Reflexiones post-electorales
Las organizaciones políticas e instituciones sociales y empresariales que tienen metas a mediano y largo plazos y poseen métodos de trabajo definidos, institucionalizan normas y mecanismos para realizar evaluaciones de las actividades en las que participan a los fines de identificar objetivos alcanzados, la proporción costos-beneficios y detectar los errores que se pudieron cometer.
En dichas evaluaciones se valoran las influencias de factores externos e internos así como los actores que incurrieron en los errores que obstaculizaron alcanzar las metas. Por lo general, se concluye señalando las acciones que se implementarían para corregir los desaciertos y consolidar los objetivos alcanzados.
A esas evaluaciones, en los partidos políticos, principalmente los de izquierda, se les denominaba críticas y autocríticas, al final de las cuales se aprobaban medidas correctivas y sanciones disciplinarias para quienes resultaron responsables de errores graves.
En esta ocasión, después de conocidos los resultados de las pasadas elecciones, los partidos hicieron sus respectivas evaluaciones? Aquéllos que no pudieron alcanzar las metas (cuantitativas y cualitativas) que se habían propuesto ya identificaron los factores internos y externos que se los impidieron? Esos partidos saben cuáles fueron los dirigentes que fallaron? Pudieron determinar los aspectos del proceso electoral que llenaron las expectativas creadas con sus actividades proselitistas? La cantidad de votos obtenidos se corresponde con las inversiones económicas, publicitarias y los esfuerzos humanos realizados?
Hasta la fecha, el PLD que obtuvo una contundente e histórica victoria a nivel presidencial, congresual y municipal ha manifestado que, dentro de los próximos días, procederá a realizar una profunda evaluación de los diferentes lugares donde tuvieron éxitos y, en especial, en las provincias y municipios donde perdieron, con la determinación de aplicar sanciones.
Mientras tanto, a través de los medios de comunicación observamos que los partidos perdedores, sin realizar evaluaciones objetivas sobre los diversos factores que les impidieron alcanzar las metas, han desatado una amplia y profusa campaña, pretendiendo deslegitimar sus resultados, basada en el sambenito del fraude electoral, llegando a la estéril, provocadora e irracional temeridad de solicitar “anulación de las elecciones y realizar otras”, en los lugares donde ellos perdieron, que fueron la inmensa mayoría.
La voluntad popular se expresó, con irregulares similares a pasadas elecciones que, en modo alguno, invalidan su elocuentes resultados (61.76% PLD y aliados Vs. 34.99% del PRM y aliados). Entonces, de dónde sacan los seis candidatos perdedores que habría alguna posibilidad de anular esos resultados?
Los partidos perdedores, en especial los líderes de los seis partidos que, en sucesivas elecciones no logran ni siquiera un pírrico 2%, deben tratar de realizar una profunda y seria reflexión post-electoral que les permita corregir los errores para seguir avanzando en las próximas elecciones,
Es válido mirarse en el espejo del PLD que en su primera participación electoral, en 1978, apenas llegó al uno por ciento de la votación. Procedió a corregir los errores y empezó a crecer comicios tras comicios hasta convertirse en el mayor partido y la más impresionante maquinaria electoral de la R. Dominicana, con 7 triunfos electorales, seis de ellos en formas consecutivas, lo cual es producto de saber hacer oportunas y objetivas evaluaciones sobre cada participación electoral, incluso en las que ha triunfado, gracias a lo cual está en condiciones de seguir avanzando en sus propósitos de nación, para beneficios del pueblo dominicano.
jpm