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Retornan las protestas
En el año 2020 que era un año electoral se llevaron a cabo grandes protestas que estremecían el país, encabezadas por la marcha verde, organizaciones políticas y de la sociedad civil. En ese entonces las protestas no se veían de color a la política, sino que estaban centradas en demandas por los altos precios de la energía, los alimentos y principalmente porque no se quería modificar la constitución de la república y posteriormente degeneraron con protestas por la suspensión de las elecciones de febrero del año 2020, que trajeron como consecuencia la derrota del Partido de la Liberación Dominicana en las municipales y luego en las elecciones presidenciales.
Las protestas en la plaza de la bandera exigiendo más democracia, los cacerolazos, contra el sistema electoral. Expertos afirmaban que se había creado una crisis de credibilidad y legitimidad. «Los problemas que tenemos de seguridad ciudadana, la baja calidad de los servicios como la educación, salud pública, pocas oportunidades para los jóvenes… se ven como resultado de políticas públicas que están cooptadas por las elites empresariales y políticas», se afirmaba en ese entonces.
Ahora se asoma una nueva ola de protestas esta vez con mayor anticipación, que compararla con las de febrero del 2020 ahora tiene un carácter más político, aunque hay muchas razones por las cuales protestar, pero esta vez se afinca en el hecho de que varios ex funcionarios del partido en la oposición fueron apresados, entre ellos el excandidato del PLD que había sido el contrincante del actual presidente y que ha sido considerado como un caso de persecución política. Así lo han expresado en reunión de su comité político, “con una jornada nacional de movilizaciones el PLD defenderá a sus dirigentes presos por el gobierno por alegados actos de corrupción cometidos en la administración de Danilo Medina”.
Desde hace algún tiempo la sociedad civil ha estado reclamando mayor transparencia en el uso de los recursos públicos y los gobiernos se han visto en la necesidad de meter preso aunque sea de manera mediática algunos personajes para complacer pedidos de la sociedad civil, tales fueron los casos de los dirigentes políticos metidos presos por el expresidente Danilo Medina relacionados con el caso de Odebrecht de carácter internacional y que se derrumbó y sus acusados fueron puestos en libertad sin probársele ningún cargo.
Recientemente fueron apresados tres exministros del gobierno pasado y con ellos se dice que también más personas entre testigos, acusados y acusadores. Esta es la segunda ocasión en que son apresados acusados de corrupción empresarios, altos militares y gentes hasta de la iglesia. Esta vez al principal partido de oposición no le hace agua el caso de las nuevas acusaciones, incluido su excandidato presidencial Gonzalo Castillo y sus partidarios amenazan con salir a las calles a protestar.
Parece que los principales dirigentes políticos de la cúpula del PLD estaban de vacaciones y le habían dejado el escenario político a la tercera fuerza política -La Fuerza del Pueblo- que era el que estaba haciendo la oposición. Hoy el PLD ve un momento propicio para iniciar las protestas vinculando las mismas a una persecución política del actual gobierno en contra de la dirigencia de esa organización política.
Hay que preguntarse ¿Dónde estaba la dirigencia del PLD cuando vio que la gente protestaba por el alto costo de los alimentos, las medicinas y la energía eléctrica? Parece que se ha dado cuenta dado cuenta también de los reclamos de la sociedad, única manera de alinear los intereses del partido con las luchas sociales y poder reclamar en el futuro el voto que debe otorgarle esa sociedad para que lo represente y puedan acceder al poder.
Aunque no creo que el motivo debiera ser por el hecho político conocido, sino que esas luchas deben ir cónsonas con los reclamos del pueblo y permanecer juntos para alcanzarla. En América Latina y El Caribe cada peldaño que se ha logrado alcanzar en base a las luchas sociales y el derramamiento de sangre para acceder a los estamentos del poder y desde allí realizar las transformaciones que exige la sociedad para alcanzar un mayor desarrollo económico y social y tener la posibilidad de brindar esas oportunidades.
El derecho a la protesta por la preservación y consecución de los derechos ciudadanos, a una mejor democracia, a una buena educación, a sistemas inclusivos de empleos, de salud y de protección social. La transformación de una sociedad, donde están excluidos la mayoría, no se logra de manera aislada, hay que estar cerca de los intereses de la mayoría.
También se espera que las autoridades respeten el derecho a protestar que tienen los ciudadanos y así evitar conculcar derechos fundamentales como ya ocurrió con la dispersión con bombas lacrimógenas y disparos de escopetas que llegaron hasta las instalaciones de la sede nacional del PLD que generaron desmayos y dificultades respiratorias entre los dirigentes peledeístas luego de concluida la reunión de su organismo de dirección.
of-am