San Cristóbal pierde cuatro deportistas del pasado
SAN CRISTOBAL.- Esta ciudad perdió en la semana recién terminada a tres conocidos deportistas de las décadas del 50 y el 60: Luis Eduardo Soriano, Marcial Díaz Peña y Thelma Nina (Lilí).
La misma semana, además, enterró en el cementerio municipal de Sainaguá a Gilberto Rivera (Palata), beisbolista de la decada del 60, quien había fallecido días atrás en Nueva York.
Soriano, el más destacado de la trilogía, había nacido en 1929, por lo que registraba ya 87 años de edad, a pesar de lo cual se movía con agilidad y caminaba las calles. Sobresalió como corredor, siendo el rey en la pista no solo aquí sino en toda la región Sur.
Tenía en su haber ser de los pocos criollos que ha completado el llamado ciclo olímpico: participar en los tres grandes eventos de carácter internacional a los que tradicionalmente ha tenido acceso la República Dominicana.
Son ellos los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe (en 1954, en los séptimos juegos, celebrados en México); los Juegos Deportivos Panamericanos (en 1955, segundos juegos, realizados en México) y los Juegos Olímpicos Mundiales (en 1968, XIX olimpíada, también efectuada en México).
Vio acción en múltiples competencias de carácter provincial, regional y nacional. Por eso en el año 1958 fue elegido Atleta del Año por la Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo en el ramo de Campo y Pista.
Soriano fue profesor del Instituto Politécnico Loyola desde sus fundación en 1952 hasta la década del 80, lo que significa hacer sido orientador de grupos de distintas generaciones. Su larga labor magisterial constituye punto señero en su limpio y amplio curriculum vitae, conocido por todos los sectores de la comunidad sancristobalense.
Tomando en cuenta ese historial fue exaltado como inmortal del deporte en el primer ceremonial del Altar de la Inmortalidad Deportiva de San Cristóbal.
DIAZ PEÑA
Marcial Díaz Peña, hijo del respetado profesor Alfredo Zabulón Díaz y hermano del abogado Freddy Zabulón Díaz, repuntó como jugador de beisbol, voleibol y softbol.
Fue miembro del equipo de San Cristóbal que en 1955 se coronó campeón nacional de beisbol amateur, a la sazón dirigido por Horacio Veras y presidido por Rafael Valdez (Tuto).
Sobresalió también como sofbolista en el play de La Barranca y en esta disciplina fue estelar jugador del combinado Servicios Tecnológicos (Armería), encabezado por Taylor Richard (Boy), que en el segundo lustro de la década del 60 fue campeón nacional de softbol.
Díaz Peña, quien en su juventud exhibía una figura propia de un mastodonte, fue poderoso rematador en la rama de voleibol, en la cual emergió en las canchas locales, sobre todo en la del Partido Dominicano en la entonces avenida 17 de Julio y en la escuela pública Juan Pablo Pina.
Tomando en cuenta sus cualidades fue exaltado como inmortal del deporte local en el segundo ceremonial del Altar de la Inmortalidad Deportiva Sancristobalense.
NINA
Thelma Nina, hija del conocido carnicero Chicho Nina, residió casi toda su vida en la calle Padre Ayala, cerca del estadio de beisbol construido en el segundo lustro de la década del 40.
Ella y su vecina Rosario Zapata (+) eran reconocidas como las fanáticas más ardorosas que asistían a contemplar los juegos en el viejo parque de beisbol municipal, ya demolido.
RIVERA
Gilberto Rivera (Palata) falleció en Nueva York casi tres años despues de haber sufrido un derrame cerebral. Tenía más de dos décadas residiendo en la urbe.
Rivera descolló en el viejo estadio municipal local y en la pelota militar de Santo Domingo, actuando siemopre como jardinero. Era hermano de otros dos antiguos peloteros: Rafael Rivera (Barriguilla) y Narciso Rivera (Niñito), radicados en Nueva York.
josepimentelmunoz@hotmail.com
siendo un mozalbete recibi clases del profesor soriano en el loyola y siempre contaba anecdotas de sus actividad deportiva campo y pista, tambien llegue a ver a marcial diaz jugar voleyball en la cancha del partido dominicano hoy colegio santa rita y llevo grabado en mi sub-conciente una frase que algun molestoso le vociferaba «marcial que resaca», de palata lo recuerdo junto a sus hermanos barriguilla y mi contemporaneo nin~ito.