Tiempo de la CELAC como instrumento de paz en la región

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El autor es diplomático. Reside en Santo Domingo

Los acontecimientos políticos de la última década en la América morena del apóstol de la libertad,  José Martí, revelan que la región está pagando el precio de la dignidad soberana, fenómeno que nos convoca a despertar. Es evidente que no es mera casualidad que la mayoría de los gobiernos progresistas en América Latina y el Caribe, algunos de los cuales han sido desplazados mediante tecnicismo jurídico violentando las normas democráticas, y otros sometidos a enfrentamientos violentos sistemáticos que hacen la vida insoportable, invalidando toda posibilidad de desarrollo como consecuencia del caos que se apodera de las calles y de la vida misma.

La táctica por excelencia ha sido aplicar la doctrina de la judicialización de la política, pero donde esta se imposibilita se impone la dictadura del caos y el desorden como la nueva forma de destronar gobiernos legítimamente constituidos, pero que no están conteste con intereses de sectores oligarcas ultraconservadores y sus socios foráneos.  

El primer ensayo de golpe de Estado mediante tecnicismo jurídico derribó el gobierno democrático de Manuel Zelaya, en Honduras, 2009, generando una crisis política que terminó precipitando el país a una profunda crisis económica. Esta sucesión política provocó que varios países de la región como NicaraguaGuatemalaEl Salvador y Venezuela, declararan sanciones económicas para Honduras, así,  instituciones financieras multilaterales como el Banco Mundial, (BM),  y el Banco Interamericano de Desarrollo, (BID),  anunciaron la suspensión de la ayuda financiera que otorgaban a Honduras y se produjo una retirada en bloque de todos los embajadores de la Unión Europea de Honduras”.

La República Dominicana manifestó una extraordinaria solidaridad con el presidente destituido Zelaya, a quien recibió el ex presidente dominicano Leonel  Fernández, validando su respaldo absoluto al presidente hondureño derrocado. Fernández desarrolló una amplia y valiente estrategia diplomática en defensa de la institucionalidad democrática y de respaldo al mandatario destituido en la cumbre  del Movimiento de Países No Alineados, en Egipto. Defensa que también valido en el marco de la Liga Árabe y la Unión Africana.

De igual manera, el ex presidente dominicano hizo un llamado vehemente ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, demandando del organismo mundial Actuar con dignidad y responsabilidad y respaldar el coraje del  destituido presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, quien retornó a su país”.

La aplicación de la nueva modalidad de golpe de Estado blando continua con el ex presidente Fernando Lugo de Paraguay, el 22 de junio de 2012;  tras el senado en un juicio político declararlo «culpable» de mal desempeño en sus funciones”. Evento que el pueblo consideró como un golpe de Estado.

Al despedirse el obispo paraguayo planteo que, «Hoy no es Fernando Lugo el que recibe un golpe… es la historia paraguaya, su democracia la que ha sido herida profundamente, en la que han sido transgredidos todos los principios de la defensa de manera cobarde, de manera alevosa y espero que sus ejecutores tengan presente la gravedad de sus hechos».

Transcurrió un cuatrienio y el 31 de agosto de 2016, le siguió la ex presidenta Dilma Rousseff,  ex guerrillera contra la dictadura militar en su juventud,  cuya  acusación en el Congreso fue que violó normas fiscales, maquillando el déficit presupuestal”La mayoría brasileña consideró la acción como una injusticia y un golpe de Estado.  La ex presidenta Rousseff insistió en su inocencia y afirmó que «Brasil no merece una nueva ruptura democrática». Por consiguiente, es justo preguntarse, si es legítimo y ético que 60 votos decidan el destino de una mandataria que había sido refrendada por un voto mayoritario de  54,5 millones de electores, más del 51.5% de los votantes.

La critica popular al uso abusivo del mecanismo de revocación de mandato, mediante el cual se destituyen gobiernos democráticamente constituidos demanda el uso de la figura del referéndum como instancia legitima para derogar un mandato constitucional.

La CELAC como núcleo de integración debe ser un factor de estabilidad política y de diálogo, de construcción de paz en la región. La ausencia de una visión integradora en la coordinación política dificultad avanzar en esta dirección. La experiencia de la Unión Europea, en esta materia debe servirnos sino de modelo, por lo menos de estimulo, para aprender a dirimir nuestras diferencias por la vía pacífica y a partir de nuestro propio arbitraje. 

Por ello, debemos emular las ricas experiencias que en el marco regional han tenido éxitos, como es el caso del Grupo Contadora, una iniciativa multilateral  que a  instancia de México y  Colombia, y con la participación de Panamá y Venezuela en el 1983 promovieron conjuntamente la paz en Centroamérica. En cuyo proceso, El Salvador emerge como un paradigma,  quijote de la tolerancia y la defensa de la paz, que le ha permitido colocarse en el cuarto país en el desarrollo de la infraestructuras productivas en la región latinoamericana. 

En ese mismo contexto, notoria aprobación mereció los esfuerzos realizado por la República Dominicana, que a partir de la XX Cumbre del Grupo de Rio de 7 de marzo de 2008, ha  realizado ingentes esfuerzos junto a otros países del área para la convivencia pacífica entre nuestros pueblos hermanos. Vasta con recordar la referida celebrada en Santo Domingo,  en el marco de la cual los ex presidentes Álvaro Uribe de Colombia, Hugo Chávez de Venezuela y Rafael Correa de Ecuador hicieron la paz, gracias al esfuerzo conjunto, al espíritu colaborador de los mandatarios de la región y a la visión y liderazgo del entonces presidente dominicano, Leonel Fernández. 

Recientemente,  la comunidad internacional reconoció y elogio los esfuerzos llevado a cabo por la República Dominicana, con el propósito de lograr una solución pacífica al conflicto en la hermana Venezuela. Un proceso de diálogo altamente complejo que fue presidido por el propio presidente Danilo Medina y el Canciller Miguel Vargas, con  una agotadora agenda de trabajo, que implicó que el propio presidente Medina haya agotado jornada de días entero, procurando el avenimiento y entendimiento entre las partes.

NUEVO GRUPO CONTADORA 

Estas experiencias nos indican en este momento histórico que hace falta un nuevo enfoque y atención de la CELAC a la especial coyuntura política en América Latina y el Caribe, o en cambio tendremos que apelar a un nuevo Grupo CONTADORA 

En un breve lapso de tiempo la región ha visto caer sus nobles esfuerzos de lucha y trabajo por la equidad social, después de una década de luces en la lucha en contra de la terrible pobreza e indigencia que coloca a la región como la más desigual del planeta y la más violenta del mundo;  y que tiene como escenario el declive de la era del progreso social, a través de golpes de estados de baja intensidad, pero golpe al fin. La era en que el ex presidente Luis Inácio Lula da Silva, el que más aporte ha hecho a la reducción de la miseria en la región, es prisionero sin pruebas que lo incriminen. 

El momento demanda de un espíritu más solidario y mayor comprensión como región, ya que  la ausencia de un sistema propio de integración ha imposibilitado que ésta se constituya en un verdadero instrumento útil para la resolución de los conflictos concretos entre gobiernos y hacia su interior. Y es evidente que el bilateralismo en detrimento del multilateralismo continua siendo determinante en la resolución de los problemas en el marco regional y subregional.

Y en este contexto es válido ponderar algunos acontecimientos diplomáticos que reflejan nuestra debilidad para dar respuesta temprana. El primero de ellos fue la crisis migratoria generada a raíz del flujo migratorio en la ruta Colombia-Panamá-Costa Rica, donde El Sistema de la Integración Centroamericana, (SICA),  no fue capaz de encontrar respuesta a la solicitud de su socio, Costa Rica, que ante la clausula del consenso se imposibilitó una salida adecuada a la problemática presentada, lo que evidencio la incapacidad, para dar salida a un problema común de la región, todo por haberse enfocado con un sesgo ideológico que constituye el principal obstáculo, para una efectiva cooperación entre las naciones latinoamericanas y caribeñas.

Es decir, se pensó que el problema era de Costa Rica y los países de tránsito, y no del conjunto de la subregión. Similar situación ocurre ahora con la política de guerra económica y de baja intensidad, que ha sido responsable de todo un proceso de desmonte de gobiernos progresistas en la región.

Y hoy el balón esta en Nicaragua, que en la última década paso de ser uno de los países más pobre de la región a ser un país con una fisionomía económica competitiva, donde la empresa china HKND ha manifestado su interés por desarrollar el proyecto del canal interoceánico de Nicaragua, considerado tres veces más largo que el de Panamá, con una inversión de unos 50 mil millones de dólares.  Así, la Nicaragua de hoy apenas hace días era el segundo país más seguro en Centroamérica, con una tasa de 10 homicidios por cada 100 mil habitantes, muy por debajo de la media subregional de 37 homicidios.

Sin embargo, el caos y el desorden se han adueñado de las calles de la cuna de Sandino, violentando el principio fundamental de la Carta de las Naciones Unidas, (ONU), que convoca a la solución pacifica de los conflictos. De hecho, nuestra región como región de Paz, cuya declaración fue dada en la segunda cumbre de la CELAC, celebrada en la Habana, 2014,  ha asumido plenamente el contenido del histórico Tratado Brian-Kellog, que proscribe la guerra como solución de controversias. Por consiguiente, no es válido que se demande por la fuerza la destitución del presidente nicaragüense,  tomando como excusa una resolución de reforma sobre la seguridad social que adoptó el gobierno, y que termino derogando.

El virtuoso maestro latinoamericano Juan Bosch, nos ha legado una  valiosa referencia  para la posteridad de nuestros pueblos: “Sin leyes no hay sociedad humana, y las leyes solo tienen valor si cada persona las respeta y las hace respetar”. Juan Bosch.

Es tiempo de frenar la ola que desmontar gobiernos violentando las propias normas que demandan su respeto hasta tanto se concluya su periodo de mandato consagrado en su constitución. Es un método antidemocrático que no se corresponde con el bienestar de los pueblos y que debemos superar, salvo que queramos volver a los tiempos de la caverna, o la era de los caudillos, donde se sucedían los gobiernos en meses, días y horas, todo en perjuicio del desarrollo y el progreso de naciones que aun después de 200 años de “independencia” esperan por la solución de una altísima deuda social.

Finalmente, como una lección para defender como región la cultura de paz que debe imperar, he aquí este emblemático poema «Primero vinieron” donde el pastor luterano, Martin Niemoller, denuncia la purga desatada por el nazismo y  el cobarde silencio de la intelectualidad de entonces ante la barbería.

Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista. Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante. Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada”.

 jpm

 

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