Señor Presidente ¿por qué Domínguez Brito en el Ministerio de Medio Ambiente?

El 16 de agosto pasado, en su discurso de juramentación ante la Asamblea Nacional y el país, el Señor Presidente de la República, prácticamente obvio el tema del Medio Ambiente.  Apenas  lo tocó tangencialmente cuando dijo: «Continuaremos los proyectos de gestión integral de las cuencas de los ríos, siguiendo la experiencia del proyecto Cultivando Agua Buena, que está siendo muy positiva y extendiéndola a las cuencas de los ríos Ozama e Isabela. Esto incluye también la reforestación.  Tenemos que comenzar con tiempo a proteger las cuencas de los ríos, si queremos tener en el futuro agua para nuestro consumo y nuestro desarrollo.  Por supuesto, en los próximos cuatro años seguiremos apostando por el campo» (fin de la cita).

 

Supongo, que ese «apostando por el campo» incluye la preservación de nuestro Medio Ambiente en todos sus aspectos.  Siendo así, no entiendo porqué, el Señor Presidente ha nombrado al abogado Francisco Domínguez Brito, para dirigir el importantísimo ministerio de Medio Ambiente, lo que constituye un desatino técnico de envergadura, y a la vez, un gran irrespeto y una desconsideración comunal a los muchos profesionales del sector agropecuario con doctorados y maestrías en Medio Ambiente.

 

Es difícil asimilar y aceptar los criterios que se invoquen, para nombrar como Ministro de Medio Ambiente a un historiador (Frank Moya Pons), a un médico (Bautista Rojas Gómez), y ahora a un abogado (Dominguez Brito), profesionales todos, analfabetos en la materia que concierne a tan importante cartera, y más, cuando el país dispone de tantos profesionales altamente calificados en esa área.

 

¿Será, que el criterio para este nombramiento responde a conceptos modernos de administración que no conocemos, o a justificaciones puramente políticas del danilismo, o a abstractas razones cuánticas, no asequibles a nuestro pobre intelecto?

 

Bueno… cualquiera que sea la razón o sin razón para este nombramiento del abogado Domínguez Brito en Medio Ambiente, espero que él, en esta oportunidad, no sea el pusilánime que fue siendo Procurador General de la República.  Aún está fresco en la memoria de todos, su claudicación frente a Felix Bautista, cuando obviando su sagrado deber como máximo representante de la justica por el Poder Ejecutivo, no apeló el «No Ha Lugar», que amañadamente favoreció al testaferro de Leonel, paso este, que imposibilitó seguir la lucha en los tribunales contra semejante delincuente, y contra la rampante y obscena impunidad de que gozan los peledeistas y sus asociados.

 

No obstante ese flaquear en el pasado de Domínguez Brito, asumo con cierta reserva, que él, para su reivindicación, no permitirá depósitos de desechos tóxicos ni en Montecriti, ni en Samaná ni en cualquier otra provincia de nuestra patria. Que además, se negará rotundamente a expedir permisos para el corte de arboles y extracción de arena de nuestros ya precarios ríos.  Que la reforestación será algo prioritario de su gestión adjunto a mantenerse en guardia con la depredación de nuestros bosques por políticos y otros entes desaprensivos y poderosos que se creen por encima del bien y del mal y de la justicia, como son los casos de la Barrick Gold, Falcondo, los dueños de granceras, y de todos esos políticos y civiles y militares que se valen de sus cargos y potentades sociales para depredar impunemente ríos y bosques, y lo que sea.

 

En este contexto, interpreto, que si Domínguez Brito, como los anteriores profesionales que han ocupado el ministerio en cuestión, ajenos totalmente al quehacer de esa institución, si hubiesen sido personas verdaderamente integras, no hubiesen aceptado esa posición, por no estar capacitadas para la misma, ni el Presidente los hubiese nombrado.  Pero como estamos en la RD, un país muy especial, entonces, solo cabe preguntarle al Señor Presidente Danilo Medina: ¿qué explicación, tiene usted para los profesionales del Medio Ambiente, que justifique ante ellos y ante el país el nombramiento de un profesional sin el más mínimo conocimiento del quehacer de esa cartera, en lo que ha excluido a las personas que sí tienen todos los méritos para desempeñar las funciones propias de ese Ministerio?

 

Señor Presidente Danilo Medina, ¿Por qué ese desprecio por nuestros técnicos y por la tecnificación? ¿Por qué mandar a Medio Ambiente a alguien analfabeto en las materias propias de esa gestión?  ¿Se merecen nuestros campos y nuestros técnicos agropecuarios, la recurrencia de nombramientos semejantes?  ¿Se corresponde ese nombramiento con nuestra realidad ambiental y con la fase de modernidad que se supone en que estamos?  ¿Nombraría usted- Señor Presidente- a un abogado o a un ingeniero, Ministro de salud?  ¿Y los gremios médicos lo aceptarían?  De igual manera, ¿sería lógico nombrar a un carnicero, Ministro de Cultura, o a un zapatero, Ministro de Educación o a un músico o mecánico, Gobernador del Banco Central?

 

Señor Presidente, por favor, aclárenos la interrogante siguiente: ¿al calor de la exposición anterior, el nombramiento como Ministro de Medio Ambiente del susodicho inexperto en materia ambiental, se corresponde con su apuesta por el campo y por ende con la preservación y mejoramiento de nuestro Medio Ambiente?

 

Al Señor Presidente, al Señor Francisco Domínguez Brito y a la nación en general, dejo la palabra

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