Un mundo sin esperanza
Aunque parezca extraño, vivimos en un mundo sin esperanza, debido a la conducta irracional del ser humano. El hombre no ha aprendido que el triunfo del ser humano está en la buena convivencia del mismo.
No es posible que sea más importante lo material, que el ser humano, pero la realidad es esa «el que nada tiene, nada vale». El hombre ha cambiado lo racional por lo irracional; lo bueno, por lo malo; la lealtad, por el placer; lo justo por lo injusto; lo puro, por lo impuro; la luz, por las tinieblas.
Es el ser humano, la única fuente y materia prima que permite la transformación de la realidad negativa en positiva. Sin embargo, es el mismo hombre quien ha decidido destruir la humanidad, a cambio de momentos felices. Eva y Adán, cambiaron la lealtad a Dios, por la delicia del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal.
Asimismo, Caín, prefirió matar a su hermano, por la envidia porque Abel y su ofrenda les agradaron a Dios. Desde ese principio de tiempo, el hombre se ha ido empeorando más y más en el fango del fracaso.
El mundo ha tenido momentos de gloria, pero eso ha generado una reacción negativa en los que no disfrutan de esa gloria, o en ellos mismos para aumentar su gloria. Las grandes guerras que han habido, han sido para aplastar unos a los otros.
Por eso, los imperios no permanecen con el tiempo, por sus contradicciones internas y externas. El hombre es quien genera su propio destino, o hacía el fracaso, o hacía el triunfo. De ahí que, se hace necesario cambiar ese comportamiento, para afianzarse en una dirección correcta.
El ser humano tiene la capacidad y facultad para decidir escoger y hacer todo aquello que es bueno y necesario, haciendo del mundo, un mundo feliz. Pero, se requiere la unificación verdadera de la humanidad.
Esto es posible,si los intereses se convierten en intereses comunes. Mas, mientras exista la condición actual, desgraciadamente el mundo fracasará. No hay razón, para el hombre construir naves que los lleve a la luna y otros lugares, cuando no es capaz de unirse para solucionar los problemas que les destruye.
El mundo se ha dividido hasta en las religiones y denominaciones. En el caso del cristianismo, se ha dispersado en diferentes denominaciones, todas diciendo que tienen la verdad y además acusando a los otros de que están equivocados.
Teniendo un mismo libro, del cual se alimentan todas, ¿cómo es posible que no pueden unificarse? ¿Serán los intereses de vanidades, económicos, de poder, entre otros las razones para ésto? Interpretar maliciosamente, la Escritura, constituye un grave error.
Entonces, decir que el mundo está sin esperanza, aunque sea duro decirlo, es una verdad incuestionable. Debemos unir esfuerzos en búsqueda del bien común; el fracaso de un ser humano, es el fracaso de todos. Lo demostró el Coronavirus, el primer infectado ha hecho posible el contagio de millones de personas, y la muerte de cientos de miles.
Todos los países están afectados, sólo si la humanidad se unifica,se hace posible vencer el Coronavirus. Es un buen momento, para enderezar el camino del fracaso, hacía la dirección del éxito,la buena convivencia y la felicidad de todos.
Comenzando por la religión cristiana, se requiere que volvamos a lo fundamental, a las creencias de los primeros cristianos, sin olvidar las nuevas formas de promocionar el evangelio y la aplicación de las doctrinas cristianas.
Creemos en un mismo Dios, tenemos un mismo Señor, mantenemos una misma fe y esperanza, y nos une un mismo amor. Si volvemos a lo que el Espíritu Santo inspiró para que se escribiera, podremos lograr la unificación cristianas. Sólo la palabra de Dios, puede darnos la dirección correcta.
La religión debe ser el modelo a seguir, mas no ha sido un buen ejemplo. Tres factores son relevantes: lo económico, la política y la religión. Las tres han cabalgado sobre la filosofía del momento y la que más ha perdido es la religión; la política y lo económico son los que dominan. Por tanto, se ha dejado lo trascendental, por lo pasajero.
La religión cristiana, debe volver a llamar cristianos a los que son realmente cristianos. Volver a incidir en la superestructura de la sociedad y transformar individuos y sociedades. El cristianismo, no debe subirse en los caballos de la filosofía, ni la economía ni de la política. No debe servirse de ellas, aunque sí les sirve a ellas.
Cambiemos para que el mundo cambie, construyamos una sociedad en valores y éxitos. Tratemos de que cada persona sea feliz, hagamos del mundo un mundo mejor, que el suicidio desaparezca. Que cuando nazca un niño, tenga la esperanza de reír de felicidad, y pueda dar gracias por haber encontrado un mundo apetecible.
Volvamos a considerarnos como humanos y hermanos; volvamos a considerarnos como compueblanos, paisanos, y sobre todo, cristianos. Dios tenga misericordia y nos ayude. Necesitamos un mundo con esperanza, y corresponde construirlo, los que vivimos.
JPM
ya salio la cucaracha con saco fuera de su rendija a ver a quien infecta con su pestilente retahila de idioteces. donde estan los «milagros» (resucitados del covid 19. que despues de haber muerto y enterrarlos salieron de sus tumbas a los 3 dias?). donde estan los «sanados» que estaban en una cama con ventiladores y ustedes los magos salteadores, adivinadores y domadores de iguanas levantaron de sus camas?.
amÉn