Sobre herencia y crimen (1 de 6)

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El autor es abogado. Reside en Santo Domingo

La génesis de la personalidad humana está, ante todo, ligada al fenómeno de la herencia, parece natural que, las veces que se quiere estudiar las características, estadísticas y dinámicas, es necesario  participar en una encuesta en el sector de la herencia. 

Está bien establecido que todo el mundo presenta siempre la síntesis de dos bienes que no pueden ser considerados como asociados o asociables: la herencia y el ambiente.

 Conocidas son las discusiones entre genetistas, según los cuales el ambiente solo no puede jamás crear nuevos caracteres, normales o mórbidos (ya que debería necesariamente para a través del cuerpo y modificar las células germinales), y los partidarios del ambiente que, en la determinación del biotipo, dan especial importancia al medio ambiente.

Sea cual sea, aparece claramente que se encuentra siempre, en cada individuo, los caracteres hereditarios y los caracteres adquiridos, aunque exista entre estos una dependencia intima, estrecha reciprocidad de acción, en virtud de las cuales la herencia y el entorno actúan siempre concorde en la formación del biotipo.

Se puede afirmar así que las disposiciones hereditarias no pueden jamás manifestarse sin el concurso del medio ambiente, y que este último tiene por tarea formarlos y modificarlos más o menos hondamente sin embargo totalmente transformarlos; por tanto, la formación de un individuo está precisamente determinada por la forma en que reaccionan los caracteres hereditarios.

Resulta que la herencia, en la existencia del hombre, o es un destino que no se puede cambiar; más bien, constituye una fuerza de orientación psicológica que puede ser modificada por el ambiente, ya sea de manera útil, a través de la atenuación y destrucción de estos elementos desfavorables, o en un sentido dañino. , a través de la acentuación de elementos desfavorables.

Eso no es ciertamente en un encargo como este, que se puede recordar todas Teorías y todas las nociones (que se conoce por otra parte), relativamente al fenómeno también complejo, y en parte aún misterioso, de la herencia. Basta de señalar las nociones que, no solamente son de acuerdo aceptadas por los sabios, pero presentan un interés particular para el criminólogo.

Se puede así afirmar, ante todo, que esas mismas leyes biológicas, que descubren las razones por las cuales seres humanos transmiten sus caracteres somáticos y funcionales sanos y normales, bastan a explicar también la transmisión de caracteres degenerados y patológicos; todo antes de admitir  a este respecto,  que no es generalmente la enfermedad que se transmite, sino la capa material (sustrato) o suelo de predisposición sobre la que, a la postre, en diferentes períodos de la existencia y con la participación de otros factores ocasionales, se desarrolla un proceso morboso más o menos grave.

Los especialistas acuerdan reconocer la importancia enorme que reviste la herencia patológica debida a manifestaciones mentales, a la sífilis, a la tuberculosis, al alcoholismo, etc., y la que el maestro Pende denominó “peyorativa”, aun en el sector de la criminología.

La herencia patológica está, en efecto, ligada a particulares variaciones del plasma generador, que se puede hasta provocar libremente de toda alteración somática de los padres, y que son universalmente debidas a factores exógenos.

Recordemos que la verdadera herencia patológica, sellada al momento de la fecundación por la fusión de dos plasmas generadores paterno y materno, no debe de ser confundida con las enfermedades llamadas congénitas, adquiridas después de la fecundación o durante el periodo de gestación endo-uterino.

Según el maestro Pende, la herencia peyorativa consiste en el hecho de que las funciones hereditarias mórbidas, que raramente se han manifestado en los padres, se agravan en los descendientes hasta convertirse en verdaderas enfermedades, o graves anomalías comprometiendo el estado de salud.

Esto dicho, al momento de establecer cuál es la importancia real del factor hereditario en la determinación de la criminalidad, conviene de recordar que, según las nociones científicas más modernas, lo que interesa al especialista, es de conocer como el patrimonio hereditario puede ejercer una influencia sobre la constitución y, sobre la personalidad psíquica del criminal, teniendo cuenta que esta, estando ligada al patrimonio hereditario, es siempre fuertemente plástico y transformable.

 Por otro lado, se sabe que, en los criminales comunes, el fardo hereditario mórbido o degenerativo se encuentra más frecuentemente que en los individuos normales, como lo atestiguan el más importante estudio realizado por Lombroso, por Vervaeck, por Exner, etc., sobre decenas de millares de criminales.

jpm-am

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