales no obstante recibir dinero del Estado año tras año, estas instituciones no rinden informe sobre el uso o aplicación de dichos recursos.

Para el año 2019 se estiman que estas organizaciones recibirán la suma de RD$182 millones y que por otro lado más de la mitad del 4% del PIB para educación se irá en gastos de personal.

De manera pues, que el gobierno no debe seguir formulando presupuesto tras presupuesto con el solo propósito de decir que se tiene un documento de desarrollo para satisfacer a los organismos internacionales, agentes económicos y público en general, cuando este documento no llena los requisitos técnicos y principios internacionales de formulación y no se apega a la realidad de las variables endógenas y exógenas.

Por todo lo anterior el Ejecutivo debería retirar del Congreso Nacional el indicado presupuesto y ordenar se le hagan los ajustes de lugar a los fines de hacerlo lo más realista posible.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

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