Tlaxcala, uno de los grandes atractivos del México prehispánico

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México.- Tlaxcala es el estado más pequeño de México pero uno de los de mayor riqueza arqueológica del país. Enclavado en el este, alberga a un millón 272 mil 847 habitantes en apenas cuatro mil 16 kilómetros cuadrados, lo cual lo convierte en el tercero más densamente poblado a pesar de ser el quinto menos habitado.
Su cercanía a Ciudad de México favorece su turismo hacia Cacaxtla-Xochitécatl, Ocotelulco, Tizatlán y Zultépec-Tecoaque, que son los cuatro sitios arqueológicos abiertos al público, considerados entre los más importantes de las culturas originarias en la vasta región prehispánica que incluye a Guatemala.
El auge socioeconómico y cultural de esos lugares se dio en el periodo epiclásico entre los años 650 y 900 de nuestra era, y preserva vestigios de haber sido un territorio privilegiado porque fue un punto de contacto entre Mesoamérica y Europa en el siglo XVI.
Los estudios realizados demuestran que Cacaxtla-Xochitécatl es la zona arqueológica más temprana en cuanto a temporalidad, y que su poderío le abrió el camino a una hegemonía política, militar y económica en gran parte del valle poblano-tlaxcalteca después de la caída de Teotihuacán y Cholula.
Se trata de un sitio que se distingue por lo que se ha denominado El Gran Basamento, un complejo arquitectónico de estructuras superpuestas en el que se conservan elaboradas muestras de pintura mural, distribuidas en los espacios conocidos como Templo de Venus, Templo Rojo, Mural de la Batalla y Pórtico A.
Hay otros dos enclaves prehispánicos en las zonas arqueológicas de Ocotelulco y Tizatlán, más cercanas a la época actual pues datan del periodo posclásico que se ubica entre los años 900 y 1521 y cuyos vestigios hoy permiten reconstruir la complejidad política y social que existió en la antigua Tlaxcala, según arqueólogos e historiadores.
Ocoteluco, por su parte, se ubica a un costado de la parroquia de la comunidad de San Francisco Ocoteulco. Entre sus ruinas puede apreciarse un edificio de tres fases constructivas. En la más antigua de estas, como es la fechada que data de los años 1400 y 1450, se alza un altar policromo con forma de prisma trapezoidal, el cual ha sido ampliamente estudiado dada la riqueza de su decorado tipo códice y su vinculación con Tezcatlipoca, el dios de la providencia, de lo invisible y de la oscuridad.
A su vez, la parcela de Tizatlán desciende política y socialmente de Ocotelulco, ya que, de acuerdo con estudios históricos, habría sido fundada por descendientes de Tzompane, un caudillo que se rebeló ante el señorío de Ocotelulco y estableció su propia comunidad.
of-am
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