Semana Santa en Valladolid
Iniciamos la Semana Mayor y con ella retomamos las tradiciones que año tras año, con motivo de los acontecimientos acaecidos tantos siglos pasados, conmemora sobre todo el mundo cristiano–romano, en la que cada pueblo conserva sus costumbres, que nada tienen que ver una con otras. Como ejemplo, en el orden gastronómico, mientras los dominicanos disfrutamos de unas exquisitas habichuelas con dulce, los españoles saborean sus no menos exquisitas torrijas. Pero el aspecto fundamental de esta temporada no es la comida, organizar vacaciones en las playas o montañas, viajar al exterior, etc., quiero reseñar particularidades para la celebración de la Semana Mayor, por lo que milenios pasados implicó a la humanidad y al mundo espiritual. En igual contexto, recrear algunos aspectos de la Semana Santa de Valladolid, España, famosa por sus Pasos. De singular importancia para los Vallisoletanos, -aunque en aspectos disímiles- como pueden resultar los San Fermines de Pamplona. Retrocediendo a los inicios de su Semana Santa y para retratar algunas de sus páginas, recurro a las notas que nos facilita la red: “La Historia de la Semana Santa de Valladolid se remonta al siglo XV, cuando se comenzaron a organizar las primeras procesiones, y fue durante el siglo XVII cuando logró su mayor esplendor escultórico. Tras decaer en el siglo XIX, fue en 1920 cuando se impulsó la Procesión General del Viernes Santo, que reúne a todas las cofradías y a la mayoría de los pasos. Respecto a las diferentes características artísticas de representar la Pasión de Crist “….es el de la escultura el más importante con relación a las cofradías de Semana Santa. En efecto, la cofradía se sirve de la imagen de escultura porque se presta más a la adoración popular. Además, es un arte abocado a la procesión”. Acerca de los Pasos: “Es evidente que el capítulo más importante en cuanto a la escultura de las cofradías penitenciales es la referente al “paso” procesional pues uno de los principales acontecimientos son las procesiones”. “La palabra “Pasos” significa escena de pasión, de sufrimiento. El paso procesional vino a poner en escena al aire libre una composición escultórica que los retablos ofrecían en forma de relieve con visión frontal. No hay duda de que en la inspiración de los artistas influyeron los grabados que generalmente se importaban de Flandes, Italia y Alemania. Así, el significado de su origen es distinto de “grupo escultórico”, ya que también guarda relación con la representación dramática teatral igualmente denominada. “Los primitivos pasos, en el siglo XVI, eran de cartón y lino. Pinheriro da Veiga nos habla de algunos de ellos: únicamente se nos conserva el paso de “La Borriquilla” de la Vera Cruz. Poco a poco, se fueron imponiendo los de madera policromada aunque las imágenes, por lo general, se vestían. Estos pasos se transportaban a hombros sobre grandes plataformas de madera que, con el movimiento, parecían cobrar vida en las calles empedradas y a la luz de los cirios”. Los pasos eran transportados sobre los hombros de los costaleros,hombres colocados debajo de la plataforma de las estatuas. “Aparte de esto, los artistas se esforzarán en dar un realismo a las figuras: así, Cristo siempre tendrá una dulzura en el rostro, mientras que los sayones tendrán expresiones de gentes perversas que moverán al desprecio de quienes los contemplan. Para concluir: «Valladolid fue el centro de este tipo de escultura, ya que, en ella intervinieron los mejores artistas en una clara competencia entre las diversas cofradías”. “Los pasos de Semana Santa de Valladolid están entre las mejores piezas de escultura policromada del Mundo. Gracias a imagineros como Gregorio Fernadez y Juan de Juni. Los pasos de Semana Santa pertenecen al Museo Nacional de Escultura, cedidos a las Cofradías como un hecho singular por parte del Estado”. En torno a las cofradías, y al inicio de La Semana de Pasión de Sacrificio y Penitencia- como se le nombraba en aquellos tiempos- “comenzaba realmente el Jueves Santo. La primera que salía era La Cofradía de la Pasión. Las cofradías, cada una con sus singulares vestimentas, nombradas conforme a los pasos, en el cortejo procesional, caminan detrás de los pasos, entre otros: La Oración del Huerto, El Prendimiento, Los Azotes, Cristo ayudado por el cirineo llevando la cruz, Nuestra Señora con San Juan y las Marías detrás”. Con gran recogimiento por parte de la concurrencia, nacionales y turistas, los pasos pueden contemplarse desde asientos colocados a lo largo de alguna vía y otros lugares por donde transitará la procesión. Además de los cirios que portan quienes acompañan los pasos, nunca falta el hombre o la mujer que entre la multitud o un balcón cualquiera, entone una saeta, estremecedor canto o rezo jondo, en señal de fervor, plegaria o agradecimiento al Cristo. Las estatuas, gigantescas, emocionan al público. Conmovedora escultura ver un Jesús azotado, sangrante; su espalda dotada de luces especiales, simulando el derramamiento de su sangre. Viajará en el tiempo al disfrutar con los “pasos” de la Semana Santa en Valladolid, y de la que los presentes difícilmente podrán olvidar aquella experiencia impredecible. ¡Felices Pascuas de Resurrección! Que disfrute estos días especiales. Bendiciones