Un hombre honesto en medio de un terreno fangoso y lleno de estiércol

 
 
Los nuevos jueces que sean escogidos por el Consejo Nacional de la Magistratura deberán ser íntegros, respetuosos de las leyes y personas de moralidad a toda prueba.
En un país donde un segmento   tiene simpatías sociales y el  otro un marcado   fanatismo partidista, no se puede jugar a que sean profesionales apolíticos-apartidistas. Tienen parcialidades, aunque sean honestos.
Si hoy se escoge a un  hombre que no tenga simpatías con una causa determinada, ni cargue   una orientación  política o social, se estaría señalando  a un tarado. Todos los hombres tienen simpatías, parcialidades e inclinan su balanza en el fragor de la lucha social.
Una cosa es que  un juez pueda ser parcializado con el crimen, que reciba prebendas, que vea los códigos como un simple papel que se puede burlar y a sus expensas  obtener beneficios personales, y otra es el punto de  que  sea totalmente amorfo frente a los problemas que a diario le tocan vivir. No tomar participación contra las injusticias, es ser un parcializado.
Se puede ser apartidista, pero tener compromisos de conciencia en la lucha por un mundo mejor, para que se acabe el reinado de la oscuridad donde miles de hombres y mujeres pasan hambre, niños se  acuestan sin comer y no van a las escuelas.
No merece ser un juez, una mujer o un  hombre que carezca de sensibilidad para enfrentar la delincuencia, el atropello, las violaciones de los derechos humanos y el desconocimiento de que todo ser lleve una vida digna y que se le salvaguarde su integridad física.
El Consejo de la Magistratura va escoger mediante el sistema de cuotas que se entregan a los partidos políticos. Cada quién seleccionará a su juez favorito, el que de una forma u otra le defenderá sus intereses. Todavía no se ha iniciado el camino en que las instituciones dominicanas sean fuertes, y troten  con pies propios.
Pero sin importar el tiempo que lleve, tarde o temprano se va a lograr la institucionalización  nacional. Que cuando se hable de buscar a personalidades honestas para un cargo, no se tenga inmediatamente que pensar en entregar la cuota a cada partido político.
No creo en el hombre sin parcialidades. Donde la mentira es ley, estar con la verdad es una parcialización. Rechazar la corrupción, donde hay millones de corruptos,  es tener parcialización. No sé dónde se podría buscar un hombre honesto, en medio de un terreno fangoso y lleno de estiércol.
Hay que comenzar a creer en las instituciones nacionales, a pesar de lo frágil que son, porque es la única forma de  iniciar el sendero que lleva al respeto colectivo y abrir trochas para que el país tenga un mejor futuro. Si se deja de creer en todo y en todos, entonces  llegó el diluvio.
JPM
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