Shoeless Jackson, su historia y los inmortales
La temporada de 1919, hace ya cien años, finalizó con un escándalo de marca mayor, que incluyó al histórico jugador Joe-Descalzo-Jackson, una estrella vetada para ingresar al Salón de la Fama, a diferencia de otros que llevaron una vida muy oscura y son venerados en el templo de los inmortales.
Ese año fue maldito para los Medias Blancas, conjunto que había ganado dos veces la Serie Mundial, llevando una cruz sin campeonatos hasta el año 2005, pues varios jugadores recibieron dinero para facilitar la victoria de Cincinnati en el clásico de otoño. Shoeless Joe, pagó un precio muy costoso, fue suspendido de por vida tras la temporada de 1920 e impedido de ingresar al HOF.
Jackson fue un pelotero muy talentoso, admirado por muchos, imitado en su estilo de bateo hasta por Babe Ruth, sin embargo cometió un grave error con el escándalo de los Medias Negras de 1919 y finalizó sus días administrando un bar (murió a los 64 años de un ataque cardíaco en 1951).
El estelar jardinero promedió .356 de por vida, .408 en 1911 y en 1920, el año de la bola viva. Su última estación en MLB promedió .382, 218 hits, remolcó 121 carreras y disparó 12 jonrones (fue su única temporada con más de 100 remolcadas). Su pecado por estar ligado a la venta de la Serie Mundial de 1919 lo excluyó del Salón de la Fama, sin embargo otros no tan santos son inmortales hoy día.
Rogers Hornsby (El Rajah), una de las grandes figuras del béisbol (.358, 152 remolcadas en 1922, tres veces bateo sobre .400). Su personalidad fue tan terrible que formó parte del Ku Klux Klan y en el amplio sentido de la palabra era un ser insostenible. Él y Ty Cobb eran dos misántropos, despreciaban a todo el mundo, aun a los blancos (Cobb estuvo ligado a un homicidio y era alcohólico).
Tris Speaker (.345 de promedio) era miembro prominente del KKK, en tanto Cap Anson (.333) y Dizzy Dean (inmortal con apenas 150 triunfos) fueron dos propulsores en contra de la presencia de los negros en Ligas Mayores. Robert-Lefty-Grove, ganador de 300 juegos y nueve veces consiguió el liderato de efectividad. Ese señor no firmaba pelotas, no hablaba con reporteros, odiaba los novatos, los fanáticos y jamás le gustaron los niños.
El grupo de los inmortales alcohólicos lo encabeza Babe Ruth, la leyenda del juego que incluía una chata de whisky en su desayuno. El Sultán tenía todos los vicios de la época y era amigo de los capos legendarios de esos años. Ruth malgastó toda su fortuna, no obstante ser el empleado mejor remunerado de Estados Unidos en sus años de gloria.
Mickey Mantle (536 cuadrangulares) fue un jugador adorado por todos, sin embargo el alcohol fue más fuerte y dominante que cualquier lanzador que enfrentó en su vida. Fue un usuario de las hoy prohibidas anfetaminas y su vida fuera del terreno de juego fue un desastre. Jimmie Foxx alcanzó los 500 jonrones a los 32 años, debutando en en las Mayores a los 17. El alcohol acabó con su carrera, su vida y terminó dirigiendo un conjunto femenino en la época de la Segunda Guerra Mundial.
Grover Cleveland Alexander ganó 28 juegos como novato en 1911, acumulando 373 victorias en su carrera. El alcohol le produjo una vida miserable, murió abandonado y en una pobreza extrema. Al Simmons (.334, 1,828 remolcadas) fue otro bebedor empedernido. El alcohol le produjo trastornos nerviosos, muriendo en la inopia.
Jhonny Mize (.312, 1,337 carreras remolcadas y tres años en la Guerra) fue un jugador con un genio tan difícil que era odiado por sus propios compañeros de equipo, enemigo de la prensa a tal punto que decía que su bate hablaba por él. Eso le valió un castigo, ingresando al Templo de los Inmortales 28 años después de su retiro.
Se cumplen cien años del escándalo de los Medias Negras, Shoeless, a pesar de las diligencias de algunas persona, sigue inhabilitado, mas grandes figuras de la época romántica del béisbol no fueron tan limpios, quizás más oscuros que Descalzo Joe.
of-am