Repensar la Bienal e Artes Visuales
El maremoto levantado por la opinión pública en torno a la fallida última Bienal Nacional de artes visuales, remeció estructuras y creó inestabilidad al desenmascarar negligencias, vicios y violaciones a sus bases y reglamentos.
El Ministerio de Cultura, incapaz de solventar la situación de manera inmediata, haciendo lo que nunca se ha hecho, corregir y enderezar los entuertos mientras suceden, delegó toda responsabilidad en el Comité Organizador, compuesto por figunas nominales que aceptan posiciones en plan pantalla, “figureo” y no precisamente de trabajo y responsabilidad profesional y cultural.
No, no es “repensar” la históricamente trascendente Bienal Nacional de Artes Visuales de Santo Domingo de la Rep. Dominicana lo que hace falta, título de un foro que por ligereza se presta a quedar en el vacío, a la nulidad; es reestructurarla, conceptualizarla y redimensionarla lo que se quiere y se necesita.
El Ministro de Cultura, aunque haya mantenido una actitud con su arte de la canción, el canto y la guitarra a favor de los más débiles, de denunciar las injusticias sociales y políticas, aunque haya sido tildado de comunista, que se sepa no ha militado como miembro de algún partido de izquierda, por el contrario desde la trinchera de pequeño burgués, la mayoría de sus canciones son de corte romántico popular, por lo pronto, lo hecho, visto y oído; ha aprendido bastante de las estrategias comunistas en especial del vecino país de Cuba. Apropiarse de ideas programáticas y prácticas con el aporte obtenido de manera gratuita mediante la convocatoria pública o privada de los sectores productivos e interesados.
El colmo de esta puesta en marcha es el de la Convocatoria de Proyectos Culturales, en la forma con una intención de aparente democratización apertura y acceso a los recursos para el desarrollo del arte y la cultura, pero en el fondo con una actitud igualmente despótica donde el recurso de la selección a veces alegando tecnicismos corregibles y superables viene a ser la aplicación de la exclusión, una actitud uilitaria donde los entes individuales y colectivos pasan a ser empleados y donantes o accionistas financieros del gobierno, sin los beneficios laborales a que ha lugar, además bajo supervisión y fiscalización. Muy triste y poco alentador para los presentes fue su tardío y breve discurso ante el Foro Consultivo Repensar la Bienal, convocado por el ministro, donde su tema central fue las insuficiencias presupuestarias, más la tradicional posición dilatoria de pagos a programas y proyectos que el Estado otorga a su ministerio. Con lo que es obvio y queda de manifiesto que para muchas otras cosas banales por demás efímeras y menos importantes que la Bienal de Artes Visuales si hay.
Se queja del Estado que reduce el presupuesto general la nación que corresponde a su ministerio, de dos mil millones de pesos a unos mil ochocientos y aún así nos quiere dejar dicho que para la envergadura y trascendencia del evento en cuestión no alcanzan los recursos, que lo ayudemos frente a las autoridades de la administración financiera a hacerles entender la importancia y la trascendencia de la cultura en la sociedad contemporánea para que otorguen de manera rápida y oportuna los compromisos monetarios contraídos en las convocatorias.
Un verdadero desorden y trauma propio de todas las bienales realizadas hasta el momento. Varias de ellas incumpliendo inclusive con lo más importante la garantía de la realización de los catálogos, con lo que el Estado representado en este ministerio está en falta en varias bienales, elemento prioritario e imprescindible para el conocimiento, la memoria y la trayectoria del arte dominicano, una grave deuda que irrespetando sus propias reglamentaciones, hace víctimas a los ilustres autores y creadores, que siguiendo las pautas estatutarias concurren de manera ingenua e indefensa, al público general nacional e internacional, a la historia y conservación de nuestro Patrimonio Nacional.
Pues distinguido y apreciado ministro, la primera conclusión por consenso y unanimidad de las cinco mesas de trabajo integradas por decenas de especialistas que como dolientes y preocupados por el futuro de las bienales de artes concurrimos gratuitamente a la convocatoria, lo primero que se desprende es la necesidad imperiosa de la creación del Comité Organizador Permanente para la concepción y desarrollo progresista del evento, seleccionado de manera descentralizada, cuyos miembros no sean sometidos a la influencia de los gobiernos y gobernantes de turno; en el tiempo, presidentes y ministros van y vienen y la Bienal de Artes Visuales permanece, los interesados porque sobreviva, porque sea más abierta y democrática, creadores, artistas, críticos y público somos más y contamos con relevos generacionales dispuestos a accionar lo necesario para mantener viva la motivación que crea su existencia, la consagrada sentencia constitucional de la libertad de expresión y la vital y necesaria construcción de un patrimonio cultural que nos soporte y justifique como una nación libre, independiente, con valores propios y universales.
Hasta que no se instituya dicho Comité Organizador Permanente profesionalmente remunerado por su trabajo de especialistas, cuyos integrantes deberán ser elegidos o reelegidos cada dos años para cada evento, el Ministerio de Cultura como denominado principal rector y ejecutor de las bienales seguirá desde su posición de entidad multimillonaria, mendigando ideas, seduciendo con chiripas y al fin y al cabo malgastando en subjetividades particulares, innecesarias y mal fundadas y en consecuencia irrespetando sus propias bases y reglamentos, adecuados, interpretados medalaganariamente por los ejecutivos organizadores y los miembros de los jurados de turno.
Muchas ideas programáticas, aportes altruistas, desinteresados algunos, individuales y colectivos ya están en poder del Museo de Arte Moderno en consecuencia en el Ministerio, de hecho las cinco mesas de trabajo constituidas en verdadera Asamblea Extraordinaria y Extraoficial Nacional ya le han avanzado gran parte del trabajo programático al posible Comité Permanente que está pronto a ratificarse en una nueva convocatoria ya pautada y que deberá fungir de Asamblea General Vinculante del Foro. En esa oportunidad dejaremos oír y conocer algunas reflexiones personales sin intención de que sean tomadas en cuenta, asumidas y ejecutadas. Ideas provocadoras, de las que hacer subir las temperaturas de la superficie y con su fuerza térmica que se levanten los vientos, ideas danzantes, bailarinas, musicales.