Se cansó de fingir orgasmos

Toda persona tiene un nombre; su magia, su insignia.  Buenaventura  no sé entera, ni lo dejan enterarse, del significado del suyo.

A unos metros de distancia percibo el temblor de sus piernas, el crujir de sus dientes. Al hablar de su vida sexual se desnuda, mostrando su mayor vulnerabilidad. “Cuando me llegan pensamientos sexuales me auto flagelo, me pongo a orar y  pido fuerzas a Dios”, repite.  Reclama recompensa,  por su sacrificio; no castigo.

Inició su vida sexual a los veinte y cinco años. Mientras tanto los envites del cuerpo los atenuaba con rezos.  Como un mantra repetía: “Debo llegar impoluto al matrimonio”.

“Termino muy rápido, doctora, muy rápido, no puedo controlarlo”. Ella se quedaba esperando, como si no sé enterara que el espectáculo había terminado. Después de cinco años de matrimonio, mi mujer se cansó de fingir orgasmos.

Refiere no masturbarse. “No, eso no es de mi iglesia”.  “Bueno creo que lo he hecho en dos ocasiones, pero le aseguro que lo he pagado”.  No visita sitios que lo inciten al sexo, no ve películas pornográficas, ni accede a paginas web  que puedan despertar el cuerpo.  Vive alejado de todo lo que no es de Dios.

Al marrar su historia un rayo de indignación me penetra; pero tocaba poner  el oído, ofrecerle el permiso de compartir su desasosiego.  Con sólo estar o escuchar contribuyo a su bienestar.

Gracias  a su autodisciplina logró conservar la abstinencia, se guardó para su nueva pareja. Las plegarias fueron escuchadas y afloró Lucia.   Una mujer diez y seis años menor que él, fue la agraciada. “Una mujer sin desflorar, vino con todo y papel” reseña con satisfacción.

La novata es asertiva demanda el desempeño sexual a su marido, pide y en ocasiones exige más, mucho más; probar la manzana prohibida no le basta.  Escuchó otras historias.

Buenaventura luce un rostro más relajado. Admitir que tiene miedo lo relaja. A los hombres también  les da miedo. La responsabilidad del éxito de la relación sexual se les ha cargado. Toda carga pesa.

Solo le faltó levantarse de la silla,  al osar preguntarle sobre el sexo oral.  Con cuerpo de negación alegó: “Eso jamás, nunca lo he permitido, ni a mi anterior esposa, ni a Lucia, eso no es de Dios”.

No tengo claro lo qué es del Dios de Buenaventura, pero puedo intuir que él mismo se beneficia de la alienación de los cuerpos sexuados.  Ya va siendo hora de que apostemos por unas iglesias en consonancia con la ciencia. ¡Cuanto daño han hecho y hacen en nombre de Dios!

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Hector Vargas
Hector Vargas
6 Años hace

Esto es lo que yo llamo complejos religiosos que dominan la vida del creyente. Esto tambien tiene dependencias entres sectas religiosas que le demadan hasta cama separadas y solo se juntan cuando la mujer esta preparada, es decir despues del periodo cuando el ovulo esta colocado en el utero. El placer sexual es oprimido. La evolucion humana al principio no fues asi, por instintos el placer sexual era el motivador de la especie humana. Las creencias creo la separacion de los instintos sexuales afectando los desarrollos de la diferentes culturas. Como el comienso fues sexual, todos tenemos la sexuaiidad como… Leer mas »

antonino roca
antonino roca
6 Años hace

Segun lei en una revisita Europea, todos los orgasmos femeninos son fingidos y puro cuento para complainer el macho. Si es verdad no los se, soy monogamo y la pareja mia grita como fiera enjaulada al momento del supuesto climax, no pregunto y simplemente disfruto.

Ramon Tejada
Ramon Tejada
6 Años hace

Autoretrato?, que pendejadas son esas, son historias de un lejano pasado?…mejor publicate algo relacionado a desmejoramiento social que se esta viviendo y donde no caben esos conceptos que expresas.