Sexismo y populismo para iniciar con el cambio

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EL AUTOR es escritor. Reside en Santo Domingo.

No es buen indicio para comenzar que el presidente electo Luis Abinader nombre de un solo golpe a 31 mujeres en las 31 gobernaciones provinciales del país. La medida luce simpática y parece contar con la plácida aprobación de las masas que celebran sin ningún reparo esta novedad feminista.

 

En medio de este alborozo triunfal la decisión no deja ver nada negativo. El mismo presidente Abinader ha justificado sus motivaciones y las explica como la forma, según sus propias expresiones, de incentivar y promover el liderazgo local femenino.

Pocos se atreven a decir que una decisión así puede ser calificada como un gesto populista de notable significación sexista. Primero por la irrelevancia que hoy tienen las inútiles e  infuncionales  gobernaciones provinciales, y segundo,  por el hecho, para mí inexplicable, de un presidente que ha prometido promover verdaderos cambios, de nombrar solo mujeres en cada uno de estos  anacrónicos, costosos e inservibles  nudos  burocráticos que en  una sana practica de gobernanza ciudadana deberían ir rumbo a su eliminación. 

Nombrar 31 personas en nuestras 31 gobernaciones provinciales porque son mujeres y no en base a su capacidad, idoneidad y competencia, esto es sexismo del más llano que se define como una actitud dirigida hacia las personas solo en virtud de su sexo, sean hombres o mujeres.

Prevalece en esta decisión un criterio marcadamente sexista de un presidente que ha prometido cambios que van más allá de parchos o de fachadas cosméticas. No solo es una designación sexista, sino también populista.  Creo que este no es un buen indicio porque pueden venir otras designaciones sobre la base de criterios sexuales o de género que pudieran resultar aún más desafortunadas y lamentables.

Digo que la medida es populista en función de que el populismo es una forma de hacer política en la que las decisiones emocionales prevalecen sobre las racionales. Tanto si es de izquierda como de derecha el populismo se inclina por vindicar lo popular y lo simpático, sobre lo necesario, lo responsable o lo correcto. Elige el aplauso antes que los descontentos y los aspavientos   que tienden a desencadenar las decisiones de Estado que conllevan sacrificios colectivos.

Esta designación de mujeres es una medida que busca ser simpática, pero no es racional ni moderna, es una forma de discriminación invertida que excluye al hombre para privilegiar a mujeres porque son mujeres. Cuando lo que se espera de un presidente que viene a producir cambios es racionalidad y equilibrio.

No podemos pasar por alto que estamos en medio de un agudo y sutil debate ideológico, habría que ser muy ingenuo para pasar por alto una designación masiva de corte a todas luces populistas que privilegia al personal seleccionado no por su capacitad, idoneidad y competencia, ni siquiera por compromisos políticos, sino por su sexo. Colectivos feministas radicales han celebrado con efervescente entusiasmo esta determinación.

Hemos comenzado por el sexo, por el género, como gustan mucho. No percibo este supuesto gesto benévolo y condescendiente como ajeno a corrientes culturales nuevas que buscan escurrirse por los canales del poder.

Todos sabemos que tradicionalmente las gobernaciones provinciales han sido premios generosos a personas pertenecientes a la aristocracia social y política en sus demarcaciones locales. Ahora el regalo lleva la etiqueta de abierto matiz populista con un claro y tendencioso favor ideológico sexista. 

Hay que acotar que las gobernaciones provinciales son un lastre histórico que nos mantiene en las sombras de un pasado que se supone superado. Son parte de pesados reductos culturales dictatoriales del trujillismo que se usaban para alertar sobre frecuentes levantamientos armados, tramas y conspiraciones contra el régimen de turno en una época marcada por las revueltas montoneras y  los caudillos regionales alzados en armas en el siglo pasado.

Las gobernaciones provinciales hoy no tienen razón de ser. Estas pudieran desaparecer y la sociedad nuestra en su estructura y organización no perdería nada, en cualquier eventualidad que implique la eliminación de las gobernaciones, la sociedad pudiera salir ganando.

No creo que estos nombramientos masivos y de exclusividad femenina en estos cascarones inservibles que son las gobernaciones sea la mejor forma de halagar, motivar y reconocer a las mujeres dominicanas que cuentan con los méritos y las competencias profesionales de lugar para ocupar diversas posiciones, no por su sexo, sino por la capacidad y la preparación que poseen y han demostrado.

No parece apropiado usar estas desfasadas posiciones burocráticas, resultado   de una práctica heredada de un clientelismo político anacrónico y contrario a la institucionalidad y al progreso, para promover el liderazgo local femenino. Una posición que lo que ha hecho es fomentar el   encumbramiento aristocrático hacia arriba, sobre la base del asistencialismo y la dádiva que indigna y menoscaba a los más pobres.

Permitámosles a las mujeres ubicarse en la posición y en el rol que ellas mismas se han ganado. A muchas de estas nuevas gobernadoras le enrostraran que están en la posición porque son mujeres, no porque tengan las competencias y sean idóneas para la misma.  No las ayudemos de manera tan torpe.

Es evidente que las mujeres están en notoria desventaja en los puestos de mando tanto el sector público como en el sector privado. Con escoger los titulares a posiciones importantes, independientemente de su sexo, por sus competencias y méritos profesionales sería suficiente para que las mujeres reciban el lugar que se han ganado en nuestra sociedad.

No considero apropiado que a las mujeres se le den posiciones porque son mujeres, simplemente a las mujeres hay que darle el lugar que ellas se han ganado. Creo que esto es lo justo y atendible. Los verdaderos cambios tienen que ser algo más que maquillajes graciosos y complacientes para quedar bien y que las cosas se vean bonitas.

El compromiso que yo espero con las personas de un nuevo gobierno es por sus méritos, capacidad y eficiencia, no por su sexo.

rutacristiana@gmail.com

JPM

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Antonito Rosa
Antonito Rosa
3 Años hace

Jajaja

Enriquillo
Enriquillo
3 Años hace

Estimado Tomas, Su artículo no tiene desperdicio. El juicio que le hace a estas designaciones es un aporte constructivo al nuevo modelo de gobierno. Enhorabuena.

Tomás Gómez
Tomás Gómez
Responder a  Enriquillo
3 Años hace

Gracias Enriquillo, esto es de la mejor buena fe. Si las cosas cambian de verdad, todos nos beneficiamos.

Pedro Myrtil N.
Pedro Myrtil N.
3 Años hace

Ustedes, bocinas, siguen dolidos por el Cambio!!! Ya sólo te falta el último cheque, el de julio. Gracias a Dios!! Se van!!!!

Josue ortega
Josue ortega
Responder a  Pedro Myrtil N.
3 Años hace

Carajo estos peledeistas si joden y critican.

Juan de la ciudad
Juan de la ciudad
Responder a  Pedro Myrtil N.
3 Años hace

Pedro, se nota que usted no conoce a quien escribio el articulo. Esa persona lo menos que tiene es ser peledeista, ni mucho menos coger cheques. Ha sido uno de los grandes acidos criticos del PLD. Investigue y averigue antes de opinar…