Supervivientes se unen para recordar el infierno de Auschwitz

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Acto de homenaje durante el 70 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau

POLONIA.- El escenario de frío y nieve debió de ser similar hace 70 años, cuando el Ejército Soviético liberó el campo Auschwitz II-Birkenau. Tras aquello, el mundo conoció los detalles del horror. Ahora, siete décadas después, líderes mundiales se han unido este martes a alrededor de 300 supervivientes del antiguo campo de concentración nazi para conmemorar el 70 aniversario del día en que llegó a su fin.

Un aniversario que, sin embargo, se celebra con la sombra de la guerra en Ucrania y el aumento del antisemitismo en Europa. Y desde el lugar de su pesadilla, muchos supervivientes han querido recordar que si Auschwitz pudo existir durante cinco años, «entonces todo lo perverso es posible en nuestro mundo. Contra eso tenemos que luchar».

Entre los cientos de asistentes se encontraban los presidentes de Polonia, Alemania, Francia en el acto principal que se ha celebrado en una carpa gigante situada sobre la entrada de ladrillo al campo de Auschwitz II-Birkenau, parte del complejo que ahora es un museo.

La reunión de este martes en el sur de Polonia marca quizás el último gran aniversario al que los supervivientes del campo podrán para asistir, ya que muchos de ellos tienen ahora 70 años.

«Acabo de llegar de Niza, sólo para este día. Hace diez años fui a Auschwitz con el señor (Jacques) Chirac y la señora Weil (Simone Weil) y fue muy duro. Hoy he tenido que venir porque no creo vaya a estar aquí dentro de pocos años. Es difícil, pero mi nieta se ocupa de mí», señalaba Annette Cabelli, sobreviviente del Holocausto.

“Una eternidad de horror”

Muchos son los que han recordado este martes aquello terribles días. El superviviente estadounidense Roman Kent ha descrito la vida en el campo con unas palabras que quedarán para el recuerdo: «Un minuto en Auschwitz era como un día entero, y un día como una semana, y una semana como un mes. Una eternidad de horror».

La exprisionera polaca Halina Birenbaum, actualmente residente en Israel, se ha dirigido al público, pero sobre todo a los líderes presentes, para lamentar que, si Auschwitz pudo existir durante cinco años, «entonces todo lo perverso es posible en nuestro mundo».

«Contra eso tenemos, tienen ustedes que luchar», ha señalado antes de agradecer al museo-memorial de Auschwitz la conservación de los objetos y documentos que demuestran la barbarie que ella y otros cientos de miles de personas sufrieron durante su cautiverio. «Actuar, no sólo recordar», ha afirmado por su parte el superviviente estadounidense Roman Kent.

Ausencias destacadas

El encargado de inaugurar el acto central de las ceremonias, que se ha celebrado en una carpa habilitada en el antiguo campo de concentración, ha sido el presidente de Polonia, Bronislaw Komorowski.

En su discurso, Komorowski ha recordado que Polonia se ha convertido en «la depositaria de la memoria de Auschwitz-Birkenau y del Holocausto», símbolos ambos del «genocidio totalitario», y ha pedido al mundo que se esfuerce para evitar que una tragedia así pueda repetirse.

Al homenaje han asistido los presidentes de Francia, François Hollande, de Alemania, Joachim Gauck, de Ucrania, Petro Poroshenko, o de Austria, Heinz Fischer, aunque ha destacado la ausencia de los presidentes de Estados Unidos y Rusia. También se han dado cita representantes del mundo de la cultura, el arte o el cine, como el realizador judío estadounidense Steven Spielberg, director del film «La lista de Schindler».

El canciller austríaco, Werner Faymann, ha hecho un llamamiento a estar alerta ante la «creciente violencia antisemita en Europa» y velar por el fortalecimiento de la democracia, en un mensaje con motivo del 70 aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi de Auschwitz.

«Nuestra generación, que vive en la Unión Europea -el mayor proyecto de paz en la historia-, tiene la obligación de trabajar por una convivencia pacífica en Europa», ha señalado.

También los supervivientes han lanzado una llamada de advertencia. «Nosotros los sobrevivientes no queremos que nuestro pasado sea el futuro de nuestros hijos», ha señalado a la cadena BBC Roman Kent, de 85 años.

El terrible símbolo de Holocausto

El 27 de enero de 1945 el ejército soviético abría las puertas del infierno en Auschwitz-Birkenau y ponía fin al cautiverio de los 7.000 prisioneros que aún permanecían entre sus alambradas, ya abandonados por los guardianes. Allí los soldados «rojos» encontraron más de un millón de trajes y vestidos y cerca de ocho toneladas de cabello humano que los nazis aprovechaban, junto con otras partes de los cuerpos de sus víctimas, como si de una gran factoría humana se tratase.

Se estima que más de un millón de personas, en su mayoría judíos, perecieron en Auschwitz y en el campo anexo, Birkenau (Oswiecim y Brzezinka en polaco), debido a las palizas, las cámaras de gas Zyjklon B, el hambre, el agotamiento y las enfermedades.

Hoy, Auschwitz-Birkenau es patrimonio de la Humanidad de la Unesco y un museo-memorial de 200 hectáreas visitado cada año por más de un millón de personas, sobre todo jóvenes, que mantienen un gran silencio cuando acceden al campo dejando atrás el letrero «Arbeit macht frei» («El trabajo os hace libres»).

Setenta años después, los supervivientes de aquella barbarie no han sido capaces de reprimir la emoción. «Es imposible para la mente humana comprenderlo», señala a Reuters David Wisnia, un superviviente de 88 años. «Rezo a Dios para que nosotros, como seres humanos, seamos capaces de aprender de aquello», añade.

 

Fuente: RTVE.es

jt/am

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