Soberanía y regularización de extranjeros en RD
La sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional de la República Dominicana marcó un precedente al establecer de manera categórica que ninguna de las constituciones dominicanas desde el 1929 hasta el 2010 otorgaban la ciudadanía por Jus Solis.
Para completar el cuadro, el año siguiente el Congreso Dominicano aprobó un Proyecto de Ley enviado por el Poder Ejecutivo que se convirtió en la Ley 169-14, y que con su debido reglamento, establece con claridad la forma como cualquier extranjero puede regularizar su status migratorio en la República Dominicana.
Como resultado de estas decisiones legales en el plano migratorio, el gobierno Haitiano y sus aliados internacionales, iniciaron una amplia campaña de descrédito contra el estado y el gobierno de la República Dominicana, al que acusaban de desnacionalizar a centenares de miles de “ciudadanos dominicanos” de origen Haitiano.
La campaña de descrédito contra la República Dominicana fue muy bien vendida y distribuida por todo el globo terráqueo y para ello se usaron como tontos útiles a comunicadores y escritores que laboran para medios de comunicación que responden a los intereses de la élite foránea que desde tiempos inenarrables se cree dueña de la Isla Hispaniola.
El Estado y el Gobierno dominicanos parecían atrapados en un callejón sin salida que, según algunos, los obligaban a doblegarse ante la ofensiva extranjera a menos que estuvieran dispuestos a sufrir sanciones y aislamiento por parte de importantes organismos de integración regional y mundial como son la OEA, la ONU, CARICOM y otras yerbas aromáticas de la misma especie.
Tanto fue así que recientemente el Alcalde de New York, Bill Diblasio, hizo un llamado a un bloqueo turístico contra la República Dominicana por la afrenta cometida por dicho país contra Haití. Este llamado ha sido apoyado por otros funcionarios electos en otras demarcaciones de los Estados Unidos.
Pero el Gobierno Dominicano no se dejó amedrentar y continúo con la aplicación del Plan de Regularización de Extranjeros de acuerdo con lo establecido por la Constitución y las Leyes Migratorias del país. El plazo establecido para dicho Plan llegó a su final y el Gobierno anunció que todo el que no estuviera regularizado podía ser objeto de deportación del territorio dominicano.
La campaña de descrédito contra el país ha sido reforzada y llevada a su más alta expresión, hasta el punto que medios norteamericanos del prestigio del New York Times han dedicado Editoriales condenando la política migratoria de la República Dominicana.
Pero esta vez ha habido una contra ofensiva por parte del Estado, del Gobierno y del Pueblo Dominicanos, quienes a través de muchísimas actividades han asumido la defensa de la soberanía dominicana y su derecho a legislar en materia de migración de acuerdo a lo que es su sagrado interés nacional.
Mientras tanto Haití y sus aliados internacionales han caído en el desgaste al no poder encontrar argumentos convincentes que pudieran ser aceptados para dañar la imagen de la República Dominicana en el exterior ni mucho menos poder conseguir condenas en los estamentos jurídicos que aplican y defienden el derecho internacional y los derechos humanos.
De esa manera el Estado, el Gobierno y el Pueblo Dominicanos se aprestan a la proclamación de una gran victoria ,no sobre Haití, sino sobre la élite foránea que quiere seguir teniendo el derecho a decidir por nosotros para seguirnos narigoneando y dominándonos desde afuera como ha sido siempre.
La aplicación de la Sentencia 168-13 del TC y la Ley 169-14 significan para la República Dominicana el inicio de la recuperación de la soberanía perdida desde la caída del gobierno de Juan Bosch en el 1963. En lo adelante veremos más decisiones que al igual que esta reafirmarán el carácter soberano de nuestra República en un ámbito de libertad y de democracia como lo soñaron los Fundadores y los Restauradores de nuestra República.
De manera que en el 150 aniversario de la Restauración de la República, los dominicanos debemos sentirnos orgullosos de ser parte de un conglomerado que además de tener un territorio definido en una isla compartida por dos naciones, ejercemos nuestra soberanía sin tener que consultar a ningún país extranjero y con estricto apego a nuestra constitución, a nuestras leyes, al derecho internacional y a los derechos humanos.
Que viva la República Dominicana libre de injerencias y del dominio extranjero.
Honor a nuestros Fundadores y a nuestros Restauradores en este 16 de Agosto del 2015.