Tropezamos siempre con la misma piedra

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En materia de política exterior, el presidente Danilo Medina ha sacado cero. Ha dejado sin la menor reparación de fondo la política clientelista que ha convertido las embajadas y consulados en comités de base del partido gobernante. Todo quedó tal cual lo estbleció la administración Fernández. La plataforma intocable de cónsules, vicecónsule, embajadores, empleados y funcionarios diplomáticos, sin carrera y sin competencia, ha quedado intacta. A dos años del gobierno Danilo ha dejado los empleados del exterior masacrando millones de dólares del presupuesto nacional que bien pudieran destinarse a mejorar la calidad de vida de muchos barrios pobres. Se habla de más de mil personas, que hacen fila para chater en computadoras, porque ignoran todo en la carrera diplomática. La destitución del recien nombrado cónsul en Nueva York, Luis Lithgow, debería de llenar de verguenza a todos los dirigentes del PLD. Como es posible que un diplomático juramentado el 31 de diciembre tenga que ser destituído sesenta dias despues. Todo porque no califica para desempeñar sus funciones y es ahora cunado el Preidente Medina viene a descubrirlo. Diplomático de carrera, según su curriculum, tres veces embajador ante la ONU y todavía Lithgow ignora que es imposible ser ciudadano estadounidense y acreditarse en Washington como cónsul de la Republica Dominicana. Quince años como embajador en la ONU fueron insuficientes para aprender la lección y el protocolo de la acreditación. Y todavía no es capaz de renunciar ni a la ciudadanía norteamericana ni al cargo de cónsul. Es un caso penoso que muestra una fotografía de lo que es la estructura del personal consular y diplomatico del país. Lo que le confiere calidad y categoría de diplomático a cualquier funcionario es la aceptción de la acreditación en el estado receptor. Son muchos los nominados y pocos los acreditados. Lithgow ha quedado en el limbo y tiene tan cara dura que aún con todo lo que ha pasado quiere seguir en el puesto. Nauralmente, el telón de fondo es el billete gordo consular que ahora lo deberá cobrar por debajo de la mesa. Es decir, que bien vista la realidad del caso, Luis Lithgow nunca ha sido realmente diplomático porque jamás ha conseguido su acreditación. Lo grave es que el asunto es recurrente. También ocurrió lo mismo con la representante consular del PLD en Bostón. Han puesto el país por el suelo y al Presidente a pasar verguenza.Vale decir que el Presidente a veces ni sabe a quien nombra porque los nominados son sometidos por la dirigencia dell partido oficial, sin importar que sea el analfabeto mas estúpido. Basta con ser político. Esto no es más que un reflejo en miniatura de cómo anda el servicio exterior de la República Dominicana Todo marcha manga por hombro. Y ni que hablar de los miles de dirigentes y militantes del PLD que solo desfilan por las oficinas consulares y embajadas a recoger el sobrecito que defiende Leonel Fernandez como práctica ritual del Estado para ganar adeptos,en todos sus gobiernos, y que tampoco Danilo Medina ha querido enfrentar. El hecho de que más de cien empleados fijos de lal Misión Dominicana ante la ONU tengan que hacer filas para jugar en computdoras –porque ni siquiera asientos tienen para sentarse a matar el tiempo– habla muy mal de nuestra flamante misión ante la ONU, pagada en dólares. Tan sólo eso debería motivar al presidente Medina a actuar para que no continuemos tropezando siempre con la misma piedra. josealdueys@gmal.com

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