Trágicas consideraciones sobre el suicidio (2)
El campo interdisciplinar estudia los varios aspectos relacionados con las actuaciones suicidas, comprendiendo que el comportamiento suicida tiene origen multicausal y que requiere intervenciones interdisciplinarias e intersectoriales.
Ese campo está orientado en relación a la Promoción, Prevención, Atención y Asistencia, Posvención, Investigación, Formación, Capacitación y políticas de estado para la intervención en el proceso suicida y/o en el Trastorno del Comportamiento Suicida.
Ha sido estimado que, al momento del suicidio__o los intentos del mismo __, en más del 90 % de los casos existía la presencia de alguna enfermedad mental: de entre estos, en un 27 % concurran problemas importantes con el alcohol o las drogas. En los pacientes ingresados en unidades psiquiátricas el riesgo vitalicio de concretar el suicidio es de alrededor de 8.6%.
Según los autores Chehil y Kutcher, la mitad de las personas fallecidas por este motivo podrían haber sufrido de trastorno depresivo mayor. Este y otras perturbaciones del estado de ánimo, como el trastorno bipolar, pueden incrementar hasta veinte veces el riesgo de suicidio.
La esquizofrenia, las perturbaciones de la personalidad y el trastorno por estrés postraumático son algunas condiciones también relacionadas. Cerca del 5% de los sujetos con esquizofrenia mueren por suicidio. Por su lado, los trastornos de la conducta alimentaria también son un factor de riesgo.
Cerca de un 20% de los suicidas intentaron matarse previamente, de ellos el 1% concretó el suicidio al cabo de un año y el 5% luego de diez.
También, más o menos el 80% de los suicidas acudió a un médico en el año anterior a su muerte; 45% lo hizo en el mes previo. Un estudio de Admedani y sus colaboradores en el 2014, encontró que, de un total de 5894 muertos por suicidio, el 83 % recibió alguna atención médica en el año anterior y poco más o menos el 45 % fue diagnosticado con alguna dolencia mental.
Después de las enfermedades mentales, el abuso de sustancias es el factor de riesgo más común. Están asociados ante el abuso crónico, como la intoxicación aguda. El riesgo incrementa cuando se combinan con problemas personales, como el duelo. También, el abuso de sustancias está asociado con ciertas perturbaciones mentales.
La mayoría de individuos que se hallan bajo la influencia de drogas sedantes (alcohol o las benzodiacepinas) al momento de suicidarse; el alcoholismo está presente en entre 15 y el 61% de los casos. Por lo general, los países con mayores tasas del uso de alcohol y mayor densidad de bares tienen tasas de suicidio más altas.
Entre el 2.2 y el 3.4 % de las personas tratadas por alcoholismo fallecen por suicidio. Ordinariamente, los alcohólicos que intentan suicidarse son hombres, mayores y han intentado suicidarse previamente.
Son suicidios entre el 3 y el 35% de las muertes por consumo de heroína. El abuso de cocaína y metanfetaminas tienen una alta correlación con el suicidio. En las personas que usan cocaína el riesgo es mayor durante la fase de abstinencia. Con respecto a los ludópatas tienen una mayor ideación suicida y una mayor cantidad de intentos de suicidio. Entre el 12 y el 24 % de los apostadores patológicos han intentado acabar con su vida.
En las esposas de los ludópatas, la tasa de suicidio es tres veces mayor en comparación con la población general. Otros factores que incrementan el riesgo en ludópatas son las enfermedades mentales y el abuso de sustancias.
Entre las tendencias suicidas y problemas de salud como el dolor crónico, el traumatismo craneoencefálico, el cáncer, la insuficiencia renal (con necesidad de hemodiálisis), el sida y el lupus eritematoso sistémico. El diagnóstico de cáncer duplica el subsecuente riesgo de suicidio. En Japón, las contrariedades de salud son asentadas como la principal razón de suicidio.
JPM