Tiempo de perdonar

El famoso William Shakespeare, escribió: «El perdón es dos veces bendit Bendice al que lo da y al que lo recibe.» En la llamada semana santa, se recuerda la muerte de Aquel, que vino a expresar el perdón de parte de Dios, para el creyente pecador. De ahí que, el perdón es la causa de la paciencia de Dios, manifestada en su Hijo Jesucristo. Así está escrit «Y no enseñará más ninguno a su hermano, ni ninguno a su prójimo, diciend Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de sus pecados» Jr. 31:34. Perdonar: «Renunciar a obtener satisfacción o venganza de una ofensa recibida, no guardar resentimiento ni rencor: Perdonó el daño que le habían hecho… Eximir a alguien de una obligación» Dicc. L. Enc. 2000. El ser humano tiene una responsabilidad del espíritu que es perdonar las ofensas que le han hecho. Muchos mentalmente han mantenido la inferioridad espiritual, por haber mantenido rencores en sus corazones;esto les ha enfermado en su interior. De ahí que, han buscado a como dé lugar la venganza, la cual corresponde a espíritus enfermos. El rencor no permite avanzar en la vida, sino que cada día les hunde en el mundo infernal. Observemos que los países, donde ha habido revoluciones en nuestra América, están entre los más pobres. El rencor, odio y enemistad han impedido la reconciliación de estos pueblos, lo cual los mantiene divididos. Nuestro país dominicano, también sufre la misma consecuencia, pues éstas circunstancias negativas, no han podido permitir una verdadera reconciliación nacional, en la que el pasado sea perdonado. Todavía hay rencores, enemistades y venganzas causados por dolores justificados, pero que es tiempo de perdonar; pues no se puede rehacer un pasado destruido, ni avanzar con una carga de rencores. El perdón es una condición obligatoria dentro del cristianismo, pues Jesucristo manda a perdonar a los que nos ofenden. Insultos, blasfemias, crueldades, calumnias, entre otras actitudes contrarias, deben ser perdonadas, como una manera de fomentar la comunión, la unidad y el amor con el prójimo. Ser cristiano es optar seguir el ejemplo de Jesucristo, quien sintiendo el dolor de la furia humana, exclamó desde la cruz: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» Lc. 23:34a. Es tiempo de perdonar. No se debe perpetuar ninguna reacción negativa, pues el que no perdona, sólo pierde; más el que perdona, gana y hace ganar a los demás. Como dice el dich «El mundo da muchas vueltas,» pues, hoy es el otro quien quiere que le perdone, pero mañana puede ser usted. Dice el refrán :»Hoy por ti, mañana por mí.» De ahí las sabias palabras de Jesucristo quien dij «Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas» Mt. 7:12. Los grandes hombres saben que las mezquindades sólo producen estancamiento del espíritu, por lo que liberarse del rencor y de las enemistades son reacciones que producen satisfacciones mentales y un medio lleno de amor, de justicia y sobretodo de una armonía que sobrepasa cualesquier acuerdos de paz. El perdón sale del corazón, aunque es una decisión del individuo. Esteban, un diácono de la iglesia de Cristo, en Judea, siendo apedreado, pidió a Dios por sus apedreadores, diciend «Señor, no les tomes en cuenta este pecado» Hc. 7:60b. Las grandes deudas sociales nunca se cumplen, pero sí se aumentan; los muchos crímenes de estados, y los genocidios nunca pueden revertirse; y las acciones esclavistas nunca pueden recompensarse, más bien se perpetúan con otros colores. La solución a todas estas circunstancias históricas, está en un verdadero arrepentimiento de las clases culpables y de perdón por las clases afectadas. Todos las personas hemos pecado muchas veces y de muchas maneras. Todo pecado se origina en el hombre hacía Dios, pero puede afectar indirectamente al prójimo. De ahí que, pecamos también contra el hombre. Criticamos, murmuramos, ofendemos, maltratamos al prójimo y hasta se da muerte a criaturas de Dios. Dios no acepta que una criatura de él, afecte negativamente a otra criatura, puesto que él nos ama igual a todos. Por lo que, todos debemos perdonar a quienes nos han atacado y afectado. Liberémonos de esa carga de odio, aborrecimiento, y de venganza. Sobretodo, aceptemos el perdón que Dios nos ofrece, antes que sea demasiado tarde. El sacrificio de Jesucristo, fue la paga que el Padre Creador ha dado, por los pecados de todos nosotros. El profeta Isaías, escribió: «Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros» Is. 53:4-6. Dios tenga piedad de nosotros, y nos conceda el perdón de pecados, sí Señor, pues hemos creído en ti, y ahora deseamos mantenernos a tu lado toda la vida. Gracias Dios, por ofrecernos gratuitamente el perdón. Ahora Señor abre los corazones de aquellos incrédulos, para que tu palabra halle espacio en ellos y puedan creer en Jesucristo, tu Hijo, y sean perdonados de sus pecados. «Perdónalos Señor, pues no saben lo que hacen.» Es tiempo de perdonar a todos y de todos, y entre todos. Dios le bendiga.

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