Un modelo de abnegación política
En un colectivo desmoralizado por el envilecimiento y el latrocinio del erario, traer al escenario las hazañas patrióticas y gloriosas de un dominicano como Aquiles Reynoso Paulino, embellece el alma y modelo como arboleda diferenciadora entre los de vida abnegada post-Trujillo y políticos, empresarios, militares y otros malignos de hoy, que destilan un hedor infestado de vandalismo y que avientan el buche de venalidades por los poros de los propios desfalcadores.
Adiestrado en mecanografía, guerrillero, combatiente armado, navegante en praderas clandestinas, estudiante de idiomas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y de derecho en la Universidad del Caribe, ejecutivo y empresario, Aquiles Reynoso Paulino ha tejido, con un espíritu espartano, una historia rebosante de sacrificios y heroísmo por la libertad y la democracia, y por su digna subsistencia. Todas esas facetas lo catapultan como un sobreviviente en cinco longitudes.
Dueño de una inteligencia superior, teórico de excelencia didáctica, analista y organizador, su amor por la Patria y su compromiso con el cambio social y el bienestar colectivo lo han situado, detonando tonadas de guerra y creando conciencia, en montañas, comandos coloniales, colinas urbanas, cárceles, aulas, fábricas y oficinas.
En ese itinerario por un mañana mejor, compendió acciones épicas, que se bifurcan y estampan como un sobreviviente en cinco extensiones.
Sobreviviente (I) umbilical
El 9 de enero de 1939, con el cordón umbilical enredado en su cuello, sin poder respirar, el bebé luchó por sobrevivir. La comadrona Mamá Tana (San Francisco de Macorìs), le diò respiración boca a boca, y sujetando el cordón con una mano, le quitó la presión del cuello, y con la otra tiró y haló hacia afuera, hasta extraerlo del cuerpo de su madre, Catalina Paulino.
Mamá Tana continuó dándole respiración boca a boca. La criatura, que ya estaba morada, logró respirar y dar un grito terrible, que evidenció que estaba vivo. Así, a quien llamarían Aquiles rebasó el primer momento crucial de su existencia: nacer. Mamá Tana obtuvo una proeza.
Aquiles fue anti-trujillista de nacimiento. Su padre, Aquiles Reynoso Duarte, no admitía que en su casa se pronunciara la frase ¡Viva Trujillo!. Se crió en un ambiente de amigos y familiares opuestos al régimen tiránico de Rafael Trujillo por lo que, desde muy joven, tuvo convicciones democráticas y revolucionarias. Ese fue su origen y formación revolucionaria de izquierda.
Sobreviviente (II) guerrillero
Noviembre de 1963. El Movimiento Revolucionario 14 de Junio se alza en armas, en 6 frentes guerrilleros, contra el Triunvirato y por la vuelta del gobierno constitucional del profesor Juan Bosch a la Presidencia de la República. Aquiles Reynoso Paulino levanta el fusil en el frente Hermanas Mirabal, en la loma La Ceniza, en la Cordillera Septentrional, junto con Homero Hernández, Euclides Morillo, Abel Rodríguez del Orbe, Juan Lantigua, José Guzmán, Emil Elías Esmurdoc, Oscar Cabral, Rafael Cruz Peralta, Rafael Chaljub Mejía, Luis -El Chino- Domínguez, Reyes Saldaña, entre otros guerrilleros.
Son rodeados por las tropas de la contra-guerrilla del gobierno de facto del Triunvirato; en fuego cruzado e intenso de fusiles y ametralladoras, en la falda de una loma, sin poder avanzar ni despegarse del suelo, Juan Lantigua, con su máuser en alto, lanzó el grito: “¡Nos rendimos!”, y por esa acción salvaron las vidas.
Reynoso Paulino sostiene que la guerrilla fue una inmolación, un gancho histórico, porque las armas que le vendieron al Movimiento Revolucionario l14 de Junio estaban todas defectuosas. Y afirma que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estuvo involucrada en esa trama, con la venta de armas.
Revela que una M-1 que tenía Homero Hernández disparaba un tiro y se trancaba, y que la que portaba Euclides Morillo tenía la mira torcida. “La mayoría teníamos fusiles Mauser dañados. Los que quedamos vivos fuimos afortunados”.
Más adelante, amarrados y esposados, nueve guerrilleros fueron colocados contra una loma ante cientos de soldados anti-guerrilla, como una jauría de perros salvajes, armados con fusiles Fals semi-automáticos, listos para fusilarlos.
En ese instante, el capitán del pelotón en cuestión, llegó sudoroso y llamó a la calma. Pero a él nervioso, se le zafó un tiro de su pistola 45; se armó un caos y, a regañadientes, los militares bajaron de nuevo sus fusiles y el capitán inició una confrontación verbal con los guerrilleros, porque quería saber cuántos eran y dónde se encontraban los otros.
En una mirada reconoció al Dr. Napier Díaz González, el médico de la guerrilla, con quien había estudiado en la secundaria. Ese hecho de haber sido condiscípulos les salvó las vidas. En vez de fusilarlos, como era su propósito, los llevaron a un lugar cercano donde altos oficiales profundizaron la investigación sobre las guerrillas del Movimiento Revolucionario 14 de Junio.
Los otros cinco frentes fueron diezmados, entre ellos el del líder más puro y carismático post-Trujillo, Manuel Aurelio Tavarez Justo (Manolo), quien lastimosamente fue ejecutado, en una acción que conmovió los cimientos de la sociedad dominicana.
Reynoso Paulino y sus compañeros estuvieron presos en la dura y difícil cárcel de La Victoria, desde noviembre de 1963 hasta diciembre de 1964. Realizaron dos huelgas de hambre verdaderas, una de ellas conjuntamente con sus familiares, reclamando que los llevaran a juicios. Sólo tomaban agua, y perdió unas 16 libras.