Rosina Anglada y su doble amor por los libros

 

 

Una cosa es escribir y otra escribir con arte. De la misma manera, no es lo mismo el placer por la lectura que leer con placer.  Rosina Anglada, reúne ambas condiciones. Es la agradable fusión de la pasión por  la lectura y el arte de leer con voz que cautiva cual canto de sirena.

Ser bibliotecaria de profesión no implicaría  tener devoción por los libros. Para algunos es un tedioso trabajo que agota el ánimo a los niveles de lo insoportable. “Que mucho molestan quienes con ansiedad  y rapidez buscan una obra en una biblioteca”, dice alguien que se desenvuelve en este oficio.

 

Sin embargo, para Rosina, localizar un libro entre decenas de polvorientos anaqueles y llevarlo a la mesa de la persona que lo espera, es un placer tan grato como leer. El investigador siente esa ternura en la mano extendida de esta amable  dama. “Aquí tiene lo que busca, espero que le sea de provecho”. Parecen frases del lenguaje de la diplomacia. Pero no. Son palabras habituales nacidas del corazón de quien siente amor doble por los libros.

El brillante intelectual Dr. Martínez Luque, en uno de sus libros hace referencia a una lectura que hizo Rosina  de un ensayo  enviado por una joven de Puerto Plata y que resultó premiado en un concurso literario:

 

«Me sorprendí al escuchar la voz suave, algodonada de aquella mujer bibliotecaria que convirtió el escrito de la joven en el más sensible de los ensayos jamás conocido”.  Luque más adelante añade, “mientras contenía dos lágrimas perdidas, o quizás tímidas, la “Bibliotecaria” exponía con sus intentos de agradecer a distancia las dos páginas escritas, para reflejar y definir de forma majestuosa, esa concretización de un ensayo donde solo los genios son capaces de exponer con tanta lucidez, como la joven de Puerto Plata, a pesar de su edad inocente».

 

Conocí hace poco a Rosina, pero siento que su persona me es familiar desde bastante tiempo atrás. Así pasa con el bello paisaje del campo o con las flores hermosas del camino, uno siente que en algún instante de la vida nuestros ojos habían contemplado esas grandiosas imágenes.

 

En el salón amplio de esta biblioteca,  Rosina Anglada me miraba sin extrañeza y con confianza de líder me habló de los libros clásicos: Víctor Hugo con “Nuestra Señora de París”  y “Los miserables”, nos seduce con estas obras obligadas para los jóvenes. Balzac en “Papá Goriot” da una lección de lo que es la ingratitud de los hijos. “El crimen y castigo” del autor ruso Fiódor Dostoyevski, es la mejor cátedra de sicología. Y si deseamos saber sobre el daño que hace el culto a la belleza olvidando que el tiempo pasa y que la vejez es parte de la vida, solo hay que leer “El retrato de “Dorian Gray”, la monumental obra de Oscar Wilde. En fin, en los libros hay un tesoro inmenso de sabiduría, me señala Rosina.

 

Recuerdo que al salir del edificio de la  biblioteca Rosina me pasó un volante. Pude apreciar el titular, “Segunda Feria del Libro Sancristobalense”. De inmediato, se me dieron detalles de la actividad. Llamó mi atención que la misma estaba dedicada al insigne abogado  y escritor Sócrates Barinas Coiscou. El evento, del cual Rosina es miembro del Comité Organizador,  está programado para celebrarse en la referida provincia, del jueves 17 al domingo 20 de noviembre de 2016.

Quedará marcado en mi memoria la forma y las frases con que Rosina me habló de la importancia de la  lectura y de lo trascendente de este evento cultural. Rosina Anglada se despidió de mí con una emotiva sonrisa, parecida a un libro abierto.

jpm

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