Turismo, agricultura y desarrollo
De los diez países más desarrollados del mundo, ninguno lo ha hecho tomando la agricultura como el eje transversal de su desarrollo.
Dinamarca, Singapur, Canadá, Nueva Zelanda, Alemania, Estados Unidos, Holanda, Suiza, Australia y Noruega, no iniciaron sus procesos de desarrollo sembrando cacao, azúcar y café.
De hecho. Singapur, con un per cápita de más de US81, 000 dólares, séptimos en el mundo, tiene un porcentaje de agricultura con relación al PIB de solo 1.8%. Esta agricultura es mayormente urbana, algunas, practicadas en los techos de los edificios del país pues en sus poco más de 700 kilómetros cuadrados no poseen ni tierra cultivable ni ríos ni lagos.
Lo que sí hicieron esas naciones, fue crear tecnologías, comprarles los llamados commodities o materias primas, a los países productores de los mismos, industrializarlos o sea, convertirlos en bombones, licores y confites y luego vendérnoslo con un exorbitante valor agregado.
De los diez países más visitados por turistas en el mundo el pasado año 2014, ninguno se caracteriza por venderse como destino de sol, playa y montañas. Ninguno se ha desarrollado poniendo el turismo como su base de desarrollo.
Francia, Estados Unidos, China, Turquía, Alemania, Reino Unido y Rusia, se tecnificaron, luego, tomaron su legado histórico, junto con su desarrollo y comenzaron a ofertárnoslo a través de sus productos terminados, sus museos, sus monumentos, sus parques, sus conservadas o restauradas metrópolis, sus “City Tours” con guías profesionales con extenso conocimiento de su historia y de sus diferentes lugares de interés.
No apostaron al frágil y veleidoso sistema de sol, playa y montañas que puede cambiar en poco tiempo, por ejemplo, con un huracán en una zona como la nuestra.
Ellos tomaron como base de su desarrollo, algo más duradero como lo es la educación, la tecnología, el conocimiento. Singapur, que es del tamaño de nuestra provincia más pequeña, La Romana, en ese minúsculo territorio y a pesar de la necesidad de importar las materias primas, produce una gran cantidad de diversos artículos químicos, alimentos procesados, farmacéuticos, compuestos electrónicos, telas, productos de caucho, plásticos, tubos de acero, petróleo refinado, reparación de barcos. Etc.
Los servicios están orientados hacia la banca en un 80%, convirtiéndose este país en uno de los centros financieros del mundo.
El turismo llega por arrastre, pues son muchos los visitantes que van a ese país a ver su desarrollo. Un desarrollo logrado en poco más de 40 años, pues a mediado de la década del 1960 Singapur era uno de los países más pobres del mundo.
Este patrón se repite hasta en pequeñas islas como Las Bermudas, 54 kilómetros cuadrados, donde tampoco hay ni ríos ni lagos y tienen que recoger el agua de lluvia para su uso cotidiano, pero con un per cápita que es el cuarto del mundo, donde la banca y las aseguradoras son su principal motor económico, siendo el turismo, mayormente de Estados Unidos e Inglaterra, solo un complemento a ese desarrollo.
Nosotros, en la República Dominicana, debemos seguir incentivando la agricultura para convertirnos en auto suficientes, exportar el excedente y para estar en capacidad de alimentar a la población turística que, en cualquier número pueda llegar a nuestro país.
No estamos hablando de abandonar la agricultura ni el turismo. Lo que aquí decimos es que no podemos tomar como partida de nuestro desarrollo ni las materias primas, exceptuando la minería, ni los turistas.
De hecho España, Italia, Grecia y Portugal están en la lista de los diez países más visitados de Europa, pero también forman parte de los diez países más pobres del continente.
Ningún país se ha desarrollado tomando el sol en una playa ni vendiendo mangos, plátanos y aguacates.
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