Trujillo insepulto
Trujillo siempre ha sido el gran desconocido de la historia dominicana. Se habla de Trujillo como anectadota, o como forma emblemática del ejercicio atropellante del poder, pero sin ir a las entrañas del régimen y las causas que provocaron su llegada y mantenimiento en el gobierno.
Las leyes que prohibieron las actividades trujillistas, también silenciaron la labor histórica, para evaluar las causas de un regimen que se mantuvo por más de 31 años cercenando laas actividades públicas y privadas, y conculcando la libre expresión del pensamiento.
Pero solo murió Trujillo, en lo físico, el día de su ajusticiamiento. Sus ideas, su forma de gobernar, su manera de manejar a las instituciones, la violencia institucionalizada, los gobiernos personalistas, todo eso se metió en el corazón de las nuevas generaciones.
Se cometió el pecado de creer que el régimen de Truillo tambien fue sepultado bajo las balas, y no fue así. Sencillamente se permitió que se colara a cada segmento de la sociedad dominicana, donde hoy, cuando debería ser pieza de olvido, es la norma de conducta de casi todos los estamentos, desde el empresariado, los civiles y los uniformados.
Para sepultar definitivamente a los métodos trujillistas, absorbidos hasta el tuétano en la sociedad actual, hay que estudiar el régimen y explicárselo a las nuevas generaciones. Trujillo no vino en un objeto desconocido o una nave espacial, él fue parte de la sociedad dominicana.
Si estuvo 31 años en el poder, fue porque comprendió y jugó con las esperanzas de una mayoría que estaba temerosa de las guerras de los generales de manigua. No podía haber institucionalidad, donde el poder descansaba en un uniforme de tela de macario, un pata de mulo a la cintura, y la bendición de una intevenciòn militar norteamericana.
En los cuatro primeros años después de la muerte de Trujillo el país vivió instantes estelares de su historia, tiene lugar el Golpe de Estado a Juan Bosch y la revuelta de abril del 65. En cada uno de esos dos acontecimientos estuvo presente el fantasma de Trujillo.
Antes de llegar al poder, Juan Bosch proclamó el borrón y cuenta nueva, lo que detuvo la persecución contra los remanentes de Trujillo, y permitió que los intelectuales y profesionales de los 31 años, comenzaran a entrar al Partido Revolucionario Dominicano.
El Golpe de Estado a Bosch no lo dan las fuerzas trujillistas a la desbandada, sino los civicos y el segmento de clase que por 31 años de una forma u otra fue opositor a Trujillo. El certero golpe a la democracia emergente estuvo bautizado por la iglesia católica y la embajada norteamericana.
Pero son las fuerzas armadas de Trujillo, que no fueron tocadas entre el 61 y el 65, las que serían las protagonistas centrales de la lucha por el retorno a la constitucionalidad. La oficialidad había sido hechura de la dictadura, incluyendo las fuerzas especiales, y sus dos principales dirigentes que nacieron en el corazón del régimen.
Mientras que otro segmento no progresista de ese ejército cincelado por Trujillo se opone a la vuelta a la Constitucionalidad sin elecciones y es la punta armada para que llegue al poder y se mantenga por doce años el doctor Joaquín Balaguer.
Sino estudiamos a fondo a Trujillo, no comprenderemos los movimientos sociales y politicos que se dieron con el Golpe de Estado, la revolución y el inicio de la Era de Balaguer. Algún día escribiremos las cuartillas que faltan a este tema.
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