Reemplazan al presidente Asamblea de Nueva York
NUEVA YORK.- El presidente de la Asamblea de Nueva York, Sheldon Silver, será reemplazado temporalmente en el cargo el próximo lunes por el legislador Joseph Morelle tras su detención por presunta corrupción política, informaron hoy medios locales.
La decisión la tomaron a última hora del martes los legisladores demócratas del estado, que prevén celebrar elecciones para escoger al nuevo presidente de la Asamblea el 10 de febrero, según The New York Times.
Morelle, líder de la mayoría y el candidato mejor situado para suceder a Silver tras las elecciones, fue el encargado de hacer el anuncio a los periodistas después de la reunión en una breve rueda de prensa.
El legislador explicó que Silver le encargó transmitir que «no impedirá la transición», pero evitó aclarar si la dimisión del político acusado de corrupción fue forzada o voluntaria.
Lo que sí trascendió es que el veterano legislador no renunciará a su asiento en la Asamblea.
Sheldon Silver, uno de los hombres más poderosos de Albany- la capital del estado de Nueva York-, se entregó a las autoridades en su domicilio del sur de Manhattan el pasado jueves.
Según The New York Post, un despacho de abogados se benefició durante años de la influencia de Silver para hacerse con más casos y lograr sentencias favorables.
El bufete gestiona más de la mitad de los expedientes que se presentan ante una sección especial del Tribunal Supremo de Manhattan, especializada en casos relacionados con el uso de amianto, por ejemplo cuando se reclaman compensaciones por problemas de salud causados por la sustancia.
El poder del presidente de la Asamblea, según el periódico, permitió aumentar las millonarias compensaciones obtenidas por los clientes del despacho Weitz & Luxenberg.
Del total de 313,5 millones de dólares en compensaciones decretados por este tribunal en 15 casos en los últimos cuatro años, los representados por el bufete de Silver se llevaron 273,5 millones.
Según la acusación presentada contra Silver, éste se embolsó desde 2002 más de cinco millones de dólares procedentes de Weitz & Luxenberg pese a no hacer ningún trabajo jurídico.
Gran parte de ese dinero se le pagó como «tasas por referencias», es decir, por llevar nuevos casos al bufete.
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