Un oasis educativo para Haití

Sobre el terreno el desastre del terremoto de 2010 aún se siente. Infraestructuras en ruinas, chabolas de madera y metal, escombros acumulados en mitad de la nada. Un panorama ante el que la Fundación Barceló decidió actuar con el mayor proyecto pensado para Haití en sus 25 años de historia. Un inmenso complejo educativo de 3.700 metros cuadrados que entrará en funcionamiento el próximo mes de septiembre y que dará formación a unos 380 alumnos. La bandera de Mallorca ondeaba junto a la española, la haitiana y la dominicana el día de su presentación, hace apenas una semana. Bajo ellas, el ministro de Educación del país, Nesmy Manigat; y el embajador de España, Manuel Hernández, entre otros. Desde la Isla, el cofundador y vicepresidente de la Fundación, Gabriel Barceló. Media docena de autoridades que definieron la Escuela Reina Sofía de España como «el mejor proyecto educativo construido en el país». Un pequeño milagro situado en La Tremblay, a sólo 13 kilómetros de Puerto Príncipe. Allí, coincidiendo con su XXV aniversario, la Fundación Barceló ha invertido unos 2,7 millones de euros en la construcción de uno de los centros escolares más destacados. «La idea era emprender un proyecto de gran envergadura tras el terremoto de 2010, pero quisimos asegurarnos de que sería viable», señala el director general de la entidad, Rafael Torra. Pasaron casi un año estudiando iniciativas y asociaciones hasta dar con la congregación Filles de Marie, de origen belga y con más de cien años de trabajo en el país. «Gestionan 16 escuelas en Haití, 13 de ellas públicas. Eso muestra la confianza que el gobierno deposita en ellas», subraya Torra. Tras una visita a la localidad en abril de 2012, se aprobó la construcción de este centro. Las obras comenzaron un año después. En un área de unos 33.000 metros cuadrados han instalado una escuela con 10 aulas -y capacidad para 380 alumnos-, una biblioteca, una enfermería, un almacén y un edificio multiusos con cocina y capacidad hasta para 500 personas. «La escuela ofrecerá doce años de currículum a los estudiantes, como en España: desde la educación Primaria hasta la Formación Profesional», explica el director. Informática y confección serán las dos áreas principales de estudio para estos jóvenes. El negocio de los uniformes escolares es muy importante en el país. «Hasta ahora los niños tenían que desplazarse unos 10 kilómetros cada día para asistir a sus clases», indica Rafael Torra. Ahora tendrán más facilidades con este nuevo centro, que también dinamizará la zona creando puestos de trabajo para el profesorado, el personal de mantenimiento, cocineros, etc. La apertura llegará el próximo mes de septiembre cuando sus aulas se llenen de alumnos ilusionados. La congregación de las Filles de Marie gestionará el complejo, aunque la Fundación Barceló hará un seguimiento anual para evaluar el funcionamiento, así como los resultados económicos y educativos. La idea es que cada familia contribuya en la medida de sus posibilidades. «No se trata de aprovecharse de las cosas, sino de valorarlas», asegura el director de la Fundación Barceló. La entidad ha construido también un oratorio y una residencia con capacidad para 56 monjas. Se trata de una excepción dentro de los proyectos de la Fundación, ya que el terremoto de 2010 destruyó la casa madre de dicha congregación. Un desastre en el que ademásfallecieron 16 de las hermanas.

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