Un llamado a la atención
Los dominicanos, con nuestro estilo muy propio de hacer las cosas, somos muy dados a poner candado en la casa luego de que el ladrón ha entrado y salido de ella. En el país es común ver que se quieran poner correctivos sobre algún tema en particular después que el daño ocasionado por el mismo –por la falta de prevención– es irreparable o casi inevitable. Y el mejor ejemplo de eso lo constituye la chikungunya. Ahora ocurre que desde África nos llega la noticia de que unas 932 personas han fallecido a causa del virus del Ébola, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la enfermedad viral infectocontagiosa más letal conocida en el presente siglo, debido a que no se ha encontrado una cura definitiva, la cual produce fiebre hemorrágica y posteriormente la muerte del infectado. Actualmente, el Ébola es una amenaza real que se cierne sobre la raza humana y nos señala como posibles víctimas, debido a la puerta de entrada –sin candado– que tenemos en la parte Oeste del país, que nos divide con Haití, lo cual coloca a la República Dominicana, en condiciones de vulnerabilidad, desprotegida, a expensas del flujo incontrolable de inmigrantes que provienen no solo desde el vecino país, sino también, de otras naciones que utilizan la frontera para el tráfico ilegal de sus nacionales. Anteriormente, el Cólera, otra enfermedad intestinal infectocontagiosa, había ingresado a la isla a través de un brote epidémico en Haití, que comenzó a finales de octubre del año 2010, y que para el año 2013, había matado a unos 8,053 haitianos. En marzo del año 2011, en el país se detectaron tres muertes por Cólera, y unos 400 casos más estaban siendo atendidos, lo cual evidenció nuestro frágil sistema de protección sanitaria frente a la tragedia que se cernía sobre el país vecino. Recientemente, Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, indicó que en la actualidad, ese virus (Ébola), solo sería controlable si se tiene una “fuerte” infraestructura de salud pública que permita poder afrontar los riesgos de la enfermedad. Entonces, si el Cólera, que se convirtió en epidemia en la parte Oeste de la isla, no pudo ser contenido…, y traspaso la frontera hasta llegar al país, ¿que pudiéramos esperar si hasta Haití, llegan los reflejos de esa letal enfermedad? El simple hecho de que un diputado (Vinicio Castillo Semán), alertara sobre el hecho de que en Haití, se realizan varios vuelos semanales, desde y hacia África, es motivo suficiente para que las autoridades de Salud Pública, y los organismos de seguridad del Estado, pongan en marcha un dispositivo de prevención que monitoree, aislé e impida cualquier situación en la que se detecte algún caso del virus, que nos pueda poner en riesgo. El Ébola, es más letal que la chikungunya, el Cólera y cualquier otro virus, incluso, el VIH. La agenda del país, ha estado saturada con discusiones y temas que son realmente irrelevantes frente al grave escenario que encierra esta tragedia de orden mundial que preocupa y mantiene en vilo a la raza humana. Y que nos está tocando tan de cerca que ni siquiera nos damos cuenta.